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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

en los campos <strong>de</strong> batalla, por el heroísmo sin mancha que resplan<strong>de</strong>ce en toda su historia<br />

militar y por la incansable energía con que contuvo en las fronteras, durante los años más<br />

inciertos y difíciles, las invasiones haitianas.<br />

El Memiso<br />

La victoria militar <strong>de</strong> Azua fue malograda por el abandono que hizo Santana <strong>de</strong>l escenario<br />

<strong>de</strong> ese triunfo <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se ausentó el 20 <strong>de</strong> abril con el grueso <strong>de</strong> las fuerzas bajo su mando 8 .<br />

La forma en que se llevó a cabo el abandono produjo en todos los ánimos un efecto <strong>de</strong>presivo.<br />

La medida no sólo sembró el pesimismo en las poblaciones <strong>de</strong>l Sur sino que también<br />

quebrantó en toda la República la moral <strong>de</strong> las tropas dominicanas. La <strong>de</strong>socupación tuvo las<br />

proporciones <strong>de</strong> una fuga que se realizó durante la noche y que envalentonó al enemigo permitiéndole<br />

volver sobre sus pasos y entrar sin un tiro en el reducto que pocos días antes había<br />

servido <strong>de</strong> escenario a la primera proeza <strong>de</strong> las armas nacionales. Charles Herard encontró<br />

en la plaza, cuando la ocupó tres días <strong>de</strong>spués, una gran cantidad <strong>de</strong> azúcar y <strong>de</strong> víveres, y,<br />

lo que es más inconcebible, algunas municiones y elementos <strong>de</strong> guerra que las tropas olvidaron<br />

llevar consigo en medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n en que la evacuación fue efectuada. La ciudad, en<br />

cambio, se hallaba <strong>de</strong>solada. Los haitianos sólo hallaron en ella dos mujeres, la una <strong>de</strong>mente,<br />

y la otra <strong>de</strong> edad muy avanzada, así como también algunos animales.<br />

La causa nacional pareció perdida para los espíritus más avisados. Para impedir el <strong>de</strong>splome<br />

total y poner nuevamente en marcha la empresa <strong>de</strong> los trinitarios, se recurrió a medidas<br />

<strong>de</strong> efecto psicológico. Tomás Bobadilla, viejo maestro <strong>de</strong> la intriga, dotado <strong>de</strong> singular<br />

talento para el arte <strong>de</strong> mentir y para la confabulación maquiavélica, redactó e hizo circular<br />

profusamente en todo el país un parte imaginario sobre la batalla <strong>de</strong> Azua. Según esa pieza<br />

ingeniosa, el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Haití, Charles Herard, había caído muerto sobre el campo <strong>de</strong> la<br />

acción, y sus tropas habían sido vencidas y aniquiladas 9 .<br />

El ardid <strong>de</strong> Bobadilla surtió momentáneamente el efecto <strong>de</strong>seado sobre la población<br />

civil. La lentitud <strong>de</strong> las comunicaciones y la confusión creada por la guerra, dieron lugar a<br />

que la especie se esparciera con visos <strong>de</strong> seriedad. Pero la verdad acabó por abrirse paso y<br />

el <strong>de</strong>saliento cundió en todos los ánimos hasta el punto <strong>de</strong> que aún en los trinitarios más<br />

resueltos empezó a flaquear la fe en la causa <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. La actitud <strong>de</strong> Santana,<br />

huyendo primero <strong>de</strong> Azua como un <strong>de</strong>sertor y prolongando <strong>de</strong>spués su estancia en Sabana<br />

Buey en espera <strong>de</strong> una ayuda extranjera, <strong>de</strong>scontroló la opinión pública y <strong>de</strong>struyó el espíritu<br />

<strong>de</strong> combatividad <strong>de</strong> las tropas.<br />

8 Refiriéndose al abandono <strong>de</strong> Azua, el Cónsul francés Eustache <strong>de</strong> Juchereau <strong>de</strong> Saint-Denys, <strong>de</strong>cía al Ministro<br />

Guizot, en carta <strong>de</strong>l 17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1844: “Les Dominicains ont commis UNE GRANDE FAUTE en lui abandonnant la<br />

place d’Azua, située a peu <strong>de</strong> distance du littoral <strong>de</strong> la baie d’Ocoa et que sa position avantageuse met a meme d’etre<br />

approvisionnée et ravitaillée par mer”. (Véase Correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Cónsul <strong>de</strong> Francia en Santo Domingo, edición y notas<br />

<strong>de</strong> E. Rodríguez Demorizi, Ciudad Trujillo, 1944).<br />

9 En carta al Ministro Guizot, el Cónsul <strong>de</strong> Francia, Saint-Denys, alu<strong>de</strong> a esta especie, en los siguientes términos:<br />

“Uu chef haitien qui s’était avancé pour examiner la position <strong>de</strong> l’ennemi sous le feu d’une piece <strong>de</strong> 24 chargée a mitraille,<br />

tomba frappé mortellement ainsi que trois autres personnes qui se trouvaient aupre <strong>de</strong> lui. On vit aussitot un<br />

grand nombre <strong>de</strong> soldats se précipiter sur son corps pour lui faire un rempart. Il fut enlevé avec tant <strong>de</strong> précipitation,<br />

et caché avec un tel soin meme aux yeux <strong>de</strong>s siens, que ces précautions donnérent a penser aux personnes qui en<br />

furent témoins que ce ne pauvait etre que le général Riviere lui-meme. Cette conjecture se changea presque en certitu<strong>de</strong>,<br />

lorsqu’ apres le combat meurtrier du 19 on retrouva sur le champ <strong>de</strong> bataille les corps <strong>de</strong>s généraus Souffrance<br />

et Thomas Hector et ceux <strong>de</strong>s colonels Tertonge et Bris, ai<strong>de</strong> <strong>de</strong> Camp du Prési<strong>de</strong>nt qu’il suivait en toute circonstance<br />

comme son ombre”.<br />

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