23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

clarida<strong>de</strong>s nadie las <strong>de</strong>cía con mayor facilidad. Pero también nadie tenía un corazón más<br />

blando, propenso siempre a la dádiva generosa. Remedió muchas penas y enjugó muchas<br />

lágrimas. Su bolsillo o su persona estuvo siempre fácil a una acción noble o a un servicio<br />

oportuno. Eso era Pupú: servicial y regañona.<br />

Vivía en una <strong>de</strong> las calles más antiguas <strong>de</strong> la población. Hacía dulces muy sabrosos.<br />

Viajaba mensualmente a Baní para surtirse <strong>de</strong> ron viejo, que ofrecía a la clientela, lo mismo<br />

que sus dulces, en forma original y humorista. Presentando la ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> dulces, <strong>de</strong>cía:<br />

—Están buenos. Hoy sólo los sopetearon los perros. Naturalmente era una frase. Limpia<br />

y hacendosa gozaba haciendo estas pequeñas travesuras.<br />

Allá en mis moceda<strong>de</strong>s, la casa <strong>de</strong> Pupú era el único sitio <strong>de</strong> reunión <strong>de</strong>l pueblo. Niños,<br />

adolescentes, jóvenes y viejos pasaban por su casa: unos por dulces, otros por el añejo <strong>de</strong><br />

Baní. Para todos tenía una expresión <strong>de</strong> cariño, un regaño o un obsequio. Algunas veces<br />

refunfuñando; otras locuaz, se le conocía su estado espiritual por el ceño. Religiosa, cumplía<br />

diariamente con Dios rezando sus oraciones, ora en la casa, ora en la iglesia. No faltaba a<br />

ningún rezo <strong>de</strong> difunto, llevando siempre el tercio. Su manera <strong>de</strong> llevarlo era proverbial y<br />

hasta humorista, ya que se placía en hacer todas las cosas distintas a los <strong>de</strong>más.<br />

El tiempo, que arrasa con todo, <strong>de</strong> figura señera, la relegó al olvido. La ciudad creció.<br />

Clubs sociales, hoteles y restaurantes sustituyeron a la mo<strong>de</strong>sta casa <strong>de</strong> Pupú; la miseria la<br />

abatió; pero su recuerdo perdura en todos los que supimos <strong>de</strong> su vida consagrada al bien y<br />

al trabajo. Para mí es un placer consagrarle este recuerdo.<br />

Un matrimonio en Las Matas<br />

E. O. GARRIDO PUELLO | NARRACIONES Y TRADICIONES<br />

Hace muchos años que me contaron esta historia. La <strong>de</strong>bí a un buen amigo <strong>de</strong> exuberante<br />

memoria que hace tiempo duerme en la tumba fría, como dijo el poeta. Aunque he usado<br />

una frase <strong>de</strong> poeta, la historia no tiene nada <strong>de</strong> lírica; es más bien tragi-cómica<br />

¿Saben mis lectores lo que es un matrimonio obligado? Voy a tratar <strong>de</strong> dar la explicación<br />

en dos palabras, si se pue<strong>de</strong>. Un matrimonio obligado, allá por mis predios, es un casamiento<br />

impuesto por los padres o por la justicia, si Adán ha faltado a Eva, inducido por las gracias<br />

o las <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s femeninas. Creo que me he explicado bien. Y ahora la historia.<br />

Una noche, que fue serena y apacible, aunque los contrayentes la habrían <strong>de</strong>seado<br />

tempestuosa, tal como estaban sus almas, compareció a la Iglesia con pobre acompañamiento un<br />

matrimonio obligado. Por el camino, en vez <strong>de</strong> dulces y amorosas frases, el novio murmuraba<br />

al oído <strong>de</strong> su víctima palabras duras como estas: “te <strong>de</strong>jaré en la puerta. Yo me caso porque me<br />

obligan. Yo no te quiero”. A estas poco galantes palabras la novia hacía oídos sordos.<br />

Mientras se celebraban los oficios, el público que curioseaba y que como un sarcasmo<br />

nunca falta en esta clase <strong>de</strong> bodas, se fijaba en que la novia, sin aten<strong>de</strong>r a las palabras <strong>de</strong>l<br />

cura, se quitaba las chancletas, se arreglaba la falda; pero sin sospechar el fin <strong>de</strong> todos estos<br />

disimulados preparativos. No bien el cura había dicho su última palabra, la ágil muchacha,<br />

ya preparada, sin importarle novio ni acompañamiento, huye como un gamo hasta refugiarse<br />

en el lugar don<strong>de</strong> estaban las monturas, seguida <strong>de</strong> una chiquillada alborotadora y cruel. Al<br />

unírsele el acompañamiento e increparla por su actitud se justificó diciendo:<br />

—Él dijo que me iba a <strong>de</strong>jar a la puerta <strong>de</strong> la Iglesia. Y para que me <strong>de</strong>jara él, lo <strong>de</strong>jé yo.<br />

¿Te gustó la comedia, lector? Es verídica. Sucedió en Las Matas <strong>de</strong> Farfán hace muchos<br />

años. Era un matrimonio <strong>de</strong> campesinos.<br />

527

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!