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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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ENRIQUE APOLINAR HENRÍQUEZ | REMINISCENCIAS Y EVOCACIONES<br />

la i<strong>de</strong>a y la acción se interponía la rémora <strong>de</strong> una máxima reverencia. Quienes veían las<br />

manifestaciones <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia personal ostensibles en las relaciones <strong>de</strong> ambos sujetos,<br />

juzgando por las apariencias superficiales no hubieran podido imaginar que yo le guardaba<br />

a mi padre tan honda unción moral. En todos los años <strong>de</strong> mí vida <strong>de</strong> nada me preservé tanto,<br />

hasta su muerte, como <strong>de</strong> cuidar con especial esmero <strong>de</strong> que jamás tuviera motivo cierto, ni<br />

un instante, para dudar <strong>de</strong> que en todo momento yo sería como él quería que yo fuera.<br />

A la sazón yo era padre <strong>de</strong> familia, con hijo, y frisando en los 40 años. Pero el hombre in<strong>de</strong>pendiente<br />

que había en mí no había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> seguir siendo, en el or<strong>de</strong>n moral, el hijo <strong>de</strong> su<br />

padre. Yo estaba seguro <strong>de</strong> la pureza <strong>de</strong> mi conducta; pero en el caso examinado él no la sabía.<br />

Me inquietaba tremendamente la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su primera reacción, cuando le diera la noticia <strong>de</strong> mi<br />

renuncia, antes <strong>de</strong> enterarse <strong>de</strong> los motivos <strong>de</strong> la misma. Entre una y otra cosa transcurriría sólo un<br />

breve instante, sí. Pero la fugacidad no evitaría el mal efecto <strong>de</strong> la primera impresión, aunque casi<br />

instantáneamente las evi<strong>de</strong>ncias borrasen su mal efecto. La suspensión que yo quería evitar.<br />

Al fin un día resolví comunicarle mi <strong>de</strong>cisión. Pali<strong>de</strong>ció. Yo lo esperaba; pero al instante<br />

mis palabras <strong>de</strong>spejaron las nubes <strong>de</strong> toda duda o mala inteligencia.<br />

—”Yo soy un hombre autónomo” –le dije–; “un hombre libre y responsable <strong>de</strong> sus actos.<br />

No estoy dispuesto a consentir que se me transforme en un instrumento. Tampoco quiero<br />

actuar como verdugo <strong>de</strong> los que no piensan, quizás <strong>de</strong> buena fe equivocados, como pienso<br />

yo. Esa es la única, verda<strong>de</strong>ra causa <strong>de</strong> mi renuncia”.<br />

Recobrando su semblante y la serenidad <strong>de</strong> su espíritu, mi padre coadyuvó:<br />

—”Esa es” –dijo afirmativamente– “la actitud propia <strong>de</strong> los hombres serios”.<br />

La voz <strong>de</strong> la conciencia<br />

Nihil est miserius quam ubi pu<strong>de</strong>t quod feceris.<br />

Los repetidos timbrazos <strong>de</strong>l teléfono interrumpieron nuestra plática. Tomé el auditivo<br />

y recibí la llamada. Una voz agitada preguntó:<br />

—”¿Está Don Luis Felipe Vidal?”.<br />

—”Sí, señor. ¿Quién le llama?”.<br />

—”De su oficina <strong>de</strong>l Ingenio Cristóbal Colón”.<br />

Le trasmití el mensaje a mi fraternal amigo mientras le ofrecía el teléfono diciendo:<br />

—”Del Ingenio te llaman”.<br />

Por instinto <strong>de</strong> discreción yo no había asuntado la conversación que subsiguió. Al retonar<br />

a mi lado Luis Felipe me dijo:<br />

—”Tengo que salir inmediatamente para el Ingenio, Quiquí’.<br />

Era tan inesperada esa salida, que me sorprendió. Temiendo algún acontecimiento<br />

ingrato pregunté:<br />

—”¿Qué pasa? ¿Hay novedad en tu casa?”.<br />

—”No” –respondió secamente Luis Felipe; y a seguidas explicó:<br />

—”Confundiéndolo conmigo” –según me han informado– “hace un momento le hicieron<br />

fuego al contable, quien se hallaba trabajando en mi <strong>de</strong>spacho”.<br />

—”No, Luis Felipe” –le dije con energía–; “tú no te irás esta noche”.<br />

—”¿Por qué?”.<br />

—”Porque yo no lo permitiré” –le repliqué con tutelar arrogancia.<br />

Era ésa una altivez que <strong>de</strong>mandaba, <strong>de</strong> mi parte, inmediata explicación; y se la di.<br />

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