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La leyenda de oro 4.pdf

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DICIK.lIliUE , 7 LA LEYENDA DE ORO. 429<br />

pañla <strong>de</strong> su hermana, diciéndole , que se la besase<br />

porque había <strong>de</strong> ser obispo : y aunque entonces<br />

se lomó por juego <strong>de</strong> niño , <strong>de</strong>spués se<br />

vio que habia sido pronóstico, <strong>de</strong> lo que sucedió.<br />

Con ser la ciudad <strong>de</strong> Roma tan gran<strong>de</strong>,<br />

libre y llena <strong>de</strong> gente moza , liviana y perdida,<br />

Ambrosio no se <strong>de</strong>jó llevar ni <strong>de</strong>l Ímpetu y fervor<br />

<strong>de</strong> su juventud , ni <strong>de</strong> la corriente <strong>de</strong> los<br />

otros mozos; antes vivió con tan gran recogimiento<br />

y honestidad , que conservó perpetuamente<br />

su virginidad y pureza <strong>de</strong> costumbres: junio<br />

el casto mancebo el estudio <strong>de</strong> las buenas<br />

letras , y con su raro y excelente ingenio, vino á<br />

ser muy sabio filósofo, y elocuente orador, y á hacer<br />

su oficio <strong>de</strong> abogado , y á ser mirado como<br />

varón notable y <strong>de</strong> gran caudal, y á tener amislad.<br />

estrecha con los hombres mas ilustres y po<strong>de</strong>rosos<br />

<strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Roma, como fueron Símaco (que<br />

había sido cónsul, y era como príncipe <strong>de</strong>l senado,<br />

aunque gentil) y Anicio Probo, á quien el emperador<br />

Valentiniano, por ser varón muy sabio, había<br />

hecho prefeclo <strong>de</strong>l pretorio (que era una alta dignidad<br />

j para qne él pusiese en las provincias los<br />

gobernadores que lo pareciese. Puso los ojos Probo<br />

en san Ambrosio, por las gran<strong>de</strong>s partes que en él<br />

conocia , y encargóle las provincias <strong>de</strong> Insulina,<br />

Liguria y Aruiria, que son las <strong>de</strong> Milán, <strong>de</strong> la ribera<br />

<strong>de</strong> Genova , v la parlo <strong>de</strong> Lombardía , que<br />

eslá <strong>de</strong> la otra parle <strong>de</strong>l no Po. Cuando le envió<br />

Probo á su cargo lo dijo: Vé y gobierna, nó como<br />

juez, sino como obispo.: dándole ó enten<strong>de</strong>r, que<br />

administrase aquellas provincias , nó con rigor,<br />

sino con blandura , y mas como padre , que como<br />

juez. Partió san Ambrosio <strong>de</strong> Roma [tara su gobierno,<br />

y vino á Milán, y halló toda aquella ciudad,<br />

llena <strong>de</strong> bandos y contiendas : porque los herejes<br />

arríanos la turbaban y procuraban inficionar; y los<br />

católicos conservar en sn antigua y católica religión.<br />

Pero fué nuestro Señor servido, que murió Auxencio<br />

, obispo, y cabeza <strong>de</strong> los arríanos, que era <strong>de</strong><br />

Capadocia, y hombre astuto y sagaz, y que mostrándose<br />

en la apariencia católico , daba ocultamente<br />

á beber el veneno <strong>de</strong> su perversa doctrina; y<br />

habia cobrado tanta autoridad y fuerzas, que ni san<br />

Hilario , obispo <strong>de</strong> Puliers, ni Evugno , gran<strong>de</strong><br />

amigo <strong>de</strong> san (Jerónimo, ni san Filastrio, obispo <strong>de</strong><br />

Rressa, viniendo para eslo á Milán, nunca le pudieron<br />

echar <strong>de</strong> su silla: la cual tuvo , hasta que el<br />

"Señor, compa<strong>de</strong>ciéndose <strong>de</strong> su Iglesia, le quitó la<br />

vida. Muerto, pues , Auxencio, todo el pueblo <strong>de</strong><br />

Milán comenzó á tumultuar, queriendo los católicos<br />

que se eligiese obispo católico, y los herejes, hereje.<br />

Supo el emperador Valenliniano la muerte <strong>de</strong> Auxencio<br />

, y avisó á los obispos , que pusiesen en<br />

aquella silla un prelado <strong>de</strong> tantos méritos, á quien<br />

él <strong>de</strong> corazón pudiese inclinar su cabeza, y recibir<br />

con alegría sus reprensiones, y tomarlas como<br />

medicinas <strong>de</strong> su alma. Y como los obispos le suplicasen,<br />

que él mismo eligiese al que habia <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r<br />

á Auxencio , nunca el religioso emperador lo<br />

quiso hacer, diciendo, que aquel negocio era mayor<br />

que sus fuerzas ; y que ellos , como varones<br />

, que estaban llenos <strong>de</strong> la divina gracia , y<br />

alumbrados con su luz , lo podrían mejor hacer:<br />

mostrando en eslo Valenliniano su piedad y el<br />

respeto que tenia á los mimslros <strong>de</strong> Dios, y que<br />

sabia distinguir lo que es propio <strong>de</strong>l emperador y<br />

príncipe temporal, <strong>de</strong> lo que pertenece á los sacerdotes,<br />

y es propio <strong>de</strong> la Iglesia. Tratóse luego<br />

<strong>de</strong> elegir prelado, y juntóse en la iglesia el pueblo<br />

<strong>de</strong> Milán , altercando los católicos y los herejes<br />

arríanos , y pretendiendo sacar cada una <strong>de</strong> las<br />

partes obispo <strong>de</strong> su religión. Vino á la Iglesia Ambrosio<br />

como gobernador <strong>de</strong> aquella provincia, para<br />

sosegar el pueblo, y exhortarle ó la paz y quietud.<br />

En comenzando á hablar , salió <strong>de</strong> repente<br />

una voz <strong>de</strong> un niño que <strong>de</strong>cía: Obispo Ambrosio.<br />

Oída esta voz , luego por divina inspiración , con<br />

gran<strong>de</strong> conformidad se unieron los corazones que<br />

estaban discor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los católicos y <strong>de</strong> los arrianos,<br />

y convinieron en que Ambrosio fuese obispo.<br />

Quedó asombrado san Ambrosio , y procuró divertir<br />

al pueblo , y huir aquella dignidad , <strong>de</strong> la<br />

cual él se tema por indigno , y tomó medios extraordinarios<br />

para mostrar que <strong>de</strong> veras lo era,<br />

é inclinar al pueblo á que <strong>de</strong>sistiese <strong>de</strong> aquella<br />

voluntad. Para esto, en saliendo <strong>de</strong> la iglesia,<br />

hizo poner su tribunal conlra lo que hasta allí había<br />

usado : comenzó á mostrarse severo y cruel,<br />

mandando atormentar algunos hombres facinerosos,<br />

y tratando las causas <strong>de</strong> ellos, ivas como juez<br />

riguroso que como obispo piadoso. Pero como el<br />

pueblo no se moviese con estos espantos y rigores,<br />

antes siempre diese mas voces, v con mayor iris—<br />

tancia le pidiese por obispo, hizo llamar el varón<br />

castísimo y honestísimo, á algunas mujeres lascivas<br />

á su casa, para que viéndolas la gente, le tuviesen<br />

por <strong>de</strong>shonesto é indigno <strong>de</strong> tan sublime y<br />

puro ministerio. Mas como lodos le conocian y entendían<br />

, que aquel era un urlificio y una como<br />

representación para escaparse; lauto mas se encendían<br />

en el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> tenerle por obispo , cuánto él<br />

mas procuraba <strong>de</strong> no serlo, y clamaban que aquel<br />

pecado fuese sobre sus almas. Como vio san Ambrosio<br />

que no le aprovechaban sus arles , huyó <strong>de</strong><br />

Milán hacia Pavía : y habiendo caminado toda la<br />

noche, y creyendo que llegabaá Pavía, por divina<br />

voluntad se halló á las puerlas <strong>de</strong> Milán ; y entendiendo<br />

que era negocio <strong>de</strong> Dios , se rindió y<br />

entregó á la voluntad <strong>de</strong>l pueblo , diciendo que<br />

baria lo que querían. Pusiéronle guardas, para que<br />

no huyese otra vez, y suplicaron al emperador Valenliniano,<br />

que confirmase aquella elección: porque<br />

por las leyes no podían los magistrados ni ministros<br />

imperiales , <strong>de</strong>jar sus oficios , y hacerse clérigos,<br />

sin licencia <strong>de</strong> los emperadores. El emperador se<br />

holgó mucho <strong>de</strong> que el que él habia puesto por<br />

gobernador temporal <strong>de</strong> aquellas provincias, fuese<br />

tal que mereciese ser obispo , y <strong>de</strong> muy buena<br />

gana confirmó la elección <strong>de</strong> san Ambrosio:<br />

el cual mientras que venia la respuesta <strong>de</strong> Valenliniano<br />

, engañando á las guardas se escapó otra<br />

vez, y se escondió en una casa <strong>de</strong> campo <strong>de</strong> un<br />

amigo suyo y caballero principal, llamado Leoncio<br />

, don<strong>de</strong> estuvo hasta que venida la respuesta<br />

<strong>de</strong>l emperador , el mismo Leoncio le <strong>de</strong>scubrió,<br />

por no contravenir á sus mandatos. ¿Qué persona<br />

ha habido en el mundo que tanto pretendió

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