23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

JOAQUÍN BALAGUER | EL CRISTO DE LA LIBERTAD<br />

<strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong>l hombre que salvó, por amor a la justicia, a tres españoles con<strong>de</strong>nados injustamente<br />

a la horca”. “Lo espero –repuso Sánchez con acento emocionado– en la Plaza <strong>de</strong>l Carmen”. La<br />

cita fue concertada para las diez <strong>de</strong> aquella misma noche.<br />

Tan pronto como Sánchez abandonó la casa <strong>de</strong> Juan José Duarte, entraron a ella dos<br />

nuevos discípulos <strong>de</strong>l apóstol: Joaquín Lluveres y Pedro Ricart. La noticia que traían era <strong>de</strong><br />

tono alarmante: en la Plaza <strong>de</strong> la Catedral se estaba ya formando la tropa que <strong>de</strong>bía sorpren<strong>de</strong>r<br />

a Duarte en su escondite y entregarlo a sus verdugos. Juan José Duarte creyó llegada la<br />

hora <strong>de</strong> actuar sin pérdida <strong>de</strong> tiempo, y en compañía <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus nietos, como si quisiera<br />

<strong>de</strong>spistar a los sabuesos <strong>de</strong>l déspota con la inocencia <strong>de</strong> la niñez, salió en busca <strong>de</strong>l fugitivo.<br />

Con Vicentico <strong>de</strong> la mano, el anciano siguió la línea <strong>de</strong> las murallas y se encaminó hacia el<br />

sitio <strong>de</strong>nominado “El Cachón”, asilo estratégico adon<strong>de</strong> había ido a refugiarse el caudillo<br />

con algunos <strong>de</strong> sus partidarios más fervorosos. La impresión que produjo a Duarte la llegada<br />

<strong>de</strong> su progenitor, seguido <strong>de</strong> su tierno acompañante y con huellas visibles en el rostro<br />

<strong>de</strong> los sufrimientos que embargaban su ánimo, fue tan intensa que él sólo ha sido capaz <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scribirla en las siguientes frases: “La presencia <strong>de</strong> mi padre me hizo compren<strong>de</strong>r que mi<br />

familia no había podido disfrutar <strong>de</strong> un sólo minuto <strong>de</strong> reposo en estos días aciagos: los<br />

sufrimientos que se causaron entonces a mis padres y a mis hermanas, fueron la primera<br />

copa <strong>de</strong> acíbar que mis enemigos acercaron a mis labios <strong>de</strong>rramándola en mi corazón”.<br />

Juan José Duarte se arrojó en brazos <strong>de</strong> su hijo, y con voz trémula le dio cuenta <strong>de</strong>l<br />

objeto <strong>de</strong> su visita:<br />

—Sánchez te espera esta noche a las diez en la Plaza <strong>de</strong>l Carmen. Junto a él se hallarán<br />

tus amigos, aquellos con quienes te liga un juramento inviolable. Te ruego como padre, que<br />

abandones este sitio inmediatamente, porque los agentes <strong>de</strong> Charles Herard no tardarán en<br />

venir hasta aquí para darte muerte y <strong>de</strong>struir la vida <strong>de</strong> tu pobre madre que se encuentra<br />

en estos momentos sumida en la mayor angustia.<br />

Duarte abrazó a todos sus acompañantes, y se dirigió con su padre y con su sobrino<br />

Vicente hacia la iglesia <strong>de</strong> San Lázaro. Allí se separaron, sin que padre e hijo sospecharan<br />

que aquélla <strong>de</strong>bía ser su última <strong>de</strong>spedida. A las diez <strong>de</strong> la noche, hora señalada para el<br />

encuentro, el caudillo se reunió en la Plaza <strong>de</strong>l Carmen con Francisco <strong>de</strong>l Rosario Sánchez,<br />

Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez. Los cuatro próceres entraron sigilosamente en la<br />

casa <strong>de</strong> Narciso Sánchez, que se encontraba en las inmediaciones. Después <strong>de</strong> examinar por<br />

espacio <strong>de</strong> dos horas la situación, coincidieron en el parecer <strong>de</strong> que el único camino que por<br />

el momento se ofrecía expedito era el <strong>de</strong> buscar refugio en un país extranjero. Sellado el pacto<br />

con un apretón <strong>de</strong> mano, tres <strong>de</strong> los perseguidos salieron uno tras otro y tomaron rumbos<br />

diferentes para no <strong>de</strong>spertar sospechas. El jefe <strong>de</strong> la revolución separatista se encaminó hacia<br />

la casa <strong>de</strong> don Luciano <strong>de</strong> Peña, en la antigua calle <strong>de</strong>l Arquillo. Juan Isidro Pérez se ocultó<br />

en el hogar <strong>de</strong> don José Arias, y Pedro Alejandrino Pina en la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> doña Dolores<br />

Cuello. Sánchez, quien ya empezaba a sentir los primeros síntomas <strong>de</strong> la enfermedad que<br />

lo postró durante largo tiempo en el lecho, permaneció en su casa.<br />

El 13 <strong>de</strong> julio se trasladó Duarte a la casa en don<strong>de</strong> se hallaba Pina, por consi<strong>de</strong>rarla más<br />

segura que la <strong>de</strong> don Luciano <strong>de</strong> Peña. Al día siguiente, volvió a cambiar <strong>de</strong> asilo y se acogió<br />

entonces a la hospitalidad <strong>de</strong>l señor Manuel Hernán<strong>de</strong>z. Aquí permaneció dos días. El 16 circularon<br />

en la ciudad rumores <strong>de</strong> que el nuevo escondite había sido <strong>de</strong>scubierto, y el perseguido,<br />

informado a tiempo por sus copartidarios, aguardó la noche para reunirse con Juan Isidro Pérez<br />

en la casa que ocupaba la familia <strong>de</strong> don Jaime Yépez, al pie <strong>de</strong> la cuesta <strong>de</strong> San Lázaro. De<br />

839

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!