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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

o restablecer los cuerpos municipales”, <strong>de</strong> acuerdo con la promesa hecha a los pueblos <strong>de</strong><br />

la parte española <strong>de</strong> la isla en el manifiesto <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> enero.<br />

Los pueblos <strong>de</strong>l Cibao recibieron al enviado <strong>de</strong> la Junta con palmas y ban<strong>de</strong>ras. El 25 <strong>de</strong><br />

junio llegó con los oficiales <strong>de</strong> su Estado Mayor a la ciudad <strong>de</strong> La Vega, en don<strong>de</strong> fue vitoreado<br />

por una muchedumbre entusiasta encabezada por el presbítero José Eugenio Espinosa. Era la<br />

primera vez que Duarte visitaba las comarcas <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong> La Vega Real, y este viaje, hecho a<br />

lomo <strong>de</strong> caballo y con la lentitud que exigía entonces el <strong>de</strong>sastroso estado <strong>de</strong> los caminos, fue<br />

para él un nuevo motivo <strong>de</strong> fe en el futuro <strong>de</strong> la República recién creada. La magnificencia <strong>de</strong><br />

la naturaleza en aquellas regiones, las más fértiles <strong>de</strong>l país, y la abundancia <strong>de</strong> las corrientes<br />

<strong>de</strong> agua que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la Cordillera Central para vestir <strong>de</strong> un ver<strong>de</strong> lujoso aquellos<br />

prados, le permitieron entrever lo que este emporio aún baldío significaría en un porvenir<br />

acaso no distante. Las fuentes <strong>de</strong> producción estaban allí totalmente abandonadas. Pero era<br />

evi<strong>de</strong>ntemente la escasez <strong>de</strong> población y la falta <strong>de</strong> caminos para sacar los productos a los<br />

centros <strong>de</strong> consumo, lo que hacía que toda aquella riqueza permaneciera inactiva. El día,<br />

sin embargo, en que el país gozara <strong>de</strong> una paz estable, y se abrieran vías <strong>de</strong> comunicación<br />

para sacar <strong>de</strong> su aislamiento a las zonas productoras, la República no sólo se transformaría<br />

en una tierra próspera, capaz <strong>de</strong> alimentar con largueza a sus hijos y <strong>de</strong> ofrecer seguro albergue<br />

a millares <strong>de</strong> ciudadanos <strong>de</strong> otras partes <strong>de</strong>l mundo, sino que su mismo <strong>de</strong>sarrollo<br />

material le daría el po<strong>de</strong>r económico y militar necesario para garantizar su propio <strong>de</strong>stino<br />

y hacer sagrada y respetable para todos su propia in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />

Mientras la naturaleza <strong>de</strong>l Cibao excitaba el patriotismo <strong>de</strong> Duarte y servía <strong>de</strong> estímulo<br />

a su imaginación vivísima, las multitu<strong>de</strong>s salían a su encuentro para aclamar en él al Padre<br />

<strong>de</strong> la Patria. Santiago, teatro <strong>de</strong> la hazaña <strong>de</strong>l 30 <strong>de</strong> marzo, lo recibió el 30 <strong>de</strong> junio con<br />

manifestaciones jubilosas. Los regimientos que se cubrieron <strong>de</strong> gloria bajo las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong><br />

Imbert y <strong>de</strong> Fernando Valerio, <strong>de</strong>sfilaron ante el eminente ciudadano que sonrió aquel día,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cumbre <strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>stia ejemplar, al recibir con irreprimible emoción el homenaje<br />

<strong>de</strong> las armas libertadoras.<br />

Cuatro días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong>l apóstol a la ciudad <strong>de</strong> Santiago, el 4 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong><br />

1844, los ciudadanos más notables <strong>de</strong> la capital <strong>de</strong>l Cibao visitaron a Duarte para comunicarle<br />

que el pueblo y el ejército se habían pronunciado algunas horas antes en su favor y <strong>de</strong>seaban<br />

investirlo con los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República para que a ese título asumiera la<br />

<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l país contra cualquier intento <strong>de</strong> supeditar su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia a una nación extranjera.<br />

El acta que se puso en manos <strong>de</strong>l caudillo separatista le encarecía la convocación <strong>de</strong> una<br />

Asamblea Constituyente que votase la Ley Orgánica por la cual <strong>de</strong>bía regirse el Estado, y<br />

señalaba al gran repúblico como el ciudadano más digno <strong>de</strong> realizar esa misión, por ser él la<br />

personificación <strong>de</strong>l patriotismo y el símbolo más alto <strong>de</strong> la libertad dominicana. Duarte leyó<br />

con sorpresa el acta que acababa <strong>de</strong> serle entregada y quiso correspon<strong>de</strong>r a ese testimonio <strong>de</strong><br />

adhesión popular inclinándose ante la voluntad allí expresada por la mayoría <strong>de</strong> sus conciudadanos.<br />

Pero su conciencia, llena <strong>de</strong> pudor cívico, se sintió acto seguido alarmada por aquel<br />

pronunciamiento inesperado. Su sacrificio hubiera sido estéril si la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia alcanzada<br />

se utilizase para erigir el motín en fuente creadora <strong>de</strong> las nuevas instituciones. La República<br />

no tardaría en hundirse si la primera Constitución nacía manchada por la violencia. Si había<br />

en el país alguien capaz <strong>de</strong> levantar la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la discordia, y <strong>de</strong> asumir una presi<strong>de</strong>ncia<br />

surgida <strong>de</strong>l seno <strong>de</strong> una insurrección triunfante, sobre la frente <strong>de</strong> ese ambicioso <strong>de</strong>bía caer<br />

la maldición <strong>de</strong> la historia y la repulsa <strong>de</strong> la conciencia nacional ofendida.<br />

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