23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

HERIBERTO PIETER | AUTOBIOGRAFÍA<br />

Los médicos que hasta esa fecha habían hecho alguna cirujía allá, en Samaná, siempre<br />

rehuían los casos que corrían peligro <strong>de</strong> muerte. Uno <strong>de</strong> esos pacientes me refirió que en<br />

un acci<strong>de</strong>nte parecido al <strong>de</strong>l muchacho <strong>de</strong> Las Cañitas, él mismo vio sus propios intestinos<br />

serpenteando fuera <strong>de</strong> su vientre. Los médicos no se atrevieron a introducirlos. Casi <strong>de</strong>sfallecido,<br />

i observando la <strong>de</strong>sesperación <strong>de</strong> su numerosa familia, él mismo mediante un entibiado<br />

trapo <strong>de</strong> cocina, lentamente, sin asearlas, introdujo sus tripas a su propio lugar. Este valiente<br />

sujeto falleció <strong>de</strong> muerte natural muchos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su espantoso atrevimiento.<br />

—Días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber salvado <strong>de</strong> la muerte a aquel muchacho, practiqué mi segunda<br />

trepanación craneana a un presidiario que me trajeron <strong>de</strong> Caño Hondo, en la bahía <strong>de</strong> Samaná.<br />

Aquel fue agredido por un ajente <strong>de</strong> policía en el momento que trataba <strong>de</strong> evadirse <strong>de</strong><br />

la cárcel. En esa operación repetí lo que hice con el cráneo <strong>de</strong> Escarré, i con tal nuevo éxito<br />

conseguí mejor experiencia para ocasiones iguales a esa.<br />

—No transcurrieron muchos días sin que se me presentaran nuevos trances quirúrjicos<br />

casi iguales a esa especie.<br />

Zenón <strong>de</strong> los Santos, uno <strong>de</strong> mis buenos clientes en Los Cacaos, <strong>de</strong> la misma bahía,<br />

recibió, con machete, una extensa herida que le amputó la mayor parte <strong>de</strong> la nariz i la rejión<br />

mediana <strong>de</strong>l labio superior. Con un amplio colgajo <strong>de</strong> la piel frontal i parietal <strong>de</strong>recha, sin<br />

<strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rlo, le practiqué la reconstitución parcial <strong>de</strong> lo que había perdido (autoplasia). La<br />

nueva nariz ostentaba el cabello <strong>de</strong> la piel transplantada. Aunque esa apariencia facial le<br />

valió el mote <strong>de</strong> León, vivió satisfecho <strong>de</strong> mi trabajo. No <strong>de</strong>jé <strong>de</strong> felicitarlo por la prontitud<br />

conque él llegó a solicitar mi servicio.<br />

—Des<strong>de</strong> el Jovero a Villa Riva, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Cabrera a Los Llanos <strong>de</strong>l Este iban a consultarme<br />

pacientes con lesiones i enfermeda<strong>de</strong>s que ameritaban cirujía. En los 20 meses que permanecí<br />

en Samaná operé, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los casos ya citados, tumores <strong>de</strong> la matriz, laparatomías<br />

por acci<strong>de</strong>ntes, heridas <strong>de</strong> bala o <strong>de</strong> puñal, la sutura <strong>de</strong>l intestino en un adolescente que<br />

sufrió perforaciones <strong>de</strong> ese órgano durante el curso <strong>de</strong> una fiebre tifoi<strong>de</strong>a. Este <strong>de</strong>sgraciado<br />

muchacho tenía una madre que no obe<strong>de</strong>cía mis recomendaciones, a tal punto que, antes<br />

<strong>de</strong> la convalescencia <strong>de</strong> su hijo, le dio a comer cualesquiera alimentos no indicados por mí.<br />

Tal conducta le causó perforación i peritonitis fulminante, imposible <strong>de</strong> salvación. Fue el<br />

segundo caso mortal que allí oscureció mi labor. Días antes <strong>de</strong> esa muerte ocurrió otro <strong>de</strong><br />

mis casos: una mujer obesa, intervenida por voluminoso quiste <strong>de</strong> un ovario, murió repentinamente<br />

pocas horas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la anestesia. Pero esos dos casos fatales fueron casi<br />

olvidados al obtener yo la última <strong>de</strong> mis victorias en aquella ciudad, que <strong>de</strong>bí abandonar<br />

porque ya había ganado bastante dinero para ir a París, a perfeccionar mi labor profesional<br />

i, si posible, presentar exámenes <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las asignaturas correspondientes al programa<br />

<strong>de</strong> aquella Facultad.<br />

Con respecto a lo <strong>de</strong> la mencionada última operación quirúrjica que intervine en Samaná,<br />

se trataba <strong>de</strong> una mujer pública, acci<strong>de</strong>ntalmente herida <strong>de</strong> bala en el bajo vientre. Pasé casi<br />

toda esa noche afanado para salvar a esa hetaira. Ya en la madrugada había cosido intestinos,<br />

vejiga urinaria i otros órganos. La joven recuperó, con lo cual, el cliente dueño <strong>de</strong> la<br />

pistola que la hirió, un marinero yanqui al servicio <strong>de</strong>l Gobierno Dominicano. Aquel fue el<br />

valioso broche que cerró mi faena profesional en ese tranquilo pueblo que lamentó mi mui<br />

discretamente planeada <strong>de</strong>spedida. No exajero. El día <strong>de</strong> mi partida fueron a <strong>de</strong>spedirme<br />

los Bancalari, el Licdo. Pelegrín Castillo, Yancito Henríque, (con quien había yo hecho sincera<br />

amistad cuando en abril <strong>de</strong> 1903 llegué miserioso a Puerto Príncipe, Haití, pocos días<br />

75

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!