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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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JUAN BOSCH | DAVID, BIOGRAFÍA DE UN REY<br />

En forma inesperada, David pasa <strong>de</strong> arpista a escu<strong>de</strong>ro real; en forma inesperada pasará<br />

<strong>de</strong> yerno y capitán <strong>de</strong>l rey a prófugo; en forma inesperada también pasará <strong>de</strong> jefe <strong>de</strong> banda y<br />

vasallo <strong>de</strong> los filisteos a rey <strong>de</strong> Judá; y es entonces, al llegar a rey, antes <strong>de</strong> alcanzar la mitad<br />

<strong>de</strong> su vida, cuando parece que David adquiere conciencia clara <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino y organiza<br />

todas sus extraordinarias faculta<strong>de</strong>s para lograr ese <strong>de</strong>stino. Hasta poco antes <strong>de</strong> ser ungido<br />

rey era un hombre con ambiciones, pero parecía perdido en las sombras <strong>de</strong> su lucha contra<br />

Saúl, si bien siempre tuvo cualida<strong>de</strong>s para ir viviendo y <strong>de</strong>stacándose mientras llegaba la<br />

hora en que su <strong>de</strong>stino y él formarían una sola imagen. Las medidas <strong>de</strong> esa imagen serían<br />

las medidas <strong>de</strong> Israel.<br />

Como vamos a ver pronto, la osadía <strong>de</strong> David era asombrosa, y lo eran también su capacidad<br />

para adaptarse a situaciones nuevas, para la mentira y la simulación, para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse y<br />

acometer a tiempo; eran excepcionales su sentido <strong>de</strong> la oportunidad y su don para conquistar<br />

amigos. Sobrepasar el día <strong>de</strong> hoy, vivir hasta mañana, parece ser su preocupación más alta<br />

durante la primera mitad <strong>de</strong> su vida. Todo lo que pueda servirle para ese fin es utilizado<br />

por David sin un titubeo. Esa actitud se ve clara en el caso <strong>de</strong> los panes <strong>de</strong> la proposición,<br />

que se hallaban en el santuario <strong>de</strong> Nob, una parada en el camino que seguía David cuando<br />

comenzó su vida <strong>de</strong> prófugo <strong>de</strong> la cólera real.<br />

Los panes <strong>de</strong> la proposición eran doce, hechos <strong>de</strong> harina fina, y se colocaban en dos rimeros<br />

<strong>de</strong> seis panes cada uno, “sobre la mesa <strong>de</strong> oro, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Yavé”, según se lee en el Levítico (20: 5<br />

al 9). Eran el símbolo <strong>de</strong> la alianza <strong>de</strong> Yavé con Israel y estaban <strong>de</strong>stinados sólo a los sacerdotes,<br />

“que los comerán en lugar santo, porque es para ellos cosa santísima, entre las ofrendas <strong>de</strong><br />

combustión hechas a Yavé”. Para fijar la importancia y la categoría sagrada <strong>de</strong> los panes <strong>de</strong> la<br />

proposición, el Levítico afirma: “Es ley perpetua”. Probablemente jamás se le ocurrió a nadie<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que alguien que no fuera sacerdote se atreviera a comer uno <strong>de</strong> esos panes.<br />

Aquella “astucia y la malicia <strong>de</strong> su corazón” que ya en la niñez <strong>de</strong>l futuro rey conocía<br />

uno <strong>de</strong> sus hermanos, <strong>de</strong>bió aconsejar a David que se dirigiera a Gath, la ciudad más<br />

septentrional <strong>de</strong> Filistea, pues sin duda uno que huía <strong>de</strong> Saúl podría hallarse seguro entre<br />

sus proverbiales enemigos. El enemigo <strong>de</strong>samparado <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>roso ha sido siempre bien<br />

acogido por los que odian a ese po<strong>de</strong>roso, y mal recibido o entregado por los que le temen.<br />

En el camino <strong>de</strong> Gath, y al oeste <strong>de</strong> Rama, se hallaba el santuario <strong>de</strong> Nob.<br />

Ese santuario estaba atendido, según se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong> los acontecimientos que se verán<br />

<strong>de</strong>spués, por amigos <strong>de</strong> Saúl. El jefe <strong>de</strong> los sacerdotes era Ajimelec, <strong>de</strong>scendiente y quizá<br />

nieto <strong>de</strong> Elí. No hay constancia <strong>de</strong> que fuera el santuario nacional, no es posible que estuviera<br />

allí el Arca <strong>de</strong> la Alianza, que tal vez se hallaba en Rama, hogar <strong>de</strong> Samuel. La existencia <strong>de</strong>l<br />

santuario <strong>de</strong> Nob con su alto número <strong>de</strong> sacerdotes, sus trofeos <strong>de</strong> guerra, sus panes <strong>de</strong> la<br />

proposición, indica que Saúl había organizado o estaba organizando el culto con prescin<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> Samuel y probablemente con el fin <strong>de</strong> contrarrestar la autoridad <strong>de</strong>l profeta <strong>de</strong><br />

Yavé. La forma en que reacciona Saúl cuando sabe que David ha estado en el templo <strong>de</strong> Nob<br />

y que allí ha recibido ayuda, <strong>de</strong>nuncia a las claras que el rey se sintió traicionado por gente<br />

que le <strong>de</strong>bía lealtad. Los sacerdotes que servían en Nob eran, pues, favorecidos <strong>de</strong> Saúl. Tal<br />

vez no fue pura casualidad que el día <strong>de</strong> la fuga <strong>de</strong> David estuviese en el templo un cierto<br />

Doeg, edomita, amigo <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong> Saúl.<br />

David entró al templo mintiendo. Ajimelec, el jefe <strong>de</strong> los sacerdotes, le preguntó<br />

cómo se explicaba que anduviera solo, y David le respondió que el rey le había dado<br />

una or<strong>de</strong>n secreta, <strong>de</strong> la que nadie podía saber palabra, razón por la cual había <strong>de</strong>jado a<br />

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