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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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He aquí una leyenda: el Gobierno supo, no recuerdo en qué año, que en Baní se estaba<br />

preparando una revolución. Don Alejandro Woss y Gil era Ministro <strong>de</strong> la Guerra. Mandó a<br />

ensillar un caballo y completamente solo quiso a<strong>de</strong>lantarse a los acontecimientos.<br />

Desmontó en mi casa. Al sudado caballo lo llevaron al patio. Acercaron las mecedoras<br />

él y Epifanio. Woss y Gil tenía su Winchester al alcance <strong>de</strong> la mano. Hablaban bajo. Nadie<br />

sabía <strong>de</strong> qué. De cuando en cuando uno <strong>de</strong> ellos se asomaba a la ventana, como si esperaran<br />

a alguien.<br />

De pronto apareció un hermoso caballero, el rojo pañuelo <strong>de</strong> seda que llevaba anudado<br />

al cuello flotando en el viento.<br />

Se levantaron, uno <strong>de</strong> los dos tomó el rifle y cuando estuvo frente a la ventana sonó un<br />

disparo. El caballo se encabritó. El jinete había tirado <strong>de</strong> las riendas, herido en la cabeza. La<br />

tensión se aflojó, la muerte estaba cerca, y el caballo inició un nervioso galope, calle abajo,<br />

llevando su carga agonizante. Se sostenía vacilante como un borracho, pero no perdió los<br />

estribos.<br />

Woss y Gil se fue al patio. Había un caballo fresco. Lo montó <strong>de</strong> un salto. Estrechó la<br />

mano <strong>de</strong> Epifanio en silencio y partió.<br />

Ya no habría revolución. Le habían matado el alma al movimiento.<br />

Esta es la leyenda. No se cuándo la oí. Es posible hasta que yo la haya inventado en<br />

días muy lejanos y que a fuerza <strong>de</strong> repetirla, como otras mentiras, hoy crea que es verdad<br />

no absoluta porque tengo mis vacilaciones, pero verdad al fin.<br />

La Opinión<br />

HÉCTOR INCHÁUSTEGUI CABRAL | EL POZO MUERTO<br />

Me puse contentísimo cuando me nombraron Director <strong>de</strong> La Opinión. Era llegar a la<br />

culminación <strong>de</strong> la carrera, o un poco menos, pues parece que el pináculo está ocupado por<br />

los que publican sus propios periódicos, pero en fin ganaba más <strong>de</strong> $300.00 y me llené <strong>de</strong><br />

ilusiones.<br />

Tan pronto como puse un pie en la cubierta me di cuenta <strong>de</strong> que el barco que se me<br />

confiaba estaba haciendo agua. No me <strong>de</strong>salenté y quise comprobar que me había equivocado.<br />

Tenía a mi lado a don Manuel Vall<strong>de</strong>peres, excelente periodista catalán, hombre <strong>de</strong><br />

fino espíritu que me sirvió mucho <strong>de</strong> contrapeso en mis exaltaciones.<br />

El personal era escaso y no se le podía exigir más porque los salarios, por la misma crisis<br />

<strong>de</strong>l periódico, habían tenido que ser recortados. Se sostenía más que por la publicidad que<br />

llegaba por la que se buscaba, por las suscripciones, por lo que producía el taller <strong>de</strong> remiendos<br />

al fin y al cabo <strong>de</strong> la misma empresa, unidos por vasos comunicantes.<br />

Todo camino que se emprendía se cerraba con unas palabras: más dinero. Don<br />

Abelardo Nanita, <strong>de</strong>sencantado, era el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Compañía editora, pensó en<br />

convertirlo en una revista, en hacerlo volver sobre sus propios pasos, pero se levantaba<br />

el escollo tremendo <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> una inversión muy gran<strong>de</strong>: prensas nuevas, un<br />

taller <strong>de</strong> fotograbado, obreros especializados, dibujantes, traductores, matrices para las<br />

linotipos, qué sé yo…<br />

Un terremoto nos hizo levantar cabeza. Se cubrió la información rápidamente. Los<br />

aviones que <strong>de</strong>bían arrojar alimentos, ropas y medicamentos en la zona incomunicada por<br />

el <strong>de</strong>sastre, llevaron al fotógrafo. Dos redactores partieron unas horas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer<br />

terrible sismo. Entrevistaron a las autorida<strong>de</strong>s, a los damnificados. Los reportes durante una<br />

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