23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Ahora bien, lo que cuenta Incháustegui Cabral, no es su vida en el periodismo, más bien<br />

es una radiografía <strong>de</strong> una sala <strong>de</strong> redacción propia <strong>de</strong> las últimas décadas <strong>de</strong>l siglo XIX y las<br />

primeras seis <strong>de</strong>l siglo XX. Es el periodismo vivo <strong>de</strong> la época y sus protagonistas primarios<br />

lo que consigna en esta parte <strong>de</strong> El pozo muerto. Hombres y aconteceres tejiendo una labor<br />

que sujeta a circunstancias políticas es lo contactado. Juan José Llovet, Arturito Pellerano,<br />

Juan Rafael Lamarche, Rafael Alfau, Ramón Marrero Aristy, Rafael Herrera Cabral, Max<br />

Uribe, Agustín Concepción, Carlos Curiel, Manuel Vall<strong>de</strong>peres, son personajes entrañables<br />

<strong>de</strong>l periodismo dominicano. Y en estas páginas interactúan en sus recuerdos y pulso. Ellos,<br />

y muchos otros, imprimen ese sentido <strong>de</strong> pluralidad a este yo-biográfico.<br />

“Todo es política, hasta este libro con sus inocentes incursiones a intimida<strong>de</strong>s intrascen<strong>de</strong>ntes…” 11<br />

He aquí una <strong>de</strong>claración sin <strong>de</strong>svío, todo es política. Cierto, el tiempo vivido se encarga <strong>de</strong><br />

enseñarnos, no otra cosa, la vida <strong>de</strong> cada quien concretiza la verdad. Pero esta <strong>de</strong>claración<br />

<strong>de</strong> aceptación no se limita a ello; no, el autor asume la política como un ejercicio necesario,<br />

como una urgencia y como una necesidad <strong>de</strong> su momento. Toma posición partidaria y va<br />

directamente a la práctica.<br />

¿Qué indujo al joven Incháustegui a seguir a Trujillo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio, como aconteció<br />

con la mayoría <strong>de</strong> los jóvenes intelectuales <strong>de</strong> la época? Él mismo nos ofrece las razones<br />

cuando <strong>de</strong>scribe, en precisas líneas, la situación y atmósfera que imperaba en el país <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

hacía décadas:<br />

No eran peleas entre liberales y conservadores, entre fanáticos y comecuras, entre letrados e<br />

iletrados, eran bandas a cuya cabeza iba el caudillo, generalmente un hombre <strong>de</strong> bien, honrado,<br />

probo, <strong>de</strong> pocas luces, contra bandas dirigidas, electrizadas a veces por otro Caudillo serio, honesto,<br />

buen padre y buen hermano, pero sin mayor preparación, carente <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al concreto,<br />

<strong>de</strong> una aspiración <strong>de</strong> categoría. Era, nos parecía, un matarse por matarse porque al fin y al cabo<br />

Revolución y Gobierno podían cambiar <strong>de</strong> papel y todo seguiría igual. 12<br />

En esta <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l caudillo multiplicado en toda la geografía dominicana, encontramos<br />

la razón profunda <strong>de</strong> esta adhesión que constituyó, con el pasar <strong>de</strong>l tiempo, un acto<br />

político que alcanza estos días. La adhesión <strong>de</strong>l pensamiento epocal a un hombre fuerte, a<br />

un hombre que instauraría treinta años <strong>de</strong> dictadura, está expresada sin ambigüedad: era<br />

una necesidad ya entrado el siglo XX instaurar un régimen que en<strong>de</strong>rezara el país, que le<br />

diera carácter <strong>de</strong> país civilizado. Ya el mundo andaba por rumbos muy distintos en el or<strong>de</strong>n<br />

social y tecnológico, ya el mundo había sido escenario <strong>de</strong> una primera guerra mundial y<br />

estaba en el umbral <strong>de</strong> la segunda <strong>de</strong>l siglo, y en Santo Domingo se persistía en mantener un<br />

estado <strong>de</strong> vida social don<strong>de</strong> imperaba el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Es, pues, ahí, don<strong>de</strong> radica esta actitud,<br />

que ratifica y amplía:<br />

Los que no conocieron ese <strong>de</strong>sengaño, los que no se tropezaron con una duda tan gran<strong>de</strong>, tan<br />

profunda, tal vital; los que no tuvieron por <strong>de</strong>lante esa sensación tremenda que se siente junto al<br />

abismo, no podrán saber jamás cuál es la razón profunda para que un grupo <strong>de</strong> hombres, que no<br />

era sólo nuestro grupo, se echara en brazo, pero ya en serio, <strong>de</strong> Trujillo atraídos por un programa<br />

que tenía mucho <strong>de</strong> común con nuestras únicas ilusiones, con el único i<strong>de</strong>al que habíamos podido<br />

salvar <strong>de</strong>l naufragio que se había producido ante nuestros propios ojos. 13<br />

11 Op. cit., p.181.<br />

12 Op. cit., pp.42-43.<br />

13 Op. cit., p.41.<br />

324

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!