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Biografías y Evocaciones - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n III | BIOGRAFÍAS Y EVOCACIONES<br />

La iniciativa no podía partir <strong>de</strong>l gobierno americano sin conllevar una acusadora<br />

retractación. Pero podía provenir –como en otros casos se la hizo emanar– <strong>de</strong>l gobierno<br />

dominicano, cuya disconformidad con los términos <strong>de</strong>l laudo le prestaba a tal movimiento<br />

reversivo visos <strong>de</strong> lógica espontaneidad.<br />

Se produjo entonces una coinci<strong>de</strong>ncia provocativa. Ella Rea<strong>de</strong>r abandonó súbitamente<br />

su se<strong>de</strong> <strong>de</strong> Perú, don<strong>de</strong> sus aventuras habían <strong>de</strong>jado una estela <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s políticas y<br />

<strong>de</strong> maniobras financieras que a su talante le dieron nombradía; y cuando se reintegró a su<br />

resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> New York, en el transcurso <strong>de</strong>l mismo mes en que se produjo el cuestionado<br />

laudo, la recibió un joven dominicano a quien el Presi<strong>de</strong>nte Morales le había confiado, frente<br />

a Ella Rea<strong>de</strong>r, confi<strong>de</strong>ncial misión1 .<br />

El establecimiento <strong>de</strong> esas relaciones, según se ha sospechado, no fue invención <strong>de</strong>l<br />

Presi<strong>de</strong>nte Morales. Se ha sabido <strong>de</strong>spués que él había recibido, <strong>de</strong> fuentes harto confiables<br />

–americanas por añadidura–, elogiadas recomendaciones que exaltaban las dotes <strong>de</strong> “diplomática<br />

sabiduría” y realzaban las espléndidas “realizaciones” <strong>de</strong> Ella Rea<strong>de</strong>r como presunta<br />

maga <strong>de</strong> las finanzas internacionales.<br />

<br />

Cuando en julio <strong>de</strong> 1904 Ella se reintegró a su hogar, ya el agente confi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte<br />

Morales había entablado placenteras relaciones con los miembros <strong>de</strong> la familia Rea<strong>de</strong>r.<br />

Quién había propiciado esa situación <strong>de</strong> intimidad, es cosa que se ignora. Pero las circunstancias<br />

<strong>de</strong>spiertan la suspicacia <strong>de</strong> que fueron personas allegadas a las esferas gubernativas<br />

<strong>de</strong> Washington o instrumentos oficiosos <strong>de</strong>l citado elemento gubernativo. Lo cierto es que<br />

con improvisada facilidad el Señor Pérez –como se le llamaba al agente confi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong>l<br />

Presi<strong>de</strong>nte Morales– rápidamente llegó a sentar plaza que lo convirtió en niño lindo <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong>l círculo familiar <strong>de</strong> los Rea<strong>de</strong>r.<br />

Pérez jugaba a las cartas con la madre y con la abuela <strong>de</strong> Ella para entretenerlas, retozaba<br />

con sus sobrinos –hembras y varones–, favorecía los progresos idiomáticos <strong>de</strong> su esposo<br />

discurriendo con él en la lengua <strong>de</strong> Cervantes; siempre estaba a mano y bien dispuesto para<br />

servir <strong>de</strong> acompañante en esporádicas salidas y a las veces hasta hacía menesteres que lo<br />

i<strong>de</strong>ntificaban como mensajero.<br />

Según se ha diafanizado, en un principio Ella Rea<strong>de</strong>r se mostró inaccesible a los “diestros<br />

y persistentes esfuerzos” <strong>de</strong>splegados por Pérez para inducirla a gestionar con el gobierno<br />

americano o con <strong>de</strong>terminados magnates <strong>de</strong> las finanzas americanas el anhelado arreglo <strong>de</strong><br />

nuestra <strong>de</strong>uda pública. Dadas las circunstancias y los antece<strong>de</strong>ntes, era evi<strong>de</strong>nte que la displicencia<br />

<strong>de</strong> Ella Rea<strong>de</strong>r no era sincera, sino simple táctica <strong>de</strong> interesada entretención.<br />

<br />

Ya tres meses antes –abril 4 <strong>de</strong> 1904– el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> los Estados Unidos <strong>de</strong> América,<br />

Theodore Roosevelt, le había revelado a Charles W. Elliot su propósito <strong>de</strong> tomar “parcial<br />

posesión” <strong>de</strong> la República Dominicana. Ese propósito ha sido interpretado como primer<br />

paso para apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> la Bahía <strong>de</strong> Samaná y establecer el control <strong>de</strong> las aduanas dominicanas.<br />

Pero no se llegó a realizar ese <strong>de</strong>signio. Roosevelt explicó su momentánea abstención<br />

1 Juliet Tonikins, Ella Rawls Rea<strong>de</strong>r, Financie: The Story of the Greates Business Woman in the World. Everybody Magazine,<br />

Sep., Oct., Nov., Dic., 1905. Las citas no indicadas <strong>de</strong> otro modo, proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> esta misma fuente.<br />

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