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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

Ayudante Mayor <strong>de</strong>l regimiento <strong>de</strong> San Juan, actuó como acusador fiscal en las audiencias<br />

celebradas durante varios días en medio <strong>de</strong> la expectación provocada por el triste episodio<br />

en la conciencia <strong>de</strong> todo el ejército <strong>de</strong>l Sur que había luchado con ejemplar heroísmo para<br />

sostener la causa <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia dominicana.<br />

El Capitán Pedro Florentino fue absuelto, pero el Coronel Lino Peralta y el soldado Bruno<br />

Sayas, cuya culpabilidad fue puesta en evi<strong>de</strong>ncia ante los jueces con pruebas abrumadoras,<br />

fueron sentenciados a muerte y ejecutados el 29 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1846, en presencia <strong>de</strong> los mismos<br />

compañeros <strong>de</strong> armas que los habían visto batirse con bravura en cien gestas gloriosas.<br />

Hacia esta misma época ofreció Duvergé a los oficiales y soldados bajo su mando otro<br />

ejemplo <strong>de</strong> su magnanimidad y <strong>de</strong> su espíritu justiciero. En uno <strong>de</strong> los viajes que solía realizar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong> la Maguana al cuartel <strong>de</strong> Las Matas, a cargo entonces <strong>de</strong> su adjunto<br />

Valentín Alcántara, tuvo que hacer uso <strong>de</strong> su jerarquía militar para resolver una disputa<br />

promovida por la <strong>de</strong>tención <strong>de</strong> varias mujeres, acusadas <strong>de</strong> tráfico ilícito y <strong>de</strong> connivencia<br />

con las autorida<strong>de</strong>s haitianas. Pedro Florentino, envuelto en un agrio intercambio <strong>de</strong> acusaciones<br />

con Valentín Alcántara, a quien aspiraba a <strong>de</strong>splazar como Jefe <strong>de</strong> las Fronteras,<br />

alar<strong>de</strong>aba <strong>de</strong> haber sorprendido in fraganti a una <strong>de</strong> las acusadas <strong>de</strong> quien obtuvo la confesión<br />

<strong>de</strong> que otra compañera había querido “conquistarla para pasarse al enemigo” y para entrar<br />

en inteligencia con maroteros haitianos. Las dos mujeres, según Florentino, fueron careadas<br />

en presencia <strong>de</strong> Valentín Alcántara, y el <strong>de</strong>lito quedó satisfactoriamente probado. Florentino,<br />

quien ya había tenido que afrontar una acusación semejante ante la Comisión Militar<br />

que en 1846 presidió el propio Alcántara, pedía un castigo ejemplar para las dos infelices.<br />

El acusador, con su habitual celo <strong>de</strong> fanático, alegó que en la última <strong>de</strong> sus excursiones los<br />

maroteros habían raptado “sobre 42 bestias”, y que por don<strong>de</strong> pasaban tantos animales<br />

podía pasar también una armada.<br />

Duvergé, por fortuna, conocía mejor que nadie los hábitos <strong>de</strong> las tropas bajo su mando<br />

y las costumbres seguidas a ambos lados <strong>de</strong> las fronteras. Las marotas consistían en una excursión<br />

sorpresiva en terreno enemigo para apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> las bestias y víveres <strong>de</strong>l vecino y<br />

repartir luego el producto <strong>de</strong>l asalto entre los participantes <strong>de</strong> la aventura. La práctica era<br />

seguida en ambos lados <strong>de</strong> las fronteras con la participación muchas veces <strong>de</strong> las propias<br />

autorida<strong>de</strong>s que recibían la recompensa <strong>de</strong> un tanto por ciento <strong>de</strong>l botín conquistado.<br />

Duvergé <strong>de</strong>saprobó, con su característica energía militar, la conducta <strong>de</strong> Alcántara, pero<br />

en vez <strong>de</strong> asentir al <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> Pedro Florentino que pedía la pena capital para las acusadas,<br />

se contentó con or<strong>de</strong>nar que ambas mujeres fueran confinadas en la común <strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong><br />

la Maguana, en un lugar don<strong>de</strong> no les fuera posible seguir en comunicación con los maroteros<br />

haitianos.<br />

CAMPAñA DE 1849<br />

La proclama <strong>de</strong> 1848<br />

Mientras Duvergé vigila el Sur, lado débil por don<strong>de</strong> es mayor la amenaza permanente<br />

<strong>de</strong> las invasiones, en la capital <strong>de</strong> la República asoman los primeros síntomas <strong>de</strong> malestar<br />

interno con el fusilamiento <strong>de</strong>l General José Joaquín Puello, héroe <strong>de</strong> la célebre acción <strong>de</strong> la<br />

Estrelleta. En la crisis provocada en gran parte, por las intrigas <strong>de</strong> Tomás Bobadilla, ave <strong>de</strong><br />

mal agüero que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces habrá <strong>de</strong> aparecer, como una sombra siniestra, en todas las<br />

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