23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

<strong>de</strong>l rey edomita, Hadad, logró huir y acompañado <strong>de</strong> algunos siervos <strong>de</strong> su padre a Egipto,<br />

don<strong>de</strong> obtuvo la protección <strong>de</strong> un faraón y <strong>de</strong> don<strong>de</strong> volvió, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> David,<br />

a reclamar su reino con las armas en la mano.<br />

Habiendo resultado David vencedor <strong>de</strong> Filistea y <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>l sur, su reino se consolidaba<br />

y se extendía. No se sabe cuántas guerras libró ni cuántas veces <strong>de</strong>bió enviar sus<br />

tropas al Moab, a Edom, a Amalec. No es cosa <strong>de</strong> estimar que esas regiones, pobladas por<br />

nómadas y tribus belicosas, se <strong>de</strong>jaban conquistar y se quedaban tranquilas. En pleno siglo<br />

XX, po<strong>de</strong>rosos países europeos no lo han logrado ni con los árabes <strong>de</strong> la península ni con los<br />

moros <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> Africa; mucho menos podía obtenerlo David en aquellos días. Lo que sí<br />

nos indican ciertos pasajes <strong>de</strong>l texto bíblico es que gran parte <strong>de</strong> los pueblos conquistados<br />

eran forzados a trabajar en los caminos, en el corte <strong>de</strong> las ma<strong>de</strong>ras, en las minas, en la labranza<br />

<strong>de</strong> los campos, y que <strong>de</strong> todos ellos se sacó botín en oro, piedras, metales y otros materiales<br />

<strong>de</strong> valor. El <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> lo saqueado era parar, mayormente, en las arcas <strong>de</strong> David.<br />

Pero lo cierto es que las guerras con Moab, Amalec e Idumea no eran importantes <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> que una gran victoria podía poner los pueblos <strong>de</strong>rrotados a los pies <strong>de</strong>l<br />

vencedor, pues aún venciendo había que sojuzgarlos cada día. Eran importantes por cuanto<br />

aumentaban el territorio tributario y el prestigio <strong>de</strong> Israel y porque facilitaban el dominio<br />

<strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s rutas comerciales.<br />

No se sabe en qué época se hicieron las expediciones conquistadoras <strong>de</strong>l sur y <strong>de</strong>l<br />

su<strong>de</strong>ste, ni durante cuánto tiempo hubo que estar enviando otras a retener lo ganado.<br />

Por esa razón no nos atenemos al or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los hechos militares. En realidad, el or<strong>de</strong>n es<br />

in<strong>de</strong>scifrable, si bien se sabe que la guerra contra los ammonitas, que vivían hacia el este y<br />

el nor<strong>de</strong>ste, fue anterior a la batalla <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong> la Sal, en que resultaron <strong>de</strong>finitivamente<br />

vencidos los edomitas.<br />

De las hazañas militares <strong>de</strong> David en el este y el nor<strong>de</strong>ste nos ocuparemos inmediatamente.<br />

Pero antes <strong>de</strong>bemos llamar la atención <strong>de</strong>l lector hacia David mismo. No caigamos<br />

en el error <strong>de</strong> pensar, inducidos por la serie <strong>de</strong> aventuras guerreras a que nos estamos refiriendo,<br />

que David era un rey a caballo 1 , uno <strong>de</strong> esos monarcas que gobernaban a su país<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los campamentos, repartiendo sus días entre las atenciones militares y los cuidados<br />

<strong>de</strong> la política. Así <strong>de</strong>bió ser el David <strong>de</strong> antes, quizá el <strong>de</strong> los primeros diez años <strong>de</strong> reinado.<br />

Pero ese David fue <strong>de</strong>jándose ganar por la sensualidad <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r, y si antes encabezaba él<br />

mismo sus ejércitos, <strong>de</strong>spués irían al frente <strong>de</strong> las fuerzas sus generales; iba Joab, el sobrino<br />

para cuya casa había pedido el flujo, la lepra, el báculo, el cuchillo y el hambre; iba su otro<br />

sobrino Abisai, hermano <strong>de</strong> Joab; iban Eleazar, Jesbal, Sama; iban Joyadas y Elijanán; iban,<br />

en fin, sus “laureados”, sus “valientes”, muchos <strong>de</strong> los cuales le acompañaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

días en que andaba por los <strong>de</strong>siertos <strong>de</strong> Judá ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> prófugos.<br />

David era un jefe; se había i<strong>de</strong>ntificado con sus soldados y con su pueblo, y esos soldados y<br />

ese pueblo combatían en nombre <strong>de</strong> su rey. El resplandor <strong>de</strong>l caudillo llegaba a los campamentos<br />

en que se reunían los hombres para invocar a Yavé y atacar al enemigo. Pero el caudillo en sí<br />

iba perdiendo vigor. La seguridad <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r relajaba su alma <strong>de</strong> combatiente. La mayor parte<br />

<strong>de</strong>l tiempo la pasaba David en Jerusalén, don<strong>de</strong> si es cierto que <strong>de</strong>bía usar mucho <strong>de</strong> su tiempo<br />

atendiendo a la organización <strong>de</strong>l Estado y a problemas políticos no lo es menos que <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>dicar<br />

también mucha atención a sus numerosas mujeres y a sus muchos hijos. Poco a poco, mientras<br />

1 La cabalgadura real <strong>de</strong> David era una mula.<br />

770

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!