23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

El tercer día, cuando ya el Sol, a la manera <strong>de</strong> un disco <strong>de</strong> fuego que se hundía en la llanura,<br />

<strong>de</strong>saparecía en el horizonte, y el lúgubre gemido <strong>de</strong>l cu-cú empezaba a anunciar la llegada <strong>de</strong><br />

las sombras <strong>de</strong> la noche, Lasala y sus hombres se encontraban próximos al pueblo.<br />

A las ocho los cuatro jinetes aparecían en la misma plaza <strong>de</strong> don<strong>de</strong> tres días antes habían<br />

partido, y tomaban el camino <strong>de</strong> la comandancia…<br />

De repente, y como obe<strong>de</strong>ciendo a una voz <strong>de</strong> mando cada hombre refrenó su caballo.<br />

Hacia el centro, en el sitio en don<strong>de</strong> Lasala había hecho alto el día <strong>de</strong> la marcha, relucientes<br />

hachones <strong>de</strong> “cuaba” chisporroteaban y a la distancia se alcanzaban a ver un tanto<br />

veladas por el humo, caras encendidas por la lumbre <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> hombres que parecían<br />

moverse nerviosamente en direcciones opuestas.<br />

—Será fiesta –apuntó uno <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong> Lasala.<br />

—Vamos a ver –dijo éste.<br />

Los cuatro clavaron.<br />

A los tres segundos sólo les separaban <strong>de</strong> los grupos unos pasos. El comandante tenía<br />

en la diestra su pistola, el cañón hacia abajo; los otros los trabucos sujetos por la llave<br />

<strong>de</strong>l arma, el <strong>de</strong>do índice en forma <strong>de</strong> gancho <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l gatillo, como en disposición <strong>de</strong><br />

oprimirlo.<br />

Al ruido <strong>de</strong> las pisadas, todos los que formaban los grupos escudriñaron en la sombra.<br />

Los que portaban los hachones los levantaron un tanto tímidamente para hacer luz en el<br />

rostro <strong>de</strong> los aparecidos.<br />

Entonces se escuchó una voz que puso general espanto:<br />

—Ei ¿qué es eso? ¿qué está pasando aquí?<br />

Nadie respondió.<br />

—¿Que qué pasa?, he dicho. ¿Nadie tiene lengua?<br />

El viejo seño Luis, el curan<strong>de</strong>ro, avanzó un poco, a la vez que balbuceaba:<br />

—Sí, señor.<br />

Luego agregó:<br />

—Es, comandante, que en este mismito lugar (agüeitelos allí si quiere) están sus tres<br />

columnarios, que parece que a usté se le cayeron; y como no queríamos que nai<strong>de</strong> se los cogiera<br />

ni tampoco que pagaran justos por pecadores, hace tres días justicos hoy, sin <strong>de</strong>scansar<br />

las noches, que se los estamos cuidando tóos los <strong>de</strong> aquí.<br />

—Pues… muchas gracias, amigos –exclamó Lasala con reposo. Esos pesos columnarios<br />

me han dado siempre suerte. Lo que les digo, yo se lo juro, es que ahora a quienes se la han<br />

dado es a uste<strong>de</strong>s. Pásenme mis columnarios, váyanse a su casa y… buenas noches.<br />

¿Será necesario explicar ahora en qué consistió la “última prueba” <strong>de</strong> que quiso servirse<br />

el terrible comandante para saber si en Guerra quedaban todavía ladrones?<br />

La “Historia <strong>de</strong>l primer quinqué”<br />

Esta es la Historia <strong>de</strong>l primer quinqué, así llamada por nuestros mayores <strong>de</strong>l pasado siglo<br />

y con esa <strong>de</strong>nominación conservada hasta nuestros días.<br />

Para compren<strong>de</strong>rla bien, necesario es empezar recordando que por “quinqué” era conocida<br />

la <strong>de</strong>spués llamada “lámpara <strong>de</strong> mesa” y más tar<strong>de</strong> simplemente “lámpara”. “Quinquet”<br />

le dieron por nombre en Francia en honra <strong>de</strong> su inventor monsieur Quinquet y sin la letra<br />

final se aclimató en España. Sin la t pasó luego a América.<br />

390

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!