23.04.2013 Views

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

escogidos ámbitos <strong>de</strong> la cultura universal. Pero se ha quedado reducido a los limitados muros<br />

que alza el Mar Caribe alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> esta isla, que fue predilecta <strong>de</strong> Colón.<br />

Esa amistad fue alta y noble. “El afecto que nos ligó –dice ella– <strong>de</strong> índole tan especial,<br />

duró hasta la muerte <strong>de</strong> él, por muchos años, y en mi corazón perdura en forma <strong>de</strong> culto a<br />

su memoria”.<br />

Y en verdad, la amistad que existió entre los dos literatos <strong>de</strong>bería ser un ejemplo a imitar<br />

por los dominicanos <strong>de</strong> hoy, para que pueda gozar <strong>de</strong> paz y concordia esta Patria nuestra,<br />

cuyo futuro vio tantas veces con pesimismo el gran orador.<br />

“Esa amistad tan rara que nada alteró jamás; amistad excepcional, porque fue <strong>de</strong> alma,<br />

por completo <strong>de</strong>sinteresada e inmaterial, llena <strong>de</strong> paternal entusiasmo por parte <strong>de</strong> él por mí;<br />

<strong>de</strong> veneración filial y <strong>de</strong> santa ternura <strong>de</strong> la mía a él. El mundo ha celebrado muchas amista<strong>de</strong>s,<br />

pero ninguna fue más hermosa que la que Monseñor <strong>de</strong> Meriño y yo nos profesamos. Jamás vio él<br />

en mí a una mujer joven..., sino un alma <strong>de</strong> mujer <strong>de</strong> la más pura esencia... mi fragilidad<br />

física le hacía admirar más mi espíritu”.<br />

Otro <strong>de</strong> los rasgos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Meriño que Doña Amelia ha querido resaltar fue su<br />

nobleza: “Era su alma la que inspiraba entusiasmo <strong>de</strong> veneración: sí, el alma <strong>de</strong> ese hombre<br />

que fue gran<strong>de</strong>, no por un capricho <strong>de</strong> la fortuna, sino porque nació para serlo; porque para<br />

ello le dotó Dios <strong>de</strong> tan relevantes prendas, que pudo pecar en su vida, porque ¿qué ser<br />

humano formado <strong>de</strong> vil arcilla, con<strong>de</strong>nado por la culpa original a una mísera condición,<br />

ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> pecar alguna vez? Pero, en medio <strong>de</strong> su pecado, fue noble siempre, porque la<br />

nobleza era innata en él”.<br />

La reimpresión <strong>de</strong> Monseñor <strong>de</strong> Meriño Íntimo, repito, hará conocer mejor a nuestro<br />

pueblo joven, parte importante <strong>de</strong> la vida humana <strong>de</strong>l gran Meriño; pero al mismo tiempo<br />

hará revivir la memoria <strong>de</strong> una gran mujer dominicana, gloria <strong>de</strong> las letras nacionales. Él<br />

la <strong>de</strong>scribe así: “las naturalezas puras <strong>de</strong> artistas como es la suya, <strong>de</strong>berían ser libres y no<br />

celebrar otras nupcias que las santas <strong>de</strong>l espíritu con la luz que las seduce y las cautiva”.<br />

Llevando en su sangre la reciedumbre <strong>de</strong> los De Marchena hispánico-holan<strong>de</strong>ses, venidos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Curazao y here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> las tradiciones sefarditas, Amelia nació en Santo Domingo,<br />

apenas seis años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l grito <strong>de</strong> In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. La cuarta entre nueve hermanos,<br />

supo conjugar la mezcla <strong>de</strong> la sangre hebrea <strong>de</strong> su padre con la dominicana <strong>de</strong> su madre,<br />

Justa Sánchez. Así vino al mundo en la Primada <strong>de</strong> América, Amelia Francisca <strong>de</strong> Marchena y<br />

Sánchez, que ella convirtió en Amelia Francasci.<br />

Mirándola al través <strong>de</strong> lo que parece ser una especie <strong>de</strong> diario íntimo <strong>de</strong> su vida, cuando<br />

ella <strong>de</strong>scribe a Meriño, también se nos retrata como una mujer liberada, sobre todo en<br />

aquella época, en la que tan pocas cosas se concedían al sexo femenino. Su educación en<br />

Colegio Católico <strong>de</strong> Curazao le dio una formación que pocas mujeres dominicanas <strong>de</strong> su<br />

tiempo pudieron adquirir.<br />

Casada con el caballero Don Rafael Leyba, supo entregarse con tesonero afán a las labores<br />

que les permitieron mantener abierto un comercio en momentos difíciles <strong>de</strong> la vida económica<br />

<strong>de</strong> la República. Meriño hubiera querido que se <strong>de</strong>dicara sólo al cultivo <strong>de</strong> las letras. Le dice<br />

en la carta n. o 12: Amelia, mi inspirada amiga: ¡Ha trazado usted ahí dos páginas bellísimas<br />

que valen la novela! Siga su interesante trabajo con mayores alientos, aprovechando los<br />

ratos que su <strong>de</strong>licada salud le permita <strong>de</strong>dicar a él, y no haga caso <strong>de</strong> los ligeros rasguños<br />

que, por tener yo la mano <strong>de</strong>masiado bronca, pue<strong>de</strong> llevar su hermosa producción. Líbrela<br />

Dios <strong>de</strong> críticos que van envejeciendo”.<br />

194

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!