08.05.2013 Views

La leyenda de oro 4.pdf

La leyenda de oro 4.pdf

La leyenda de oro 4.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

OCTUBRE 10 LA LEYENDA DE ORO. 59<br />

que predicaba contra los vicios, no <strong>de</strong>sistia <strong>de</strong> repren<strong>de</strong>rlos;<br />

porque <strong>de</strong>seaba él mas recibir la<br />

muerte, que sus enemigos dársela. El amor do<br />

Dios y <strong>de</strong> sus prójimos le hizo <strong>de</strong>jar sus amigos,<br />

parientes, patria, y á España, y navegar á las<br />

Indias, á otros climas y regiones diferentes, para<br />

convertir los gentiles á la fé, y el mismo le hizo<br />

toda su vida predicar, confesar, aconsejar, orar,<br />

hacer penitencia, y lomar otros medios, para<br />

apartar á los pecadores <strong>de</strong> sus culpas , y reconciliarlos<br />

con Dios. Derramaba muchas lágrimas<br />

cuando sabia que alguna persona estaba en pecado<br />

mortal. Solicitada una doncella <strong>de</strong> un hombre,<br />

habiéndose resistido mucho tiempo, se <strong>de</strong>terminó<br />

una noche á consentir con su voluntad: y habiéndole<br />

enviado á buscar, estuvo ala ventana<br />

aguardándole tres horas, y perseveró en su mala<br />

intención hasta la mañana, sin parecer aquel hombre.<br />

Fué el santo á su casa , y díjola : Dios os lo<br />

perdone, señora loquilla ; que me habéis hechovelar<br />

por vos toda esta noche, pidiendo á Dios<br />

que no llegase á ejecución vuestro mal intento.<br />

Compungióse aquella mujer, y propuso <strong>de</strong> servir<br />

á Dios en a<strong>de</strong>lante. Supo olra vez por revelación,<br />

(pie una mujer principal estaba enamorada <strong>de</strong> un<br />

hombre, con quien habia ofendido á Dios: fuéla á<br />

visitar, y comenzó á <strong>de</strong>rramar muchas lágrimas:<br />

y preguntada por la mujer la causa, respondió,<br />

que lloraba los muchos pecados quo habia cometido<br />

con aquel hombre; y la señaló el lugar<br />

don<strong>de</strong> habia ofendido á Dios nuestro Señor: luego<br />

la <strong>de</strong>scubrió un poco las espaldas, que tenia llagadas<br />

<strong>de</strong> las disciplinas que habia tomado por las<br />

culpas que ella habia cometido. Empezó la mujer<br />

á llorar arrepentida; y el sanio la dijo, que<br />

bien podia <strong>de</strong>cir las quince misas que á honra <strong>de</strong><br />

los quince misterios <strong>de</strong>l rosario habia prometido á<br />

la Reina <strong>de</strong>l cielo, si la sacaba <strong>de</strong> aquella culpa,<br />

porque ya no caeria mas en ella. Creció la admiración<br />

<strong>de</strong> la mujer; porque no habia comunicado<br />

á nadie aquella promesa : y <strong>de</strong> allí a<strong>de</strong>lante vivió<br />

cristianamente, sin caer jamás en semejante pecado.<br />

Con los enfermos tenia gran caridad, visitándolos<br />

y sirviéndolos en los hospitales : con los<br />

pobres era liberalísimo, socorriendo lodas sus necesida<strong>de</strong>s;<br />

y tocios hallaban en él consuelo y alivio<br />

<strong>de</strong> sus aflicciones y trabajos. Muchísimas son<br />

las profecías quo se cuentan <strong>de</strong> san Luis en su<br />

vida; porque alcanzaba lo veni<strong>de</strong>ro, y conocia los<br />

pensamientos <strong>de</strong> las personas que trataba. Confesándose<br />

con él un religioso, y comenzando en cierto<br />

paso á titubear <strong>de</strong> vergüenza, lo dijo el santo:<br />

¿Sois Judas vos? ¿Por qué no confesáis tal pecado?<br />

Señalándole el que en la verdad habia cometido.<br />

Confesándose con él otra mujer, y no<br />

acordándose <strong>de</strong> un pecado, se le dijo el santo; y<br />

<strong>de</strong>spués, siempre que se confesaba con él, le preguntaba<br />

al fin déla confesión: Padre, ¿déj orne<br />

a.go/ Y el santo respondia: Tal y lal pecado os<br />

<strong>de</strong>jáis. A otras muchas personas <strong>de</strong>cia sus pecados,<br />

antes que ellos so los dijesen. Habiendo dos<br />

frailes legos recogido mucha limosna una semana,<br />

guardaron parte <strong>de</strong> ella para otra en que juntasen<br />

menos: fueron á dar la limosna al santo, que en­<br />

tonces era prior; y él les dijo , que diesen todo el<br />

dinero. Respondiendo ellos, que no tenían mas<br />

qué dar, le dijo al uno: ¿Y el real <strong>de</strong> á cuatro,<br />

que escondiste en el zapato <strong>de</strong>l pié izquierdo? Y<br />

volviéndose al otro: Y vos también echad acá el<br />

ducado que tenéis en la manga. Tuvo don <strong>de</strong> discernir<br />

espíritus, y la santa madre Teresa <strong>de</strong> Jesús<br />

en el principio do sus fundaciones consultó con<br />

san Luis sus <strong>de</strong>seos, y algunas revelaciones que<br />

habia tenido; yol sanio, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlo encomendado<br />

á nuestro Señor, la respondió, que su<br />

espíritu era <strong>de</strong> Dios , y que se animase á proseguir<br />

en lo comenzado; y la aseguró <strong>de</strong> parle <strong>de</strong><br />

Dios, que antes <strong>de</strong> cincuenta años su religión seria<br />

una <strong>de</strong> las mas iluslres do la iglesia : lo cual vemos<br />

hoy felicísimamenle cumplido.<br />

24 Enlro los innumerables milagros, que se<br />

cuentan <strong>de</strong> esle prodigioso santo, solamente contaré<br />

uno, por ser muy singular y maravilloso.<br />

Siendo prior <strong>de</strong>l convento <strong>de</strong> Albaida , reprendía<br />

con gran<strong>de</strong> fuerza <strong>de</strong> espíritu los pecados públicos;<br />

y un caballero <strong>de</strong> calidad, imaginando queso<br />

<strong>de</strong>cia por él , lo que él habia bien menester, le<br />

envió á <strong>de</strong>cir con un criado suyo, que si no so<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong>cia <strong>de</strong> cuanto habia dicho en el sermón, le<br />

habia <strong>de</strong> quitar la vida. Respondió el sanio con<br />

gran<strong>de</strong> forlaleza , que tendría por gran dicha recibir<br />

la muerte por lo que habia predicado. Embravecióse<br />

mas con esta respuesta aquel caballero:<br />

y al dia siguiente, caminando el santo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Albaida<br />

á su convento, que está distante <strong>de</strong>l lugar<br />

una milla, en compañía <strong>de</strong> un hombre llamado<br />

Francisco <strong>de</strong> Mora , vieron al caballero que venia<br />

á caballo ó loda priesa, con una pistola en la mano.<br />

Francisco <strong>de</strong> Mora echó á huir rogando al<br />

sanio que hiciese lo mismo; mas él, confiado en<br />

Dios , prosiguió su camino. Llegó el caballero, y<br />

díjole con mucha ira: Mal frailo, ¿cómo has tenido<br />

atrevimiento para repren<strong>de</strong>r á un hombre<br />

como yo? Y puso la boca <strong>de</strong> la pistola al pecho<br />

<strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios , apretando el gatillo para quitarle<br />

la vida. Mas ¡ó maravillas <strong>de</strong> Dios! El santo,<br />

sin temor alguno, ni turbación , alzando el brazo<br />

<strong>de</strong>recho , hizo hacia la pistola la señal <strong>de</strong> la cruz,<br />

y luego al punto la pistola se convirtió en un crucifijo.<br />

Cuando el caballero vio la pistola convertida<br />

en crucifijo , atónito y atemorizado , se arrojó<br />

<strong>de</strong>l caballo á los pies <strong>de</strong>l santo, y revuelto en un<br />

mar <strong>de</strong> lágrimas, le pidió perdón "<strong>de</strong> su gran maldad;<br />

y el santo con su acostumbrada mansedumbre<br />

y benignidad le perdonó , y dio buenos consejos,<br />

para que enmendase en a<strong>de</strong>lante su vida.<br />

Sucedido esto , se volvió á Francisco <strong>de</strong> Mora , y<br />

le mandó que no dijese lo que habia visto; añadiendo<br />

, que no le preguntarían <strong>de</strong> este caso, hasta<br />

que pasasen treinta años; y así sucedió, que <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> treinta años le examinaron acerca <strong>de</strong> esta<br />

maravilla.<br />

2o Escribieron la vida <strong>de</strong> san Luis Bertrán<br />

Fr. Francisco Diago, en la Historia <strong>de</strong> su or<strong>de</strong>n,<br />

<strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Aragón ; Fr. Baltasar <strong>de</strong> Boca;<br />

Fr. Vicente Justiniano; y Fr. Lucas <strong>de</strong> Loarte,<br />

todos autores graves <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Santo Domingo;<br />

y don Juan Tamayo, en el quinto tomo <strong>de</strong> su ,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!