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82 LA LEYENDA DE ORO. OCTUBRE, 11<br />
espirar, hizo la señal <strong>de</strong> la cruz sobre ella, y dióla<br />
<strong>de</strong> su mano á beber, y luego quedó sana.<br />
3 Otra vez, también al tiempo <strong>de</strong> la siega, una<br />
mujer <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los que segaban, llevó á un niño<br />
suyo , y echóle sobre una haz para que durmiese,<br />
y fuese ella á segar. Estando el niño durmiendo<br />
con la boquita abierta , se le entró por ella una<br />
serpiente hasta el estómago, <strong>de</strong>jando toda la cola<br />
fuera <strong>de</strong> la boca: vio esto san Gumaro , y asiendo<br />
la cola, sacó la serpiente <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>l niño; y<br />
<strong>de</strong> esta manera le dio la vida : y túvose por milagro.<br />
Al mismo tiempo que floreció san Gumaro,<br />
floreció también san Rumoldo , que vivia no lejos<br />
el uno <strong>de</strong>l otro : y movidos <strong>de</strong>l Espíritu santo, vinieron<br />
á verse , y se comunicaron , y trataron , y<br />
dieron or<strong>de</strong>n que cada año se hiciese una procesión<br />
solemne en aquel lugar, y en ella se trajesen<br />
las sagradas reliquias <strong>de</strong> los santos, y se dijese misa<br />
pidiendo á nuestro Señor misericordia, y que<br />
echase su bendición sobre los moradores <strong>de</strong> toda<br />
aquella tierra. Traia el uno y el otro una vara en<br />
la mano: echáronlas; y súbitamente rever<strong>de</strong>cieron<br />
y produjeron hojas y flores. Finalmente, sobrevino<br />
á san Gumaro una gravo enfermedad , y entendió<br />
que Dios le queria librar <strong>de</strong>l saco corruptible <strong>de</strong><br />
nuestra mortalidad; y haciendo gracias por ello,<br />
le dio su espíritu á los 11 <strong>de</strong> octubre, en su al<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong>Emblechen, y allí le sepultaron. Pero <strong>de</strong>spués<br />
el mismo santo apareció á una santa virgen llamada<br />
Vurachil<strong>de</strong>, y le mandó que avisase á los clérigos<br />
y á los <strong>de</strong>más, que la voluntad <strong>de</strong>l Señor era<br />
que su cuerpo se trasladase á la iglesia <strong>de</strong> San<br />
Pedro que el mismo santo había edificado; y por<br />
divina revelación tomaron su cuerpo, y poniéndole<br />
en una barca sin remos, ni piloto, ni persona que<br />
la gobernase, ella misma navegó <strong>de</strong>rechamente<br />
hacia aquel lugar , y allí paró la barca, y le enterraron<br />
con mucha reverencia , y estuvo cuarenta<br />
años , hasta que se edificó en el mismo lugar un<br />
monasterio, y fué trasladado á él, haciendo nuestro<br />
Señor muchos y gran<strong>de</strong>s milagros por su intercesión<br />
, dando salud y consuelo á los que se encomendaban<br />
á él.<br />
4 Entre los otros milagros , un mancebo que<br />
era sordo y mudo <strong>de</strong> nacimiento, sirviendo en<br />
aquel monasterio, cobró oidos y lengua.<br />
5 Entraron <strong>de</strong>spués los nortmannos por aquella<br />
tierra , arruinándola y <strong>de</strong>struyéndola : pegaron<br />
fuego al monasterio; y el santo milagrosamente le<br />
apagó : <strong>de</strong> lo cual quedaron aquellos bárbaros mas<br />
bravos y furiosos, y entraron en el templo, y mataron<br />
á un sacerdote que <strong>de</strong>cia misa , robando todas<br />
las cosas sagradas y ricas que en él habia;<br />
mas llevándolas á sus naves, Dios visiblemente<br />
los castigó: porque dos, los mas principales capitanes<br />
, ó reyes <strong>de</strong> los nortmannos , que estaban<br />
allí, murieron repentina y miserablemente: el uno,<br />
que se llamaba Reolfo , echando las entrañas en<br />
cierta necesidad natural; y el otro , por nombre<br />
Reginacio, perdióla vista y la vida juntamente.<br />
6 <strong>La</strong> vida <strong>de</strong> san Gumaro escribió Teobaldo,<br />
y la trae Surio en su quinto tomo. Hace mención<br />
<strong>de</strong> él el Martirologio romano á los 11 <strong>de</strong> octubre,<br />
y Juan Molano en las anotaciones <strong>de</strong> Usuardo, y<br />
en el índice <strong>de</strong> los santos <strong>de</strong> los estados <strong>de</strong> Flan<strong>de</strong>s.<br />
Floreció por los años <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 770, como<br />
lo dice el car<strong>de</strong>nal Baronio en sus anotaciones.<br />
SAN DIEGO ALEMÁN, CONFESOR.—Fué san Diego<br />
Alemán, <strong>de</strong> nación alemán, como lo dice el<br />
mismo nombre : nació en la ciudad <strong>de</strong> Ulma , <strong>de</strong><br />
honrados y muy cristianos padres : su padre se llamó<br />
Teodorico, varón <strong>de</strong> muy loables costumbres,<br />
muy mo<strong>de</strong>sto y <strong>de</strong>voto, y que llegó á ciento y tres<br />
años , sin faltarle los dientes, ni las fuerzas , ni tener<br />
necesidad <strong>de</strong> báculo, porque fué muy sobrio<br />
y templado en el comer. Con el ejemplo <strong>de</strong> su padre<br />
se crió Diego, su hijo, en mucha virtud , en<br />
<strong>de</strong>voción y temor <strong>de</strong> Dios, frecuentando las iglesias<br />
, oyendo sermones, asistiendo á los oficios divinos<br />
, y ocupándose en todas las cosas <strong>de</strong> religión,<br />
porque así se lo enseñaba Teodorico, su padre.<br />
Cuando llegó á la edad <strong>de</strong> veinte y cinco años, tuvo<br />
<strong>de</strong>voción <strong>de</strong> visitar los santos lugares <strong>de</strong> Roma, y<br />
con buena licencia y bendición <strong>de</strong> su padre hizo<br />
aquella peregrinación. Estuvo en Roma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
principio <strong>de</strong> la cuaresma hasta la Pascua , sin <strong>de</strong>jar<br />
santuario , templo, ó casa <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción que no<br />
visitase, <strong>de</strong>ntro y fuera <strong>de</strong> aquella ciudad. Pasó<br />
<strong>de</strong>spués á Ñapóles , é hízose soldado : y aunque él<br />
procuraba vivir bien , y guardar sus buenas costumbres,<br />
<strong>de</strong>sagradóle la vida licenciosa y <strong>de</strong>senfrenada<br />
<strong>de</strong> los soldados; y así presto la <strong>de</strong>jó , y se<br />
retiró á la ciudad <strong>de</strong> Capua, y asentó con un caballero<br />
letrado, que le amó y trató como si fuera<br />
su hijo. Estuvo cinco años en su casa: y no pudiendo<br />
alcanzar <strong>de</strong> él licencia (por el gran<strong>de</strong> amor<br />
que le tenia) para volver á su patria y ver á su<br />
padre, <strong>de</strong>jó los vestidos y dineros que <strong>de</strong> su amo<br />
habla recibido, y con los que, antes que entrase<br />
á su casa , tenia, se partió secretamente <strong>de</strong> ella,<br />
habiendo primero hecho oración <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> un crucifijo<br />
que tenia en su aposento, suplicándole que<br />
en<strong>de</strong>rezase su camino. Llegó á Bolonia con intento<br />
<strong>de</strong> pasar a<strong>de</strong>lanto y volver a su tierra; mas<br />
allí se <strong>de</strong>tuvo algunos dias , visitando á menudo el<br />
convento <strong>de</strong> Santo Domingo : y viendo la santidad<br />
y celestial vida <strong>de</strong> los religiosos <strong>de</strong> él, tocóle el<br />
Señor al corazón , é inflamóle en su amor <strong>de</strong> tal<br />
manera, que se <strong>de</strong>terminó á seguirlos é imitarlos;<br />
y olvidado ya <strong>de</strong> su padre y <strong>de</strong> su patria, pidió<br />
el hábito <strong>de</strong> religioso en aquel sagrado convento.<br />
Y aunque era persona noble y <strong>de</strong> edad ya <strong>de</strong> treinta<br />
y cuatro años , y habia estudiado, y sabia medianamente<br />
; por su mayor humildad quiso ser fraile<br />
converso y servir al Señor en los ministerios <strong>de</strong><br />
lego. Con este fundamento <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra humildad<br />
, acabado el año <strong>de</strong>l noviciado, al tiempo que<br />
habia <strong>de</strong> hacer profesión , juzgando que era indigno<br />
<strong>de</strong> ella , y temiendo que por sus culpas le echarían<br />
<strong>de</strong>l convento , se fué á los padres mas graves,<br />
y postrándose á sus pies, les suplicaba humil<strong>de</strong>mente<br />
que no le <strong>de</strong>spidiesen , ni echasen <strong>de</strong> su<br />
compañía. Habiendo sido tan gran<strong>de</strong> y tan profunda<br />
su humildad, no es maravilla que el edificio<br />
<strong>de</strong> las otras virtu<strong>de</strong>s, que se edificó sobre tal<br />
cimiento, haya sido admirable. Fué obe<strong>de</strong>ntísimo<br />
no solamente en las cosas que expresamente le<br />
mandaban los superiores, sino también en las que