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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Nacional en esa época) sugiriendo que “la memoria” <strong>de</strong> Enrique Henríquez fuese “honrada”<br />

mediante la <strong>de</strong>signación “<strong>de</strong> una <strong>de</strong> las calles <strong>de</strong> esta ciudad” con su nombre 1 .<br />

El dictador Trujillo justificó la iniciativa <strong>de</strong>l indicado homenaje poniendo <strong>de</strong> relieve la figura<br />

<strong>de</strong>l intelectual y <strong>de</strong>l diplómata, <strong>de</strong>l orador y <strong>de</strong>l poeta; pero poniendo el acento tónico en el<br />

diplómata. “En el Licenciado Enrique Henríquez concurrieron muchos <strong>de</strong> los dones” –preconizó<br />

Trujillo– “con que Dios ornamenta a sus criaturas privilegiadas; y como Secretario <strong>de</strong> Relaciones<br />

Exteriores, diplomático inteligente –agregó– “él sirvió con firmeza y patriotismo los intereses<br />

superiores <strong>de</strong> la República en horas difíciles <strong>de</strong> su historia” 2 . Ese complejo servicio <strong>de</strong> puro y<br />

hábil patriotismo, que él le atribuyó a Enrique Henríquez, lo con<strong>de</strong>nsó Trujillo afirmando<br />

<strong>de</strong> manera concluyente que la diplomacia “no claudicó en sus manos” 3 .<br />

Trujillo hurgaba en todas las fuentes los más íntimos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la vida pública y privada<br />

<strong>de</strong> los dominicanos para usar esas informaciones como arma <strong>de</strong> <strong>de</strong>scrédito contra las personas<br />

que hubiesen cometido algún <strong>de</strong>sliz público o privado. En el caso <strong>de</strong> Enrique Henríquez lo<br />

único que pudo <strong>de</strong>cir fue lo que dijo: que la diplomacia no claudicó en sus manos.<br />

Por propia iniciativa o sirviendo instrucciones <strong>de</strong> Trujillo, Tulio M. Cestero escudriñó<br />

en los archivos <strong>de</strong> Relaciones Exteriores en uno <strong>de</strong> sus últimos viajes al país. Un día nos<br />

encontramos al acaso, en la calle, en el momento en que egresaba <strong>de</strong> la Cancillería; y <strong>de</strong><br />

sopetón me dijo:<br />

—”Papá fue engañado por falsas informaciones. Yo he examinado los legajos <strong>de</strong>l Ministro<br />

<strong>de</strong> Relaciones Exteriores <strong>de</strong> la época en que Enrique fue Ministro; y, a la verdad, no hay allí<br />

nada que no hable en honra <strong>de</strong> tu padre”.<br />

Reseña <strong>de</strong> un viaje<br />

Aún cuando a lo largo <strong>de</strong> mi niñez y <strong>de</strong> mi adolescencia nunca fui anormalmente<br />

enfermizo, mi inapetencia y <strong>de</strong>lga<strong>de</strong>z fueron <strong>de</strong>ficiencias que siempre preocuparon a mis<br />

padres. Para combatir esos <strong>de</strong>fectos, <strong>de</strong> tiempo en tiempo pasábamos temporadas en las<br />

estancias, vecinas <strong>de</strong>l mar, que entonces abundaban en las afueras <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Santo<br />

Domingo, cuyas áreas han sido convertidas ya en ensanches integrados al conjunto urbano<br />

<strong>de</strong> la misma.<br />

Se pensaba, con mayor fe, en los benéficos efectos <strong>de</strong> un viaje por los caminos <strong>de</strong>l mar.<br />

Pero este propósito tropezaba con obstáculos <strong>de</strong> vencimiento harto difícil. Mi padre no transigía<br />

con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la separación, aún cuando sólo fuese brevemente transitoria, en razón<br />

<strong>de</strong> que suspendía la directa vigilancia y los asiduos cuidados <strong>de</strong>l celo familiar que entonces<br />

extramaban los mayores. Menos, todavía, mi madre. La solución <strong>de</strong> acompañarme él tropezaba,<br />

a su vez, con dúplice dificultad. Esa solución exigía <strong>de</strong> una parte el abandono temporal<br />

<strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la familia; y por otro lado colidía con el escollo <strong>de</strong> su personal idiosincracia.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicación <strong>de</strong>bida a sus obligaciones profesionales —problema <strong>de</strong> solución<br />

relativamente fácil— su apego a las relaciones y modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida social <strong>de</strong>l propio<br />

país, lo indisponía <strong>de</strong> ordinario a movilizarse más allá <strong>de</strong> las fronteras nacionales.<br />

<br />

1En Rafael L. Trujillo Molina, a Marcos A. Gómez hijo, Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Consejo Administrativo, Mayo 25 <strong>de</strong> 1959.<br />

2Ibid. 3Ibid. 594

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