23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ENRIQUE APOLINAR HENRÍQUEZ | REMINISCENCIAS Y EVOCACIONES<br />

iba diciendo que yo no pu<strong>de</strong> percibir. Pero noté, por el contraste, que el paso marcial había<br />

transformado su habitual <strong>de</strong>sgarbo.<br />

Lo seguía un séquito <strong>de</strong> muchachos bullangueros que tras <strong>de</strong> él iban gritando:<br />

—”¡General Mañé!… ¡General Mañé!…”<br />

Nunca más volví a saber <strong>de</strong>l uniforme <strong>de</strong> marras. El bello traje azul, rameado <strong>de</strong> coruscantes<br />

entorchados, que en mi niñez tanto admiraban mis embelesados ojos y acariciaron,<br />

con amor, mis trémulas manos.<br />

El presi<strong>de</strong>nte se aviene<br />

Vera libens dicas, quamquam sine aspera dictu.<br />

El Ministro <strong>de</strong> Relaciones Exteriores <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> la República Dominicana, Enrique<br />

Henríquez, salía <strong>de</strong>l Club Unión1 rumbo a su cercana resi<strong>de</strong>ncia cuando inesperadamente<br />

topó con su colega profesional Francisco J. Peynado.<br />

Al verse, simultáneamente, ambos se <strong>de</strong>tuvieron para cambiar saludos. A más <strong>de</strong> saludarse<br />

conversaron largo y tendido; y ya para separarse, Henríquez le preguntó a Peynado<br />

qué tal soplaban los vientos <strong>de</strong> la prosperidad en su bufete <strong>de</strong> abogado.<br />

—”Los que soplan, Enrique” –respondió el interpelado con <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>nte inflexión <strong>de</strong><br />

translúcido pesimismo–, “no pue<strong>de</strong>n ser vientos <strong>de</strong> prosperidad”.<br />

Ante el incontenido gesto <strong>de</strong> sorpresa <strong>de</strong> su interlocutor, quien lo sabía buen abogado<br />

y hombre serio a más <strong>de</strong> trabajador, Don Pancho Peynado explicó:<br />

—”La clientela ya adquirida huye, mientras la probable no se acerca al profesional que<br />

saben malquisto con las autorida<strong>de</strong>s” 2 .<br />

En parte por la espontánea simpatía que en su ánimo suscitó esa anormal revelación<br />

y cediendo también en parte al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> confiar su bufete a alguien capaz <strong>de</strong> conservar o<br />

acrecentar el prestigio que lo acreditaba3 , Enrique Henríquez, inquirió <strong>de</strong> su colega:<br />

—”¿Le gustaría hacerse cargo <strong>de</strong> mi bufete?… Por razones <strong>de</strong> <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za ética tuve<br />

que clausurarlo al asumir la función <strong>de</strong> Canciller… Lo cerré precisamente en momentos<br />

en que la secuencia <strong>de</strong> los éxitos había traído consigo, como lógico corolario <strong>de</strong> esos éxitos,<br />

extraordinaria prosperidad”.<br />

Por venir <strong>de</strong> un miembro connotado <strong>de</strong>l mismo gobierno que lo tenía catalogado en<br />

calidad <strong>de</strong> enemigo sospechoso y sospechado, semejante propuesta cogió <strong>de</strong> sorpresa al<br />

ofertado. Pero, conociendo al oferente, la sorpresa no le enturbó el discernimiento. La oferta<br />

fue aceptada al punto sin ningún reparo ni vacilación.<br />

<br />

1 El Club Unión estaba situado en la esquina noroeste (llamada <strong>de</strong>l fraile) que forma el cruce <strong>de</strong> las calles<br />

El Con<strong>de</strong> y Hostos; es <strong>de</strong>cir, don<strong>de</strong> hoy se levanta el Hotel Comercial.<br />

El encuentro <strong>de</strong> Enrique Henríquez y Francisco J. Peynado se produjo don<strong>de</strong> en nuestros días termina el Edificio<br />

Diez y comienza el <strong>de</strong> La Opera.<br />

2 El Licenciado Peynado tenía bufete abierto en Puerto Plata; y la situación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>safectos al gobierno siempre<br />

ha sido más crítica en las provincias y los pueblos que en la Capital, asiento <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res públicos.<br />

3 Don Manuel <strong>de</strong> Jesús Galván, hombre <strong>de</strong> gran prominencia en la vida política y en la vida intelectual <strong>de</strong>l país<br />

(afamado autor <strong>de</strong> la novela histórica Enriquillo) andaba <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ese bufete; y como mi padre le guardó siempre<br />

excepcional reverencia y solícita amistad, no veo otra causa <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> sus sutiles evasiones a no ser su <strong>de</strong>sconfianza<br />

en la capacidad jurídica <strong>de</strong> Galván, como abogado. Esa circunstancia se unió, sin duda, a las razones <strong>de</strong><br />

merecida ayuda que le expuso al Presi<strong>de</strong>nte Heureaux, para darle a Peynado la preferencia que tan gustosamente<br />

le ofreció.<br />

553

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!