23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ENRIQUE APOLINAR HENRÍQUEZ | REMINISCENCIAS Y EVOCACIONES<br />

—¿Reconoces que las balas <strong>de</strong> tu fusil han podido suprimir la vida <strong>de</strong> quien con su<br />

perdón te <strong>de</strong>volvió la libertad?<br />

En gesto <strong>de</strong> patético agobio Mongo el Cubano abatió un instante la cabeza, irguiéndola<br />

<strong>de</strong> nuevo con súbita resolución.<br />

—General, lo reconozco; y sé que ni yo puedo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rme ni usted pue<strong>de</strong> perdonarme.<br />

Mongo el Cubano hizo una pausa, se <strong>de</strong>spojó <strong>de</strong>l sombrero que los ojos le velaban y<br />

clavando la mirada en su inquisidor, agregó con voz clara, precisa y penetrante:<br />

—Bien sé lo que me espera. Ya sólo me queda esperar su remate como un hombre.<br />

Recobrando su habitual serenidad, Heureaux le respondió:<br />

—¡Así será! Para po<strong>de</strong>r tener piedad con los vencidos, hay que ser inexorable con los<br />

reinci<strong>de</strong>ntes.<br />

<br />

El estruendo <strong>de</strong> la fusilería que ajustició sumariamente a Mongo el Cubano y envolvió<br />

la al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Dajabón en lúgubre ambiente <strong>de</strong> patíbulo expandiendo su ingrata resonancia<br />

más allá <strong>de</strong> las fronteras <strong>de</strong> esa al<strong>de</strong>a, hirió en su más noble y pura sensibilidad el espíritu<br />

humanitario, liberal y legalista que inspiraba las i<strong>de</strong>as y acuciaba las acciones <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte<br />

Espaillat, <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> su gobierno, <strong>de</strong> los legionarios <strong>de</strong>l Partido Azul y <strong>de</strong> las figuras<br />

más influyentes en la límpida atmósfera <strong>de</strong> aquella sublime etapa <strong>de</strong> la historia nacional.<br />

La fibra moral <strong>de</strong> esas nobilísimas figuras y su intransigente apego al brillo práctico <strong>de</strong><br />

las instituciones públicas sufrieron con la ejecución <strong>de</strong> Mongo el Cubano tremenda conmoción<br />

moral. Al propagarse por todos los ámbitos <strong>de</strong>l país, la noticia <strong>de</strong> ese fusilamiento<br />

levantó una hirviente marejada <strong>de</strong> repudiación que singularmente exasperó a los núcleos<br />

militantes <strong>de</strong>l Partido Azul.<br />

El primero y sin duda el más agudo grito <strong>de</strong> protesta fue proferido con cívica y vibrante<br />

indignación por la Liga <strong>de</strong> la Paz. Esta vigilante agrupación civilista había congregado,<br />

en su seno, un nutrido contingente <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro pensamiento liberal que se<br />

habían distinguido por la luci<strong>de</strong>z <strong>de</strong> su conducta cívica. El grito por ellos proferido con<br />

vibrante indignación no era, pues, el clamor <strong>de</strong> un simple espectador neutral ni menos<br />

aún el clamor <strong>de</strong> un espectador indiferente. Jóvenes eran, todos ellos, que predicaban y<br />

aún combatían por asegurar los beneficios <strong>de</strong>l buen gobierno, <strong>de</strong> la paz moral y material<br />

y <strong>de</strong> la estabilidad <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n público. Des<strong>de</strong> la tribuna pública sustentaban frente a los<br />

enemigos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n legal, con emocionante fervor, los principios fundamentales en que<br />

<strong>de</strong>scansan las instituciones <strong>de</strong>mocráticas. Pero también sabían combatir a sangre y fuego<br />

a esos enemigos, llegado al caso, allí don<strong>de</strong> las armas revolucionarias organizaban sus<br />

excidiosos campos <strong>de</strong> batalla.<br />

Tras <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Mongo el Cubano nuevos brotes revolucionarios infestaron el<br />

país; y en poco tiempo aquella pléya<strong>de</strong> <strong>de</strong> jóvenes iluminados, <strong>de</strong> hombres activos en<br />

las li<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pensamiento y <strong>de</strong> la acción, se vio encerrada en el vórtice <strong>de</strong> la tempestad<br />

revolucionaria. Los genuinos sentimientos <strong>de</strong>l pueblo dominicano, conmovedoramente<br />

representados por los ardorosos adali<strong>de</strong>s que integraban la Liga <strong>de</strong> la Paz, eran cada vez<br />

mas impotentes para refrenar y vencer con la pujanza moral <strong>de</strong> sus beneméritas intenciones<br />

la subversión armada liberal y constructivo que encabezó, honra y prez <strong>de</strong> nuestra<br />

historia, el prócer Espaillat.<br />

549

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!