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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

<strong>de</strong>nunciada; que cerca <strong>de</strong> nuestra casa teníamos espías; que mi amigo A. estaba señalado<br />

como conspirador y amenazado <strong>de</strong> prisión nuevamente. Nuestra pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>bió aumentar.<br />

Don Emiliano venía a vernos al amanecer y mi amigo en altas horas <strong>de</strong> la noche. Mi esposo<br />

y yo velábamos, cuando el vecindario dormía o no había <strong>de</strong>spertado aún, para recibirlos.<br />

Lo mismo que a mi sobrino Héctor.<br />

Cuando nos aseguraban que los amigos <strong>de</strong>l general Mano Lao le aconsejaban la resistencia<br />

y que ya se estaban preparando tropas para combatir a los matadores <strong>de</strong> Lilís y cárcel y grillos<br />

y pasaportes para los <strong>de</strong>nunciados como conspiradores, mi inquietud era dolorosa.<br />

No tenía otro consuelo a cada amenaza <strong>de</strong> estas que llegara a mí, sino el siguiente:<br />

¡Que venga Don Emiliano!<br />

Decidía él y conmigo examinaba la situación nuestra y, con toda luci<strong>de</strong>z y calma, calculaba<br />

lo que en pro o en contra <strong>de</strong> ella pudiera haber y casi siempre me tranquilizaba.<br />

—No se atormente tanto, Amelia, me repetía. Esperemos que todo se arregle. Yo quería<br />

tener fe. Y la tenía en él; la tenía en mi entusiasmo y por medio <strong>de</strong> éste, la comunicaba a<br />

otros. Los <strong>de</strong>más creían en mí y conmigo contaban para todo. Sobre todo con mi influencia<br />

sobre don Emiliano que les era necesario y que, probablemente, sin mí, no les hubiera<br />

servido, como lo hacía a mi lado. Era yo el lazo que le unía a los jimenistas. En cuanto a los<br />

revolucionarios <strong>de</strong>l Cibao, conocíalos él muy poco entonces, según me <strong>de</strong>claró, para serles<br />

útil como les fue, por órgano mío.<br />

Mi colaboración <strong>de</strong>bió ser preciosa para todo.<br />

...............................................................................................................<br />

Sin embargo, poco tiempo <strong>de</strong>spués todo esto estaba olvidado. ¡En esa ocasión, más que<br />

en otras, recibí cobre por el oro <strong>de</strong> mi corazón que diera según el <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> mi psicólogo amigo<br />

que conocía bien el mundo y la humanidad!<br />

—No me importa.<br />

Bastábame la ilusión que acariciaba en mi espíritu para encontrar hermosos los días<br />

que siguieron:<br />

Parecíame que nadaba en un océano <strong>de</strong> plena luz; que en el cielo <strong>de</strong> la república comenzaba<br />

a alzarse un sol esplendoroso; que ese sol la iluminaría por siempre y que ya todo sería<br />

paz, concordia y felicidad para la familia dominicana; que una era <strong>de</strong> progreso verda<strong>de</strong>ro<br />

se abriría en breve para ella; que todo sería divino.<br />

¡Deliciosas quimeras! ¡Qué pronto se <strong>de</strong>svanecieron!<br />

La tar<strong>de</strong> en que el héroe libertador, (como se llamara al general Ramón Cáceres) y sus<br />

compañeros entraron en la capital, en tanto que la alegría cundía <strong>de</strong>sbordante y que todo<br />

era fiesta y vítores a mi alre<strong>de</strong>dor, yo en cama, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi habitación, seguía los movimientos<br />

exteriores, congratulándome también por el país.<br />

Un gobierno mixto se formó para preparar las elecciones en corto tiempo. Jimenes era el<br />

candidato para la presi<strong>de</strong>ncia; el general Horacio Vásquez, jefe <strong>de</strong> los cibaeños, el escogido<br />

para la vice-presi<strong>de</strong>ncia. Todo parecía convertido en la mayor armonía; todo inspirado por<br />

los mejores sentimientos patrióticos. Así lo creía yo en mi sinceridad; así lo esperaba mi<br />

alma anhelosa.<br />

Aunque comenzara a ver que se me relegaba; que <strong>de</strong> mí se <strong>de</strong>sentendiera, conformábame<br />

con tal que los intereses <strong>de</strong> la patria prosperaran; que fueran bien atendidos y <strong>de</strong>fendidos<br />

con amor.<br />

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