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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

en varias décadas. Sin embargo, esto es sólo una ilusión que todos acariciamos, pero que<br />

consi<strong>de</strong>ramos bastante utópica.<br />

Falsa alarma<br />

Yo era el médico <strong>de</strong> una señora a cuyo esposo sólo conocía <strong>de</strong> vista y ni remotamente<br />

sospechaba su verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad.<br />

Una tar<strong>de</strong>, teniendo mi consultorio en la calle Hostos esquina Salomé Ureña, vino este<br />

señor a buscarme para que fuéramos a ver a su esposa, que según me manifestó tenía un<br />

fuerte dolor en el vientre.<br />

Salí en un carro público, en compañía <strong>de</strong> este personaje y al retornar como una hora <strong>de</strong>spués<br />

encontré a mi padre muy alarmado por mi tardanza, esperándome con gran ansiedad reflejada en<br />

su semblante. Él me había visto salir, pues vivía en la segunda planta <strong>de</strong> dicha casa y reconoció<br />

a mi acompañante, pues le era familiar su fama macabra. Le <strong>de</strong>cían el “cubano” y era famoso<br />

porque llevaba a “dar un paseito” a algunas personas que luego aparecían muertas.<br />

Como yo estaba sindicado <strong>de</strong> <strong>de</strong>safecto al régimen imperante y conociendo mi padre la fama<br />

<strong>de</strong> mi acompañante, era natural su preocupación y especialmente mi tardanza en regresar.<br />

Yo ignoraba con quién andaba y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, cuando retorné me mostré sorprendido<br />

por su preocupación. Cuando todo fue aclarado, yo me di cuenta <strong>de</strong> la falsa alarma que<br />

había ocasionado mi salida en tan terrible compañía.<br />

Confieso que si hubiera sabido su “oficio”, difícilmente me hubiera expuesto a salir solo<br />

con él, pues parece que era una tarea insana que hasta le producía placer ejecutar.<br />

Este sujeto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber realizado numerosos “trabajitos” tanto en esta ciudad como<br />

en Santiago y otras localida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l país, <strong>de</strong>sapareció con el mismo misterio con que inició su<br />

tarea, siendo secreto a voces que se <strong>de</strong>bió a que “sabía <strong>de</strong>masiado” o que se le “había ido la<br />

mano” en la ejecución <strong>de</strong> trabajos que no se le habían encomendado y que a era mejor que<br />

<strong>de</strong>sapareciera. Unos <strong>de</strong>cían que le habían aplicado su sistema y otros que se había ido para<br />

otro país. Nunca más se supo la verdad <strong>de</strong>l para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> este tenebroso sujeto.<br />

Operación peligrosa<br />

Una noche fui llamado urgentemente por un caballero a cuyo hijo le habían asestado<br />

una estocada en el vientre y se encontraba en el Hospital, con un síndrome <strong>de</strong> hemorragia<br />

interna.<br />

Con la celeridad <strong>de</strong>l caso y sin averiguar las condiciones en que ocurrió el hecho, procedí<br />

a una laparotomía exploradora, encontrando una hemorragia cataclísmica que inundaba toda<br />

la cavidad peritoneal. La herida había penetrado en la cavidad abdominal, seccionando una<br />

importante arteria <strong>de</strong>l mesenterio <strong>de</strong>l colon ascen<strong>de</strong>nte, la cual pu<strong>de</strong> localizar y suturar con<br />

la rapi<strong>de</strong>z que merecía el caso. Las transfusiones hicieron el resto y el paciente se recuperó<br />

rápidamente.<br />

La ocurrencia había tenido lugar, aparentemente con fines políticos, para suprimir a<br />

una persona que sólo la muerte era capaz <strong>de</strong> hacer callar las manifestaciones para la clase<br />

gobernante, que imperaba en el país <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algún tiempo.<br />

Se trataba <strong>de</strong> un hombre joven, <strong>de</strong> nombre Arturito Vallejo y a quien todo el mundo<br />

reconocía como un sujeto difícil <strong>de</strong> dominar.<br />

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