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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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Elevado a la dignidad <strong>de</strong> arzobispo <strong>de</strong> Acrida, lugares infieles (partibus infi<strong>de</strong>libus), Fray<br />

Leopoldo recibió poco tiempo <strong>de</strong>spués su consagración <strong>de</strong> manos <strong>de</strong>l administrador apostólico<br />

<strong>de</strong> Curazao, el obispo Van Ervijk, <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n Dominica.<br />

La consagración se llevó a efecto en la Catedral <strong>de</strong> Santa Ana, <strong>de</strong> esa antilla holan<strong>de</strong>sa,<br />

el 24 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1871.<br />

El arzobispo Santanché <strong>de</strong> Aquasanta fue el primer prelado a quien se le dio en Santo<br />

Domingo el título <strong>de</strong> “monseñor”, el cual, salido <strong>de</strong> Italia, don<strong>de</strong> se les aplicaba a los obispos,<br />

empezaba ya a exten<strong>de</strong>rse por el mundo. Antes <strong>de</strong> eso, a nuestros obispos y arzobispos se<br />

les dijo “señor”, que es la palabra castiza.<br />

Mentalidad guerrillera<br />

M. J. TRONCOSO DE LA CONCHA | NARRACIONES DOMINICANAS<br />

Don Ulises Francisco Espaillat acababa <strong>de</strong> ser elegido presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República y se<br />

dirigía <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> los Caballeros a la <strong>de</strong> Santo Domingo para empezar a<br />

ejercer la alta función <strong>de</strong> honor y <strong>de</strong> confianza que se le había conferido. Había sido, pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cirse, candidato <strong>de</strong> toda la nación, tanto como <strong>de</strong>l propio Partido Azul, una <strong>de</strong> cuyas<br />

cabezas visibles era, por muchos y gran<strong>de</strong>s merecimientos.<br />

El mismo día <strong>de</strong> su salida <strong>de</strong> Santiago –24 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1876– se <strong>de</strong>tuvo en Moca.<br />

No abundaban mucho en la “Heroica Villa” los “azules”, mas don Ulises, quien por<br />

sobre “azul” era don Ulises, no por eso vio menos concurrida la casa en don<strong>de</strong> había fijado<br />

su momentánea resi<strong>de</strong>ncia. Allí se veían confundidos “rojos” y “azules”. Hasta uno que<br />

otro “ver<strong>de</strong>”, no obstante el natural resentimiento que les producía su reciente expulsión<br />

<strong>de</strong>l Gobierno, contribuía a darle carácter <strong>de</strong> “sin color” a la reunión. (Para un estudiante <strong>de</strong><br />

Física una afirmación semejante será seguramente incomprensible; para quien estuviese en<br />

algunas intimida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la política <strong>de</strong> entonces no pue<strong>de</strong> ser extraño que <strong>de</strong> varios colores<br />

reunidos resultase, justamente, lo incoloro).<br />

Entre los “rojos” que acudieron a presentar sus parabienes al patricio presi<strong>de</strong>nte se<br />

hallaba el general Juan <strong>de</strong> Jesús Salcedo.<br />

Hijo <strong>de</strong>l bravo triunfador <strong>de</strong> Beler y miembro <strong>de</strong> una familia <strong>de</strong> valientes en la cual<br />

todos cuidaban <strong>de</strong> su fama <strong>de</strong> buenos soldados con celo singular, Juan <strong>de</strong> Jesús no concebía<br />

po<strong>de</strong>r en el mundo que no se cimentase en la fuerza. En esto tal vez discrepaba muy poco<br />

<strong>de</strong> Nietzche. Sólo que, mientras el filósofo alemán creaba en sus libros el superhombre, para<br />

extravío <strong>de</strong> la humanidad, Juan <strong>de</strong> Jesús Salcedo se contentaba con hacer esta afirmación,<br />

como síntesis <strong>de</strong> sus convicciones y a la manera <strong>de</strong> un aforismo evangélico: “al gallo se le<br />

respeta por sus espuelas”.<br />

Su hombre era “Ventura”, o lo que es igual –dicho sea más comprensiblemente para<br />

quienes no conocieron el caló político <strong>de</strong> aquellos días– su afecto político era para el general<br />

Buenaventura Báez, caudillo <strong>de</strong>l Partido Rojo. Esto no obstante, y merced a un fenómeno<br />

explicable por influencia <strong>de</strong>l ambiente que en estos momentos se respiraba en todo el país<br />

y <strong>de</strong> que era la mejor muestra la selección <strong>de</strong> Espaillat para la presi<strong>de</strong>ncia, Salcedo, sentíase<br />

sinceramente inclinado a ponerse al lado <strong>de</strong>l nuevo gobierno y porque era ése su pensamiento<br />

se encontraba allí cerca <strong>de</strong> don Ulises en el instante a que esta narración se viene<br />

contrayendo.<br />

La visita <strong>de</strong> Salcedo a don Ulises fue corta. Tenía que serlo, porque el presi<strong>de</strong>nte electo<br />

<strong>de</strong>bía continuar su viaje para la capital una hora más tar<strong>de</strong>, y el tiempo y espacio <strong>de</strong> que<br />

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