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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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ENRIQUE APOLINAR HENRÍQUEZ | REMINISCENCIAS Y EVOCACIONES<br />

establecimiento <strong>de</strong> bases navales en el Hemisferio Occi<strong>de</strong>ntal y <strong>de</strong> manera especial en las<br />

vecinda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l canal ístmico (fuese quien fuere la potencia europea que osara establecerlas),<br />

in<strong>de</strong>fectiblemente significaría la guerra con la máxima potencia americana.<br />

Tampoco podía ignorar el marcial <strong>de</strong>senlace, así profesado, el Kaiser Wilhem II. El Emperador<br />

alemán no podía ocultar, por tanto, ni en efecto ocultó, la suspicaz reacción que en su ánimo<br />

alerta y prevenido provocó la sorpren<strong>de</strong>nte y sorpresiva propuesta <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Heureaux.<br />

El Emperador se hallaba temporalmente en Hannover cuando el 2 <strong>de</strong> septiembre el Canciller<br />

von Bülow le trasmitió por la vía telegráfica el siguiente <strong>de</strong>spacho, claro indicio <strong>de</strong> la<br />

importancia que este eminente funcionario le atribuyó a la sugerida vinculación convencional<br />

que el mandatario ejecutivo <strong>de</strong> la República Dominicana había formulado.<br />

“Muy reverentemente someto a Vuestra Majestad Real e Imperial un telegrama <strong>de</strong>l<br />

Ministro Resi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Vuestra Majestad en Haití, así como también un telegrama <strong>de</strong>l señor<br />

von Holleben. El Ministro Resi<strong>de</strong>nte dice que el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República Dominicana le ha<br />

manifestado su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que en su territorio se establezca una estación naval alemana como<br />

protección contra ingerencias americanas. El Embajador <strong>de</strong> Vuestra Majestad en Washington<br />

–a quien se le telegrafió íntegramente el texto <strong>de</strong>l telegrama <strong>de</strong> Santo Domingo, para su<br />

opinión, <strong>de</strong>clara en su respuesta que un establecimiento alemán en Santo Domingo haría<br />

ciertamente una impresión muy <strong>de</strong>sfavorable en la Opinión Pública y también en el gobierno<br />

<strong>de</strong> los Estados Unidos, cuyas consecuencias serían incalculables. Al señor von Holleben le<br />

parece <strong>de</strong>seable una conferencia oral respecto <strong>de</strong>l asunto en cuestión. Yo quisiera adherirme<br />

muy respetuosamente a la opinión <strong>de</strong>l Embajador. Él estará retenido en su puesto hasta más<br />

o menos el 15 <strong>de</strong> este mes a causa <strong>de</strong>l asunto <strong>de</strong> Samoa; pero entonces podría disfrutar la<br />

licencia que la benevolencia <strong>de</strong> Vuestra Majestad le concedió” 1 .<br />

No era nada fácil que la suspicaz perspicacia <strong>de</strong>l Kaiser aceptase ingenuamente, con<br />

su valor <strong>de</strong> realidad, la propuesta <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Heureaux. Su insólita significación no se<br />

compaginaba lógicamente con las circunstancias. En su arrogante nota <strong>de</strong>l 20 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1895<br />

ya el Secretario <strong>de</strong> Estado Richard Olney había <strong>de</strong>clarado que los Estados Unidos <strong>de</strong> América<br />

eran “prácticamente soberanos en este continente” 2 ; y ya, en el terreno más impresionante<br />

<strong>de</strong> los hechos cumplidos, las fuerzas navales <strong>de</strong> esta pujante potencia americana habían<br />

vencido a España, conquistado a Puerto Rico y ocupado a Cuba.<br />

La propuesta <strong>de</strong> Heureaux significaba, a todas luces, un reto a la pujante nación americana<br />

que en esos mismos días había adquirido, junto con la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> las armas españolas,<br />

rango <strong>de</strong> gran potencia mundial.<br />

No sin aparente fundamento para la razonable suspicacia, es evi<strong>de</strong>nte que el Kaiser<br />

sospechó que el gobierno americano estaba usando al Presi<strong>de</strong>nte Heureaux para explorar las<br />

miras y las propensiones <strong>de</strong>l Imperio Alemán en la zona <strong>de</strong>l Caribe. Actuando a imagen <strong>de</strong><br />

esa recelosa tesitura, en la cabecilla <strong>de</strong>l mensaje cablegráfico que el Canciller von Bülow le<br />

había trasmitido, Wilhem II –tan dado a los comentarios marginales– apostilló: “¡Oh, amada<br />

inocencia! En ese lazo no caigo yo” 3 .<br />

Un día <strong>de</strong>spués el Embajador Con<strong>de</strong> von Metternich –quien formaba parte <strong>de</strong>l Consejo<br />

<strong>de</strong>l séquito <strong>de</strong>l Kaiser– le dio <strong>de</strong>finitiva contestación, al mensaje <strong>de</strong>l Canciller von Bülow,<br />

en los siguientes términos:<br />

1 Ibid.<br />

2 John Bassett Moore, Digest of International Law, VI, 553.<br />

3 Die Grosse Politick, ut supra.<br />

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