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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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ENRIQUE APOLINAR HENRÍQUEZ | REMINISCENCIAS Y EVOCACIONES<br />

efervescente estado <strong>de</strong> cosas reinante en México el Embajador Wilson agregó que Porfirio Díaz<br />

estaba sentado en un volcán cuya erupción “podía poner en peligro la seguridad <strong>de</strong> 40,000 americanos,<br />

hombres, mujeres y niños” 1 resi<strong>de</strong>ntes allí, la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l Ejecutivo americano fue<br />

bien conocida. Destacó po<strong>de</strong>rosas fuerzas militares a lo largo <strong>de</strong>l Río Gran<strong>de</strong>, con or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

estar listas a empren<strong>de</strong>r la invasión eventual <strong>de</strong>l contérmino territorio mexicano.<br />

Según lo reveló la versión <strong>de</strong>l New York World todas las presiones concebibles fueron<br />

ejercidas en el ánimo <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Taft para inducirlo a invadir el territorio mexicano con<br />

la <strong>de</strong>terminada intención <strong>de</strong> “proteger los intereses americanos, pero, en realidad, para servir<br />

<strong>de</strong> consolidante apoyo al bamboleante régimen <strong>de</strong> Díaz, el dictador” 2 .<br />

A juzgar por la revelación <strong>de</strong> esa misma fuente, “el Senado estaba preparado para ce<strong>de</strong>r<br />

a los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> los Morgan, los Guggenheim, los Rochild y otros intereses financieros; y el<br />

Presi<strong>de</strong>nte Taft, por su parte, igualmente dispuesto a complacer esos <strong>de</strong>seos si la Cámara <strong>de</strong><br />

Representantes –entonces bajo el dominio <strong>de</strong> la antagónica mayoría <strong>de</strong>mócrata– aprobaba<br />

la ejecución <strong>de</strong> ese propósito. Había tal confianza en lograr semejante <strong>de</strong>senlace, que aún<br />

cuando el matiz <strong>de</strong>mócrata <strong>de</strong> esa Cámara hacía sospechar alguna resistencia, se esperaba<br />

que la magnitud <strong>de</strong> tal escollo sería <strong>de</strong> escasas dimensiones y que, finalmente, podría ser<br />

anonadado.<br />

Cálculos <strong>de</strong> tan fácil solución, como los <strong>de</strong>scritos, no se ajustaron al dictamen <strong>de</strong> la<br />

realidad. Aún bajo el alegado pretexto <strong>de</strong> “proteger vidas y propieda<strong>de</strong>s americanas” la<br />

Cámara <strong>de</strong> Representantes no se hubiera prestado a darle luz ver<strong>de</strong>, con la autoridad <strong>de</strong><br />

su consejo y <strong>de</strong> su asentimiento, a la proyectada “invasión <strong>de</strong> México” frente a “la adversa<br />

opinión” <strong>de</strong> su propia Comisión <strong>de</strong> Relaciones Exteriores. Para mayor seguridad <strong>de</strong> esa<br />

presumida resistencia, ahí estaba interpuesto contra la realización <strong>de</strong>l proyectado <strong>de</strong>signio<br />

<strong>de</strong> invasión (hipócrita guerra sin <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> guerra) el obstáculo envuelto en la recia<br />

personalidad <strong>de</strong>l prealudido Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> Relaciones Exteriores <strong>de</strong> la Cámara<br />

<strong>de</strong> Representantes.<br />

<br />

Todos los esfuerzos disuasivos <strong>de</strong> su empecinada retinencia fueron inútiles. En un<br />

último, <strong>de</strong>nodado esfuerzo, Sulzer fue llamado a la Casa Blanca; y allí se le mostraron “los<br />

mensajes <strong>de</strong>l Embajador Wilson, los informes secretos <strong>de</strong> los agentes americanos” y también<br />

la presencia coaccionante “<strong>de</strong> oficiales <strong>de</strong>l ejército americano”. Todos esos elementos <strong>de</strong><br />

presión fueron conjugados para infundirle al renuente legislador la convicción <strong>de</strong> que era<br />

necesario “sostener el régimen <strong>de</strong> Díaz” y todo lo que ese apoyo “significaba” en beneficio<br />

<strong>de</strong> “los vastos intereses financieros” que estaban urgiendo <strong>de</strong> concierto la ocupación militar<br />

<strong>de</strong> México 3 .<br />

Hasta los apremios coactivos <strong>de</strong> las amenazas se hicieron llover en el ánimo irreducible<br />

<strong>de</strong>l representante Sulzer. Pero éste, abroquelado en el reducto <strong>de</strong> su propia convicción, le<br />

arguyó al Presi<strong>de</strong>nte Taft y a los senadores republicanos que respaldaban a este mandatario<br />

ejecutivo en sus planes <strong>de</strong> avasallamiento, que México “era una amiga república hermana<br />

y que por tanto <strong>de</strong>bía ser tratada como tal por el gobierno americano” 4 . Manteniendo con<br />

1The New York World, Marzo 4, 1912.<br />

2Ibid. 3Ibid. 4Ibid. 631

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