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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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AMELIA FRANCASCI | MONSEÑOR DE MERIÑO ÍNTIMO<br />

Fue convenido entre Monseñor y mi esposo y yo que se publicaría, como folletín en un<br />

periódico local; a medida que yo fuera escribiendo. Como era semanal el periódico, seríame<br />

permitido satisfacer al editor.<br />

Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer número <strong>de</strong>l folletín, <strong>de</strong>spertó el interés general por mi producción<br />

naciente y un interés particular en muchos literatos. Fue entusiasmo verda<strong>de</strong>ro en Don F.<br />

Gregorio Billini, dueño <strong>de</strong>l periódico, escritor amable; hombre público abnegado y probo;<br />

ciudadano sin tacha. Su conducta, cuando fue presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, merecíale los mayores<br />

encomios. Supo renunciar tan alto cargo tan luego como se apercibiera <strong>de</strong> que el hábil<br />

político que le encumbrara hasta él, no tuvo otro propósito que el <strong>de</strong> convertirle en ciego<br />

instrumento <strong>de</strong> sus maquinaciones. Desafiando las iras <strong>de</strong>l que con ese hecho grandioso,<br />

burlaba él en maquiavélicos planes, pobre y digno, <strong>de</strong>scendió <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r y se resignó a la<br />

oscuridad, viviendo <strong>de</strong> su trabajo y siendo útil a todos sus amigos.<br />

¡Gran Billini! ¡Ese solo rasgo tuyo no podía ser olvidado y <strong>de</strong>be merecerte la inmortalidad!<br />

Otro <strong>de</strong> los intelectuales que favoreció mi obra, aún incipiente fue Don José Joaquín<br />

Pérez, el hombre <strong>de</strong> todos los entusiasmos literarios; cantor insigne <strong>de</strong> Quisqueya;<br />

gran poeta nacional, que conquistara mi admiración al igual <strong>de</strong> la poetisa Doña Salomé<br />

Ureña <strong>de</strong> Henríquez, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mis tiernos años. Sus entusiasmos eran comunicativos;<br />

contagiosos. El que le mereció mi principiada novela tuvo por resultado alentarme<br />

en mi trabajo.<br />

Más tar<strong>de</strong> muchos aplaudieron la obra ya completa; más, en esos tímidos comienzos, mayor<br />

gratitud <strong>de</strong>bo a los que sostuvieron mi ánimo. Habría podido bastarme la casi colaboración <strong>de</strong><br />

Monseñor <strong>de</strong> Meriño, para llevar a cabo mi ardua tarea, sin <strong>de</strong>smayo. Empero, muchas veces<br />

temí que el afecto tan gran<strong>de</strong> que el ilustre arzobispo me profesaba, llegara hasta ofuscarle no<br />

permitiéndole ver lo malo que en ella hubiera <strong>de</strong>l mismo modo que a otros.<br />

En esto, me equivoqué. Demostróme él su sinceridad en aquella ocasión, como en todo<br />

lo hacía.<br />

Día por día, enviábale yo mi manuscrito sometiéndolo a su censura. Él, con su alto juicio,<br />

lo revisaba y me daba a conocer su opinión.<br />

Principiaré a mostrarle en sus cartas como un acervo <strong>de</strong> pruebas. ¡Oh! amigo sublime,<br />

¡qué sencillo se hacía para complacerme y por servirme! Facilitándome la tarea a que me<br />

comprometiera, era uno <strong>de</strong> sus más caros empeños. En la literatura quería él proporcionarme<br />

un <strong>de</strong>rivativo a mi mal moral, distraerme <strong>de</strong> mí misma.<br />

xxVI<br />

Carta décimo segunda<br />

Amelia, mi inspirada amiga:<br />

¡Ha trazado usted ahí dos páginas bellísimas que valen la novela! Siga su interesante<br />

trabajo con mayores alientos, aprovechando los ratos que su <strong>de</strong>licada salud le permita <strong>de</strong>dicar<br />

a él, y no haga caso <strong>de</strong> los ligeros rasguños que, por tener yo la mano <strong>de</strong>masiado bronca,<br />

pue<strong>de</strong> llevar su hermosa producción.<br />

¡Líbrela Dios <strong>de</strong> críticos que van envejeciendo!<br />

Pero a mí me perdona, ¿no es verdad? porque sabe que soy su sincero admirador y que<br />

la quiero mucho.<br />

P. Meriño.<br />

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