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LA LEYENDA DE ORO. OCTUBRE , 13<br />
tamientos que les daban os soldados que les Gerardo , abad , hijo <strong>de</strong> Eranfo , varón ilustre , y<br />
acompañaban; pues los punzaban con los cuentos<br />
<strong>de</strong> las lanzas para que corriesen , les apedreaban,<br />
á otros los ataban por los pies y los llevaban arrastrando<br />
por los lugares escabrosos, como si fueran<br />
cuerpos muertos y les <strong>de</strong>scoyuntaban así todos<br />
sus miembros. Por último, ó en el camino ó en<br />
el <strong>de</strong>stierro , afligidos con diverso género <strong>de</strong> tormentos,<br />
casi todos ellos consumaron el martirio.<br />
De entre todos ellos hace la Iglesia particular mención<br />
<strong>de</strong> los obispos SAN FÉLIX y SAN CIPRIANO.<br />
SAN MONAS, OBISPO Y CONFESOR.—Estando<br />
vacante la silla <strong>de</strong> Milán y hallándose el clero y el<br />
pueblo reunidos para la elección <strong>de</strong> un pastor, se<br />
apareció una luz milagrosa, que ro<strong>de</strong>ando á Monas,<br />
<strong>de</strong>signó que aquel era el <strong>de</strong>signado por el Señor.<br />
En seguida fué unánimemente elegido y luego consagrado,<br />
atestiguando en lo sucesivo por sus virtu<strong>de</strong>s<br />
y milagros que había recibido <strong>de</strong>l cielo su<br />
misión. Gobernó la diócesis <strong>de</strong> Milán por espacio<br />
<strong>de</strong> cincuenta y nueve años con pru<strong>de</strong>ncia y santidad<br />
y particularmente con admirable fortaleza en<br />
tiempo <strong>de</strong> la persecución, y finalmente murió en<br />
dichosa paz en medio <strong>de</strong> su rebaño en el siglo III.<br />
SAN SALVINO , OBISPO Y CONFESOR.—Floreció<br />
en Verona, cuya ciudad ilustró con sus ejemplos<br />
y sabiduría. Fué ejemplar <strong>de</strong> penitencia , y siendo<br />
tentado <strong>de</strong> la incontinencia , maceró su carne con<br />
cilicios y ayunos, y con asidua oración. Su humildad<br />
fué tan elevada , que se tenia por el mas<br />
<strong>de</strong>spreciable y abatido <strong>de</strong> los hombres; pero sus<br />
eminentes virtu<strong>de</strong>s le hacían consi<strong>de</strong>rar por cuantos<br />
le conocian como un mo<strong>de</strong>lo acabado <strong>de</strong> perfección.<br />
Poseyó el don <strong>de</strong> milagros y fué perfecto<br />
en todas sus obras y acciones, mereciendo que<br />
Jesucristo se le apareciese en su última hora para<br />
conducirlo á la patria celestial.<br />
SAN MAXIMILIANO, OBISPO Y CONFESOR.— Natural<br />
<strong>de</strong> Hungría y educado en la práctica <strong>de</strong> las<br />
virtu<strong>de</strong>s evangélicas, fué el ornamento <strong>de</strong> su noble<br />
familia y <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Dios. Su instrucción<br />
en las ciencias sagradas y su acrisolada virtud le<br />
merecieron los sufragios <strong>de</strong>l clero y <strong>de</strong>l pueblo<br />
para ser elevado á la silla episcopal <strong>de</strong> Lorch,<br />
cuya diócesis gobernó con pru<strong>de</strong>ncia y distinción,<br />
dotándole el cielo con el don <strong>de</strong> profecía y <strong>de</strong> milagros<br />
, los cuales se continuaron en su sepulcro<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su dichosa muerte. Sus reliquias se<br />
conservan en la iglesia <strong>de</strong> Celene, en el mismo<br />
reino <strong>de</strong> Hungría.<br />
SAN EUSTAQUIO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—<br />
Floreció en Siria, y aunque ignoramos la época,<br />
sabemos por un antiguo escritor llamado Pedro y<br />
por el venerable Beda, que fué insigne este santo<br />
en la penitencia, la caridad con los pobres, y el<br />
zelo por la gloria <strong>de</strong> Dios.<br />
NUESTRA SEÑORA DEL REMEDIO.—Otros ponen<br />
su fiesta en el día 8 <strong>de</strong> este mismo mes. Es<br />
uno <strong>de</strong> los mas hermosos y poéticos títulos bajo<br />
los cuales es invocada la Reina <strong>de</strong> los ángeles.<br />
Dia 13.<br />
<strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Haganon, duque <strong>de</strong> Austrasia , y<br />
<strong>de</strong> Eletru<strong>de</strong> , hermana <strong>de</strong> Estévan , obispo <strong>de</strong><br />
Tongeren , y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño muy bien inclinado á todas<br />
las cosas <strong>de</strong> virtud. Habiendo ya salido <strong>de</strong> los<br />
tiernos años <strong>de</strong> la niñez, y entrando en la juventud<br />
, resplan<strong>de</strong>ció en Gerardo una mo<strong>de</strong>stia <strong>de</strong> costumbres<br />
tan gran<strong>de</strong> y una pru<strong>de</strong>ncia en sus consejos<br />
tan rara, y en sus palabras tanta suavidad<br />
y elegancia , que la gente se le comenzó á aficionar;<br />
y particularmente Berengario , con<strong>de</strong> y señor<br />
<strong>de</strong> Namur, le cobró tanto amor, que le llevó á su<br />
casa , y se servia <strong>de</strong> él para muchas cosas <strong>de</strong> importancia<br />
, porque era hombro para la paz y para<br />
la guerra; y así le envió á Francia por su embajador<br />
, para <strong>de</strong>spachar algunos negocios graves que<br />
se le ofrecían. Había, antes <strong>de</strong> esta jornada á<br />
Francia , tenido Gerardo en sueños cierta visión,<br />
en quesele mandaba que reparase la iglesia <strong>de</strong>Bromio<br />
que habia sido fundada <strong>de</strong> Pipino, y estaba<br />
maltratada , y que trasladase á ella las reliquias<br />
<strong>de</strong> san Eugenio , mártir , arzobispo <strong>de</strong> Toledo. El<br />
habia ya edificado la iglesia , y dadole muchas<br />
hereda<strong>de</strong>s y posesiones; mas no sabia cómo llevar<br />
á ella el cuerpo <strong>de</strong>l glorioso san Eugenio, ni don<strong>de</strong><br />
estaba; pero sucedióle en esta jornada <strong>de</strong> Francia<br />
, que caminando un dia con <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> llegar á<br />
la ciudad <strong>de</strong> París, le sobrevino la noche, y se<br />
hubo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tener en el monasterio <strong>de</strong> San Dionisio,<br />
cerca <strong>de</strong> la ciudad : y entrando en la iglesia, para<br />
encomendarse al Señor, y á los santos que en<br />
aquella eran honrados, oyó hacer conmemoración<br />
<strong>de</strong> san Eugenio, mártir : y queriendo saber<br />
quién era aquel Eugenio , supo que era san Eugenio<br />
, primer arzobispo <strong>de</strong> Toledo, y discípulo<br />
<strong>de</strong> san Dionisio; y que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su maestro habia<br />
sido martirizado en Francia ; y que su sagrado<br />
cuerpo estaba allí sepultado y venerado , resplan<strong>de</strong>ciendo<br />
con muchos y gran<strong>de</strong>s milagros en todo<br />
el reino <strong>de</strong> Francia.<br />
2 Extrañamente se gozó Gerardo con estas<br />
nuevas, pareciéndole que se le abría camino para<br />
cumplir y poner por obra lo que se le habia significado<br />
<strong>de</strong>l cielo. Pidió con mucha instancia al<br />
abad y monjes <strong>de</strong> San Dionisio que le diesen el<br />
cuerpo <strong>de</strong>l santo: y como no se lo concediesen,<br />
fué á la corte <strong>de</strong>l con<strong>de</strong> Roberto (que <strong>de</strong>spués fué<br />
rey), y trató los negocios á que iba, y volvió á<br />
dar cuenta <strong>de</strong> ellos al con<strong>de</strong> Berengario , y suplicóle<br />
que le diese licencia para dar libelo <strong>de</strong> repudio<br />
á todas las cosas <strong>de</strong> la tierra , y recogerse á<br />
servir al Señor: y, aunque con mucha dificultad y<br />
tristeza <strong>de</strong>l con<strong>de</strong>, alcanzó su beneplácito; y tomando<br />
primero la bendición <strong>de</strong> Estévan , obispo <strong>de</strong><br />
Tongeren, volvió al monasterio <strong>de</strong> San Dionisio,<br />
y pidió el hábito y se hizo religioso en aquel santo<br />
convento , don<strong>de</strong> fué espejo <strong>de</strong> toda santidad y<br />
virtud. Allí comenzó á estudiar y apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
las primeras letras, como un niño; y aprovechó<br />
tanto en las humanas y <strong>de</strong>spués en las divinas,<br />
que á los nueve años <strong>de</strong> su conversión se or<strong>de</strong>nó<br />
<strong>de</strong> sacerdote, con gran humildad y gozo <strong>de</strong> su espíritu,<br />
y edificación y aprovechamiento <strong>de</strong> los<br />
SAN GERARDO, ABAD Y CONFESOR. — Fué san otros monjes, á los cuales era gratísimo, y te