23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

quiso hacer una postrer tentativa y habló a sus intermediarios <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong>sesperante<br />

<strong>de</strong> su país, sumergido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía veinte años en el cieno y hasta insinuó la posibilidad <strong>de</strong><br />

que la ayuda prestada por el presi<strong>de</strong>nte Petión a Bolívar hubiese obe<strong>de</strong>cido, como aseguraba<br />

el general Morillo, al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que se le cediera la Guayana Holan<strong>de</strong>sa para fundar allí un<br />

establecimiento <strong>de</strong> colonos <strong>de</strong> raza puramente africana. Las personas <strong>de</strong> quienes Duarte se<br />

valía para comunicarse con Soublette, hartas también <strong>de</strong> promesas sin consecuencia, acabaron<br />

por hablar al apóstol en tono pesimista, y le instaron a dirigirse a Colombia o a otros países<br />

sudamericanos en <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> auxilio para la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia dominicana.<br />

Duarte sale el 15 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> Caracas con <strong>de</strong>stino a La Guaira. Lleva, como él mismo<br />

ha dicho, la muerte en el corazón. En La Guaira permanece algunos días en espera <strong>de</strong><br />

que se presente una ocasión para salir con rumbo a Curazao. En estos largos días <strong>de</strong> espera<br />

infructuosa, no cesa <strong>de</strong> cavilar en la suerte <strong>de</strong> su país y en su propio <strong>de</strong>stino. Ha comprendido<br />

al fin que no pue<strong>de</strong> contar sino consigo mismo para salvar a su patria, y toma entonces<br />

una resolución heroica. Escribirá a su madre y a sus hermanas para que vendan los bienes<br />

<strong>de</strong> fortuna que aún poseen y consagren el fruto <strong>de</strong> la venta a la adquisición <strong>de</strong> pertrechos y<br />

fusiles para la revolución separatista.<br />

En el camino <strong>de</strong> La Guaira a Curazao, emplea las horas en meditar hondamente sobre<br />

el sacrificio que se ha <strong>de</strong>cidido a imponer a sus hermanas y a su madre casi inválida. No<br />

piensa en su propia suerte porque hace tiempo que no vive sino para la patria. Su espíritu<br />

halla al fin, sin embargo, el reposo que ansía, porque al término <strong>de</strong> tantas cavilaciones ha<br />

tomado una resolución <strong>de</strong>finitiva y ya no habrá consi<strong>de</strong>ración humana que lo aparte <strong>de</strong> sus<br />

propósitos. Cuando el 20 <strong>de</strong> diciembre arriba a Curazao, su primer acto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> instalarse<br />

en una mo<strong>de</strong>sta casa <strong>de</strong> huéspe<strong>de</strong>s, es escribir la carta cuyos párrafos lleva ya clavados<br />

como lanzas <strong>de</strong> fuego en su memoria.<br />

Cuando una tar<strong>de</strong>, en el viejo muelle <strong>de</strong> Curazao, puso aquella carta histórica en manos<br />

<strong>de</strong> quien había <strong>de</strong> llevarla ocultamente a los suyos, respiró profundamente como si hubiese<br />

<strong>de</strong>scargado su conciencia <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda abrumadora. Su hermano Vicente Celestino y el<br />

coronel Francisco <strong>de</strong>l Rosario Sánchez le habían pedido con urgencia un sacrificio que <strong>de</strong>bía<br />

consumarse aun a costa <strong>de</strong> una estrella <strong>de</strong>l cielo; lo que con aquella carta entregaba excedía<br />

en magnificencia y en gran<strong>de</strong>za a la ofrenda que le había sido pedida: lo que iba a dar a la<br />

patria era, en efecto, el pan <strong>de</strong> su madre y sus hermanas, cosa que para aquel hombre bueno<br />

y sensible significaba más que todo el firmamento estrellado.<br />

Muerte <strong>de</strong> Juan José Duarte<br />

JOAQUÍN BALAGUER | EL CRISTO DE LA LIBERTAD<br />

La primera noticia <strong>de</strong>l país que Duarte recibió en Curazao fue la que le anunciaba la<br />

muerte <strong>de</strong> su padre.<br />

Hasta el momento en que recibe este golpe, puñalada <strong>de</strong>masiado honda para su corazón<br />

ya próximo a estallar, no se había preocupado por la suerte <strong>de</strong> ningún miembro <strong>de</strong> su<br />

familia. La causa <strong>de</strong> la patria había absorbido por completo su pensamiento. Des<strong>de</strong> que<br />

llegó en 1833 <strong>de</strong> Europa no había clavado una sola vez sus ojos con atención ni en el padre<br />

enfermo ni en la madre agobiada por hondos sufrimientos morales. La enfermedad <strong>de</strong> Juan<br />

José Duarte había pasado para él inadvertida. Perdido en una atmósfera <strong>de</strong> romanticismo<br />

patriótico, prendado hasta la exageración <strong>de</strong> sus sueños y pendiente noche y día <strong>de</strong> la empresa<br />

que embargaba su alma y sus sentidos, no paró mientes en el cuadro <strong>de</strong> su propio hogar<br />

845

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!