23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

JOAQUÍN BALAGUER | EL CENTINELA DE LA FRONTERA<br />

Feliciano Martínez y otros oficiales <strong>de</strong> menor rango recibieron or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> situarse en los sitios<br />

más estratégicamente ventajosos para la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la plaza. Doce piezas <strong>de</strong> cañón <strong>de</strong><br />

diferentes calibres fueron colocadas en el Fuerte <strong>de</strong> San José y en otras eminencias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las<br />

cuales podía fácilmente dominarse el avance <strong>de</strong> las tropas enemigas. Abundantes pertrechos<br />

<strong>de</strong> guerra y <strong>de</strong> provisiones <strong>de</strong> boca completaban los preparativos hechos por Duvergé para<br />

una resistencia heroica que pudo ser suficiente para quebrantar la invasión si el laborantismo<br />

político no hubiera minado ya profundamente la moral <strong>de</strong> las tropas libertadoras.<br />

El Presi<strong>de</strong>nte Jiménez, acosado por una oposición cada día más feroz que se aprovechaba<br />

<strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> la situación para precipitar su caída, se trasladó al teatro <strong>de</strong> los<br />

acontecimientos el 23 <strong>de</strong> marzo, con una escolta compuesta por un escuadrón <strong>de</strong> caballería<br />

al mando <strong>de</strong>l Coronel Juan Nepomuceno Ravelo.<br />

Su presencia sirvió <strong>de</strong> pretexto para que la oposición, ya infiltrada en las propias filas<br />

<strong>de</strong>l ejército libertador, tomara un carácter violento que se tradujo en actos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sobediencia<br />

militar y en manifestaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>sacato a la autoridad <strong>de</strong> que se hallaba constitucionalmente<br />

investido el Jefe <strong>de</strong>l Estado. La <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República sobre la reincorporación<br />

al ejército <strong>de</strong>l Sur, con todos sus honores, <strong>de</strong> Valentín Alcántara, se agitó <strong>de</strong> nuevo<br />

como un motivo para el escándalo y la insubordinación entre los oficiales que tenían a su<br />

cargo la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la plaza.<br />

Las ór<strong>de</strong>nes dictadas por el Presi<strong>de</strong>nte Jiménez fueron <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cidas con altivez por el<br />

General Juan Contreras y por el Coronel Juan Batista. El <strong>de</strong>scontento se extendió a los soldados<br />

<strong>de</strong> línea y la batalla, antes <strong>de</strong> comenzar, parecía irremediablemente perdida. De nada valieron<br />

los esfuerzos <strong>de</strong> Duvergé para levantar los ánimos y restablecer la confianza en la victoria. El<br />

Coronel Juan Batista, a quien el Presi<strong>de</strong>nte Jiménez envió al frente <strong>de</strong> mil hombres, constituidos<br />

en su mayor parte por la flor <strong>de</strong>l batallón azuano, con el encargo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tener el avance <strong>de</strong> Geffrard<br />

en Arroyo Salado, abandonó sin disparar un tiro el bastión <strong>de</strong> “Los Conucos”, replegándose<br />

poco <strong>de</strong>spués en el mayor <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n hasta las orillas <strong>de</strong>l Jura. En vez <strong>de</strong> castigar con severidad<br />

este acto <strong>de</strong> <strong>de</strong>serción y <strong>de</strong>sobediencia, el Presi<strong>de</strong>nte Jiménez se apresuró a regresar<br />

a la capital <strong>de</strong> la República sumiendo con esa actitud al ejército, en vísperas <strong>de</strong> una batalla<br />

<strong>de</strong>cisiva para la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia nacional, en la <strong>de</strong>smoralización y en la anarquía.<br />

Cuando Geffrard se presentó el 5 <strong>de</strong> abril ante la ciudad <strong>de</strong> Azua, antemural <strong>de</strong> la República<br />

en el Sur, encontró las fuerzas <strong>de</strong>fensoras <strong>de</strong>smoralizadas <strong>de</strong>bido a que cinco <strong>de</strong> sus<br />

jefes principales habían izado la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la rebeldía pronunciándose contra toda unidad<br />

en el mando. En torno a Duvergé sólo se agruparon para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r heroicamente la plaza<br />

asediada, algunos oficiales <strong>de</strong> rango inferior, como los coroneles Francisco Domínguez,<br />

Eusebio Pereira, Feliciano Martínez y Wenceslao Guerrero; como los tenientes coroneles<br />

Santiago Basora, Emilio Palmatier, Juan María Albert y Santiago Pou, y como el capitán<br />

Matías <strong>de</strong> Vargas. Mientras el General Juan Contreras, encargado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Fuerte<br />

Resolí, entorpecía las maniobras <strong>de</strong> la infantería dando lugar a que muchos soldados cayeran<br />

víctimas <strong>de</strong> los cañones erróneamente disparados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel bastión, el teniente coronel<br />

Basora se batía <strong>de</strong>sesperadamente al pie <strong>de</strong> las trincheras con las tropas <strong>de</strong> Monte Gran<strong>de</strong>,<br />

y el capitán Matías <strong>de</strong> Vargas luchaba sable en mano en plena sabana con los supervivientes<br />

<strong>de</strong>l batallón azuano. El batallón <strong>de</strong> San Cristóbal, bajo el mando <strong>de</strong>l coronel Eusebio Pereira,<br />

y el <strong>de</strong> Higüey, comandado por el coronel Wenceslao Guerrero, se batieron por su parte hasta<br />

caer prácticamente aniquilados bajo el peso <strong>de</strong> las divisiones haitianas. La tropas <strong>de</strong> Neyba<br />

cerraron con obstinación al enemigo el camino <strong>de</strong> la Playa, y el propio Duvergé combatió<br />

935

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!