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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

oficiales. Sánchez fue comandante <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Santo Domingo en la administración<br />

que sucedió a la <strong>de</strong>l déspota que hizo dictar la sentencia <strong>de</strong>l 22 <strong>de</strong> agosto, y Mella empezó a<br />

mezclarse activamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces en las turbulencias intestinas que por largo tiempo<br />

sumieron al país en la anarquía.<br />

Sólo Duarte permanece en el retiro <strong>de</strong> Río Negro. Sólo él no <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong>de</strong> su altura para<br />

mezclarse en las pequeñas disputas por el mando o para contribuir a la división y a la discordia<br />

tomando partido en la pugna <strong>de</strong> los que se discuten las preeminencias políticas. Por<br />

eso es Duarte la única conciencia civil <strong>de</strong>finitivamente pura que ha existido en la República;<br />

por eso es él el i<strong>de</strong>alista integérrimo, el varón <strong>de</strong> vida inculpable que llevó con más dignidad<br />

su martirio y que más lejos estuvo <strong>de</strong>l tributo miserable que cada hombre está obligado a<br />

pagar, en mayor o en menor cuantía, a las concupiscencias humanas.<br />

Duarte y San Gerví<br />

En una <strong>de</strong> sus peregrinaciones por el Orinoco, conoció Duarte al ilustre sacerdote San<br />

Gerví, misionero portugués que en el ejercicio <strong>de</strong> su ministerio solía visitar <strong>de</strong> cuando en<br />

cuando aquellas zonas casi inhabitadas. El prócer dominicano impresionó favorablemente<br />

al sacerdote. De sus conversaciones, orientadas casi siempre hacia temas espirituales, nació<br />

una amistad profunda, sellada por una simpatía recíproca, que se fue luego fortaleciendo<br />

en contactos sucesivos.<br />

San Gerví cobró afecto paternal al proscripto y fue acaso el único hombre que penetró en<br />

el fondo <strong>de</strong> esa conciencia <strong>de</strong> limpi<strong>de</strong>z extraterrena. El drama patriótico <strong>de</strong> Duarte enterneció<br />

al misionero portugués, que se propuso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día, atraer a aquel hombre, <strong>de</strong> pureza<br />

verda<strong>de</strong>ramente sacerdotal, al seno <strong>de</strong> la religión. El misticismo <strong>de</strong>l prócer dominicano,<br />

patente en toda su obra <strong>de</strong> patriota, cobró a su vez mayor fuerza que nunca al contacto con<br />

el espíritu elevadísimo <strong>de</strong> San Gerví, quien poseía una vasta ilustración y era, a<strong>de</strong>más, una<br />

inteligencia asiduamente cultivada. Poco a poco fue convenciendo el sacerdote al apóstol<br />

para que mitigara su soledad y se retirase a un sitio menos inhospitalario y menos distante<br />

<strong>de</strong>l comercio humano. Hacia 1860 se establece Duarte en la región <strong>de</strong>l Apure y aquí reanuda<br />

sus pláticas con San Gerví, quien le enseña el portugués y lo familiariza con los misterios <strong>de</strong><br />

la Teología y <strong>de</strong> la historia sagrada. Estos estudios inclinan al Padre <strong>de</strong> la Patria, <strong>de</strong> manera<br />

casi irresistible, hacia el sacerdocio y sólo el presentimiento <strong>de</strong> que todavía podía ser útil a<br />

su país le aparta en esta ocasión <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

La muerte <strong>de</strong> San Gerví, acaecida en las postrimeras <strong>de</strong> 1861, hiere duramente el corazón<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sterrado. Durante estos últimos años, se había habituado Duarte a la comunión<br />

diaria con el virtuoso sacerdote, y al verse privado <strong>de</strong> ese apoyo moral, único alivio <strong>de</strong> su<br />

ya largo <strong>de</strong>stierro, se <strong>de</strong>spierta en él súbitamente el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> regresar a la civilización y<br />

<strong>de</strong> reincorporarse al mundo. Un suceso imprevisto, el cual coinci<strong>de</strong> <strong>de</strong> modo provi<strong>de</strong>ncial<br />

con su nuevo estado <strong>de</strong> ánimo, lo <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a abandonar la selva y a establecerse otra vez en<br />

Caracas: algunos <strong>de</strong> sus parientes, enterados al fin <strong>de</strong> la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saparecido, le<br />

escriben <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Curazao y le dan la “funestísima noticia <strong>de</strong> la entrega <strong>de</strong> Santo Domingo<br />

a España”, así como la <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Sánchez en el calvario <strong>de</strong> “El Cercado”. Ya nada<br />

lo <strong>de</strong>tiene, y la voz <strong>de</strong>l patriotismo se levanta po<strong>de</strong>rosa en su alma con una fuerza <strong>de</strong> que<br />

careció el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> amnistía dictado por el presi<strong>de</strong>nte Jiménez a raíz <strong>de</strong> la primera caída<br />

<strong>de</strong> Santana.<br />

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