23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi obligada <strong>de</strong>serción <strong>de</strong>l Batallón Ozama, mi vía-crucis). También me visitaron<br />

el Padre Mella i el primer hijo <strong>de</strong> su prole. A propósito <strong>de</strong> este anciano presbítero diré que<br />

varias veces me ayudó en los casos <strong>de</strong> neurosis resistentes a todo tratamiento habitual i que<br />

mejoraban o curaban bajo la asistencia espiritual <strong>de</strong> los consejos recibidos en el confesionario<br />

o frente al altar <strong>de</strong> la virjen Santa Bárbara.<br />

El Dr. Pou, el colega a quien, sin pensarlo, causé daño cuando el Presi<strong>de</strong>nte Cáceres<br />

insistió en nombrarme para <strong>de</strong>sempeñar los puestos <strong>de</strong> aquel enfermo, me envió a buscar<br />

para agra<strong>de</strong>cerme, una vez más, los servicios profesionales que le presté a él i a varios<br />

miembros <strong>de</strong> su familia durante los casi dos años <strong>de</strong> mi permanencia allí. La <strong>de</strong>spedida<br />

con D. Leopoldo fue emocionante, pues tanto él, sus familiares i yo presentíamos que aquel<br />

compañero mío pronto rendiría su tributo a la muerte. En efecto, falleció cuando un año<br />

<strong>de</strong>spués Luis F. Mejía me mostró, en Barcelona <strong>de</strong> España, un número <strong>de</strong>l Listín Diario en<br />

don<strong>de</strong> se anunciaba la <strong>de</strong>función <strong>de</strong>l Dr. Pou.<br />

De los Paiewonski, los Lavandier, los Sangiovanni i <strong>de</strong> otras personas <strong>de</strong> mi numerosa<br />

clientela, recibí muestras <strong>de</strong> que lamentaban mi ausencia, no obstante que a todas recomendé<br />

confiaran en la buena asistencia que les ofrecería mi sustituto, el amigo Dr. Wenceslao<br />

Medrano, a quien vendí casi todos los útiles <strong>de</strong> mi laboratorio i <strong>de</strong>l instrumental quirúrjico<br />

que tanto coadyuvaron en el buen éxito <strong>de</strong> mi ejercicio profesional.<br />

De los campos llegaron clientes i otros conocidos para rogarme que volviera pronto al<br />

país. Recibí <strong>de</strong>l Padre Bornia, mi buen amigo <strong>de</strong> Salcedo, (a quien <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía más <strong>de</strong> año<br />

yo había pagado el oportuno servicio <strong>de</strong> la onza ya mencionada) un telegrama felicitándome<br />

por mi <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> ir a París para perfeccionar mis conocimientos.<br />

Un amigo mío, samanés, recién llegado <strong>de</strong> la Capital, me dijo que mi colega el Diputado<br />

Dr. Alberto Gautreau había propuesto que el Gobierno podría conferirme una beca para yo<br />

po<strong>de</strong>r ampliar mis estudios i alcanzar mi graduación profesional en la Facultad <strong>de</strong> Medicina<br />

en París. Yo ignoraba la proposición <strong>de</strong>l Dr. Gautreau.<br />

Cuando uno <strong>de</strong> los Diputados supo lo propuesto por el Dr. Gautreau expresó que ningún<br />

negro <strong>de</strong>bía ser becado por el Erario Nacional. Su extraña furia contra mí ganó lo que<br />

él recomendaba. ¿Por qué tan aguda saña? Nunca he podido saber el fundamento <strong>de</strong> esa<br />

insólita conducta. Cosas vere<strong>de</strong>s…<br />

Otros estudiantes dominicanos fueron becados antes i <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo que acabo <strong>de</strong> narrar.<br />

Entre los becarios <strong>de</strong> aquella época figuraban los Dres. Alfonseca, Rafael Alardo, José<br />

<strong>de</strong> Jesús Alfonseca i Luis Eduardo Aybar Jiménez. También obtuvieron becas los bachilleres<br />

Lalán Montes <strong>de</strong> Oca, Heriberto <strong>de</strong> Castro i otros que se pier<strong>de</strong>n en mi recuerdo.<br />

Días antes <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> Samaná fui a Sánchez, el pueblo marítimo que en el fondo <strong>de</strong> esa<br />

bahía superaba el comercio <strong>de</strong> casi todo el Cibao. Allí confié mis asuntos monetarios a mi<br />

probo i buen amigo D. Manuel <strong>de</strong> Moya. A él entregué casi todo mi capital con recomendaciones<br />

<strong>de</strong> enviar subsidio mensuales a mi familia, en Santo Domingo i a mí mismo, en París.<br />

D. Manuel cumplió cabalmente esa encomienda. A pesar <strong>de</strong> que tal servicio figuraba claro<br />

i preciso en los libros <strong>de</strong> contabilidad <strong>de</strong> su almacén, personas interesadas en molestarme<br />

inventaron que la casa Moya era mi benefactora supliéndome <strong>de</strong> lo que mis familiares i yo<br />

necesitábamos para el sustento. Aquella falsa propaganda era una continuación –i no el<br />

final– <strong>de</strong> las mal intencionadas mentiras que aun persisten alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> mi persona. Nunca<br />

he sido favorecido con la ayuda <strong>de</strong> nadie ni <strong>de</strong> ningún Gobierno nacional o extranjero, en<br />

ninguna circunstancia ni para ningún propósito personal.<br />

76

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!