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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

<strong>de</strong> las entrañas <strong>de</strong>l pueblo y forjados en un teatro guerrero incomparablemente más heroico<br />

que el <strong>de</strong> la lucha contra Haití, no podían ver con buenos ojos la presencia entre ellos <strong>de</strong> un<br />

hombre en quien se personificaban los i<strong>de</strong>ales civiles <strong>de</strong> la República y en cuya fisonomía<br />

moral aparecían tan enérgicamente simbolizadas las instituciones.<br />

Este prócer, a quien se creyó muerto y sobre cuya cabeza había gravitado durante veinte<br />

años la losa <strong>de</strong>l olvido, no sería probablemente un rival en la hora <strong>de</strong>l triunfo, porque todos<br />

sus antece<strong>de</strong>ntes lo pintaban como un hombre <strong>de</strong> vocación civil que carecía <strong>de</strong> ambiciones.<br />

Pero los caudillos que, como el presi<strong>de</strong>nte Salcedo y sus compañeros <strong>de</strong> armas, han brotado<br />

<strong>de</strong>l seno <strong>de</strong> la guerra y sienten sobre sí la influencia avasalladora <strong>de</strong> esa potestad sanguinaria,<br />

son siempre esquivos y se conducen aún en sus relaciones recíprocas con <strong>de</strong>sconfianza<br />

recelosa. Los pueblos son versátiles y nadie sabe si el día en que sea una realidad la victoria<br />

conseguida merced a quienes la han hecho posible con su espada, y no a quienes sólo la han<br />

anunciado con su voz ardiente y profética, las multitu<strong>de</strong>s vayan en busca <strong>de</strong> algún santón<br />

civil para confiarle la dirección <strong>de</strong> la República o se <strong>de</strong>svíen atemorizadas <strong>de</strong>l señorío militar<br />

para echarse en brazos <strong>de</strong> otro señorío menos temible o menos arbitrario. En el fondo <strong>de</strong><br />

todas las luchas patrióticas, en el ambiente subterráneo <strong>de</strong> todas las revoluciones, suele haber<br />

un sentimiento <strong>de</strong>mocrático que sale a flote en el momento oportuno. Cuando se consumó<br />

la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> 1844, los promotores <strong>de</strong> ese i<strong>de</strong>al político, <strong>de</strong>cididamente adversos al<br />

predominio <strong>de</strong> la solda<strong>de</strong>sca, recurrieron a Duarte en una tentativa para hacer prevalecer<br />

el sentido humano y civilista que en un principio tuvo la causa nacional sobre el sentido<br />

bárbaro y ferozmente caudillesco en que <strong>de</strong>generó con Santana.<br />

El Padre <strong>de</strong> la Patria penetró el sentido <strong>de</strong> la especie difundida por la prensa <strong>de</strong> la monarquía<br />

española. El libelo llenó su alma <strong>de</strong> amargura, y <strong>de</strong>spertó en él el recuerdo <strong>de</strong> los<br />

sucesos <strong>de</strong>l 44, cuando su nombre fue escogido para cerrar el paso a una dictadura <strong>de</strong> tipo<br />

reaccionario y sólo sirvió para precipitar el asalto <strong>de</strong>l ejército a las instituciones. Su primera<br />

intención fue rasgar aquel pasquín insidioso. Pero con ese golpe genial que tuvo para <strong>de</strong>scubrir<br />

el móvil <strong>de</strong> las acciones humanas, acertó a palpar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su lecho <strong>de</strong> enfermo las intrigas<br />

con que ya comenzaba a hostilizarle el egoísmo <strong>de</strong> ciertos jefes restauradores. Sin vacilar un<br />

minuto más, tomó una <strong>de</strong> aquellas resoluciones tremendas que fueron siempre propias <strong>de</strong><br />

su entereza <strong>de</strong> carácter y <strong>de</strong> su conciencia abnegada: el 21 <strong>de</strong> abril, esto es, un día <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

haber leído el artículo <strong>de</strong>l Diario <strong>de</strong> la Marina, dirige a Espaillat una carta en que le participa<br />

su nueva <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> aceptar la misión diplomática que había resuelto confiarle el Gobierno<br />

Provisorio. Para que no se atribuyera un fin menguado a su nueva actitud, ni pudiera ser<br />

utilizada para especulaciones perjudiciales a la causa nacional, concluye con esta afirmación<br />

categórica: “No tomo esta resolución porque tema que el falaz articulista logre el objeto <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sunirnos, pues hartas pruebas <strong>de</strong> estimación y aprecio me han dado y están dando el<br />

Gobierno y cuantos jefes y oficiales he tenido la dicha <strong>de</strong> conocer, sino porque es necesario<br />

parar con tiempo los golpes que pueda dirigirnos el enemigo y neutralizar sus efectos”.<br />

Espaillat, vocero <strong>de</strong>l Gobierno Provisional, se apresura a dirigir al Padre <strong>de</strong> la Patria, el 22<br />

<strong>de</strong> abril, una nueva comunicación don<strong>de</strong> confirma, a vueltas <strong>de</strong> muchas reticencias y <strong>de</strong><br />

sospechosas protestas <strong>de</strong> sinceridad, los escrúpulos <strong>de</strong> Duarte. El vicepresi<strong>de</strong>nte interino,<br />

como temeroso <strong>de</strong> que el apóstol pudiera arrepentirse <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión ya adoptada, le informa<br />

que <strong>de</strong>be disponerse a partir inmediatamente porque ya el Gobierno había mandado<br />

“redactar los po<strong>de</strong>res necesarios para que mañana que<strong>de</strong> usted enteramente <strong>de</strong>spachado y<br />

pueda salir el mismo día”.<br />

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