23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Qué <strong>de</strong>seas? –dice.<br />

Cruza el mostrador y se respon<strong>de</strong>:<br />

—Un trago.<br />

Vuelve a cruzar.<br />

—Ahí lo tienes. Los cuartos.<br />

Otra vez como comprador se contesta, mostrador:<br />

—Es fiado; apúntalo.<br />

Otra vez en su posición <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>dor:<br />

—Para fiártelo mejor me lo bebo.<br />

Y sin pedir permiso a su conciencia, ya bastante sofocada, se bebe el trago. Repite<br />

varias veces el truco y ya saturado, se olvida <strong>de</strong> que había hecho juramento <strong>de</strong><br />

enmienda.<br />

Este relato pinta <strong>de</strong> cuerpo entero el personaje que he historiado. Subido <strong>de</strong> punto o<br />

normal fue siempre un hombre bueno.<br />

Lico la Ciega<br />

E. O. GARRIDO PUELLO | NARRACIONES Y TRADICIONES<br />

El argumento <strong>de</strong> esta narración lo estoy extrayendo <strong>de</strong> un viejo recuerdo <strong>de</strong> mi adolescencia:<br />

Lico la Ciega.<br />

Lico era un joven con mentalidad <strong>de</strong> niño. Medroso, apacible, pusilánime, sencillo, pero<br />

cordial. La juventud lo estimaba y lo trataba con comprensiva amistad. Tenía dos ocupaciones<br />

propias <strong>de</strong> su tiempo: tocar las 12 al mediodía, y las 9 <strong>de</strong> la noche, servicio que pagaba<br />

el Ayuntamiento a falta <strong>de</strong> reloj público, y aten<strong>de</strong>r, también por cuenta <strong>de</strong>l Concejo, a los<br />

faroles <strong>de</strong>l alumbrado <strong>de</strong> calles. Todavía la electricidad para esa época era un lujo <strong>de</strong>masiado<br />

costoso para mi humil<strong>de</strong> villa natal. Después… es otra cosa: San Juan <strong>de</strong> la Maguana<br />

presume <strong>de</strong> ciudad. Palacios, teatros, hospitales, hoteles, parques, etc., le van dando carácter<br />

y fisonomía <strong>de</strong> gran ciudad.<br />

Todas las relaciones sociales <strong>de</strong> San Juan, en las primeras horas <strong>de</strong> la noche, giraban<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l toque <strong>de</strong> las 9. Cuando las campanas con su monótono y loco tintinear herían<br />

los aires nocturnos, las mamás se plantaban en la puerta <strong>de</strong> salida, en son <strong>de</strong> cierre, en una<br />

silenciosa invitación a que los visitantes tomaran las <strong>de</strong> Villadiego, con natural contrariedad<br />

<strong>de</strong> novios y enamorados.<br />

Lico, que recibía frecuentes propinas <strong>de</strong> la juventud, era el árbitro. Las noches claras o<br />

influidas por los magníficos rayos <strong>de</strong> la luna, tocaba las 9 a las 10; pero en las oscuras o lluviosas<br />

sus campanazos sonaban indistintamente entre las 8 y las 8.30. Si algún enamorado<br />

lo cuestionaba acremente por el a<strong>de</strong>lantamiento <strong>de</strong> la hora, contestaba bonachonamente,<br />

sin enojo y sin acritud:<br />

—Va por cuando las toco a las 10.<br />

Todo el conflicto <strong>de</strong> Lico provenía <strong>de</strong> su miedo a muertos y fantasmas. Su imaginación<br />

en ese sentido era pródiga en cuentos <strong>de</strong> aparecidos. Como campanero pasó muchos sustos<br />

y apuros. Una vez un chusco quiso reírse a su costa gastándole una pesada broma falta <strong>de</strong><br />

piedad. Se disfrazó envuelto en una sábana blanca y lo esperó <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l campanario. Cuando<br />

el pobre Lico, receloso y asustado, traspasaba el umbral, el bromista, con voz profunda, le<br />

dijo palabras terroríficas presentándole su estrafalaria figura. Lico casi enloquece <strong>de</strong> miedo<br />

y huye perseguido por las carcajadas <strong>de</strong>l bromista.<br />

513

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!