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NOVIEMBRE , 22 LA LEYEN DA DE ORO<br />
que tuviese memoria <strong>de</strong> éi y <strong>de</strong> su reino en sus<br />
oraciones. Eslaba el rey amancebado y escandalizaba<br />
el reino con sus <strong>de</strong>shonestos amores: avisóle<br />
san Columbano y repiendióle <strong>de</strong> su mal estado<br />
, suplicándole que so reportase y echase <strong>de</strong> sí<br />
aquella mala compañía, y se contentase <strong>de</strong> sola la<br />
do la reina , su mujer; porque <strong>de</strong> esta manera Dios<br />
<strong>de</strong>l cielo le ocharía su bendición y le guardaría el<br />
reino para sí y pura sus lujos; y si perseverase en<br />
sus torpezas y <strong>de</strong>shonestida<strong>de</strong>s, totalmente se per<strong>de</strong>ría.<br />
El rey mostraba oír do buena gana ios saludables<br />
consejos <strong>de</strong> Columbano y querer obe<strong>de</strong>cerle<br />
y apartarse <strong>de</strong> su escandalosa vida; mas<br />
ISrunequil<strong>de</strong>, abuela <strong>de</strong>l rey, que tenia gran mano<br />
en el gobierno <strong>de</strong>l reino y podia mucho con su<br />
meto , temió que si daba <strong>de</strong> mano ó las amigas que<br />
tenia , y hacia vida con la reina , que se menoscabaría<br />
su autoridad y po<strong>de</strong>r, y se traspasaría en la<br />
reina. Por este ambicioso temor y <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado<br />
<strong>de</strong> mandar, incitó al rey contra el santo varon,<br />
y le persuadió que <strong>de</strong>sterrase <strong>de</strong> su reino ó él<br />
yá sus compañeros; porque <strong>de</strong> otra manera no<br />
podia tener paz ni <strong>de</strong>scanso. El rey, que hasta<br />
allí había honrado y reverenciado al santo , con<br />
el fuego <strong>de</strong> su carnal concupiscencia, y con el<br />
aceite que le echó Rrunequil<strong>de</strong>, se encendió <strong>de</strong> tal<br />
manera , que saliendo fuera <strong>de</strong> sí, mandó salir do<br />
su reino ó Columbano, y envió soldados para que<br />
le echasen; y ellos le sacaron <strong>de</strong> su monasterio,<br />
al cabo <strong>de</strong> veinte años que habia estado en aquel<br />
yermo con maravillosa opinión <strong>de</strong> santidad. De<br />
don<strong>de</strong> se saca que no basta oír <strong>de</strong> buena gana á san<br />
Juan Bautista, ni hacer muchas cosas buenas por su<br />
consejo, como lo hacia líero<strong>de</strong>s , si no se reprime y<br />
vence la tiranía <strong>de</strong> nuestra carne ; porque mientras<br />
esta vive y reina en nosotros, nos ciega y arrebata<br />
y lleva tras sí, como hizo al rey Teodorico contra<br />
san Columbano : el cual, echado <strong>de</strong> su monasterio,<br />
se fué á la ciudad <strong>de</strong> Risanzo, don<strong>de</strong> entendió que<br />
estaban muchos presos en la cárcel aguardando<br />
cada dia sentencia <strong>de</strong> muerte. Fuese luego á la<br />
cárcel, y entró en ella sin que ninguno so lo estorbase,<br />
y exhortó-á los presos que se volviesen á<br />
Dios y que hiciesen penitencia <strong>de</strong> sus pecados: y<br />
hallándolos blandos y que oian <strong>de</strong> buena gana sus<br />
palabras, locando con sus manos los grillos, se<br />
quebraron y se <strong>de</strong>shicieron; y el sanio varón lavó<br />
á lodos los presos los pies , v se los limpió con maravillosa<br />
humildad , y mandóles que saliesen <strong>de</strong> la<br />
cárcel y su fuesen con él á la iglesia para confesarse<br />
y pedir misericordia al Señor. Salieron: y<br />
llegando á la iglesia, hallaron las puerlas cerradas<br />
. y vieron que venia iras ellos un capitán con<br />
muchos soldados, para lomarlos á la cárcel y hacer<br />
justicia <strong>de</strong> ellos. ^ olvieron los ojos á su libertador<br />
, pidiéndole que los amparase : y el sanio, alzando<br />
los suyos á Dios, lo suplicó que no permitiese<br />
que aquellos hombres afligidos, y que por su<br />
gracia habian ya salido <strong>de</strong> la cárcel-, volviesen á<br />
ella: y al momento se abrieron las puertas <strong>de</strong> la<br />
iglesia , y los presos se entraron en ella y luego so<br />
tornaron á cerrar; y visto el milagro, los soldados<br />
no se atrevieron á ocharles mano , y ellos quedaion<br />
libres , y toda la gente admirada . alabando al<br />
3:11<br />
Señor que así honraba á su Columbano; y él,<br />
lleno <strong>de</strong> confianza en el Señor, no dudó <strong>de</strong> volver<br />
á su monasterio ; mas cuando io supo el rey , ati -<br />
zándole Rrunequil<strong>de</strong>, comenzó á echar llamas <strong>de</strong><br />
fuego <strong>de</strong> saña y furor, y en\ ¡ó luego gente armada<br />
para que sacasen á Columbano arrastrando (si<br />
fuese menester) <strong>de</strong> su convenio , y <strong>de</strong> nuevo le <strong>de</strong>sterrasen<br />
y echasen <strong>de</strong>l reino. Cuando llegó al monasterio<br />
el capilan y los soldados que habian do<br />
ejeluiar el mandato <strong>de</strong>l rey , eslaba Columbano en<br />
el portal <strong>de</strong> la iglesia muy seguro : cególos Dios, y<br />
no lo pudieron ver teniéndole presente; y él los<br />
veia y los miraba, y hacia burla <strong>de</strong> su braveza,<br />
glorificando al Señor por aquella maravilla. Pero<br />
temiendo que los mismos soldados y otros pa<strong>de</strong>cerían<br />
por su causa, se <strong>de</strong>terminó á salir dol reino;<br />
y acompañado do un obispo y <strong>de</strong> un con<strong>de</strong> , en<br />
cumplimiento <strong>de</strong> lo que el rey habia mandado se<br />
embarcó en una nave para volver á llibernia ; mas<br />
habiendo entrado en alta mar, no pudo pasar a<strong>de</strong>lante<br />
la nave , y fué necesario volver atrás, y <strong>de</strong>jar<br />
aquella jornada , por enten<strong>de</strong>r que no era según<br />
la voluntad <strong>de</strong> Dios. Fué en busca <strong>de</strong> Gotario<br />
, hijo <strong>de</strong>l rey Chil<strong>de</strong>rlco, que reinaba en Lorena,<br />
dol cual fué muy bien recibido : y aunque Clotario<br />
se ofreció á ayudarle y favorecerle , no quiso quedar<br />
en su reino, por no sembrar entre él y el<br />
rey Teodorico alguna discordia ; y finalmente, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> otros caminos y discursos ( en que el santo<br />
pa<strong>de</strong>ció mucho, é hizo gran<strong>de</strong>s milagros con maravilloso<br />
fruto <strong>de</strong> las almas), con el favor <strong>de</strong><br />
Clotario llegó á Italia, don<strong>de</strong> Aglulfo, rey <strong>de</strong> los<br />
longobardos , reinaba , <strong>de</strong>l cual fué acogido con<br />
extraordinaria benevolencia y reverencia; y habiendo<br />
estado con el rey a'gun tiempo, se fué á<br />
Milán para oponerse á los herejes arríanos que infestaban<br />
aquella ciudad , contra los cuales escribió<br />
un libro gran<strong>de</strong> y erudito. Aquí supo que en cierta<br />
paite <strong>de</strong>l monte Apenino , que divi<strong>de</strong> Italia , habia<br />
una iglesia <strong>de</strong>dicada al príncipe <strong>de</strong> los apóstoles,<br />
y que Dios obraba en ella gran<strong>de</strong>s milagros, y que<br />
aquel lugar, que se llamaba Rovio (por un riachuelo<br />
que está allí cerca), era muy aparejado y<br />
á propósito para sus intentos, porque era fértil y<br />
abundante <strong>de</strong> aguas; y <strong>de</strong>spués con consentimiento<br />
<strong>de</strong>l rey Aglulfo se fué á aquel lugar, y reparó<br />
la iglesia y edificó un monasterio gran<strong>de</strong> _y<br />
cómodo, en don<strong>de</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber vivido un<br />
año con admirable santidad , libre <strong>de</strong> la cárcel <strong>de</strong><br />
su cuerpo , voló su espíritu al cielo , para ser c<strong>oro</strong>nado<br />
<strong>de</strong> gloria y gozar eternamente <strong>de</strong>l Señor,<br />
á los 21 <strong>de</strong> noviembre.<br />
(j Muchos fueron los milagros que nuestro<br />
Señor obró por san Columbano en vida y en<br />
mnerle , que se pue<strong>de</strong>n leer en su vida: nosotros<br />
referiremos aquí algunos brevemente. Eslando<br />
uno do sus monjes muy enfermo <strong>de</strong> calentura,<br />
y no teniendo en aquel <strong>de</strong>sierto con que<br />
refrigerarse, habiendo mandado á sus monjes<br />
hacer oración al Señor para que los socorriese;<br />
pasados tres dias, vino un hombre que traia algunos<br />
caballos cargados <strong>de</strong> pan y mantenimientos,<br />
el cual dijo que interiormente so había sentido mover<br />
<strong>de</strong> Dios , para proveer á los que con tanta