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37« LA LEYENDA DE ORO. NOVl EMBAE , 30<br />
¿ Eres tú , Andrés, el que <strong>de</strong>struyes loslemplos <strong>de</strong><br />
les dioses, y persua<strong>de</strong>s á los hombres (pie reciban<br />
aquella secta snpertic.iosa , que los príncipes romanos<br />
mandan <strong>de</strong>sterrar <strong>de</strong> su imperio? Tomóla<br />
mano el santo apóstol, para <strong>de</strong>clarar al procónsul<br />
el misterio inefable do nuestra re<strong>de</strong>nción, y la caridad<br />
inmensa con que Jesucristo se habia vestido<br />
<strong>de</strong> nuestra carne mortal , y <strong>de</strong> su voluntad muerto<br />
en una cruz por nuestros pecados, ensalzando y<br />
magnificando ¡a gran<strong>de</strong>za soberana <strong>de</strong> la misma<br />
cruz, y explicando la conveniencia que habia en<br />
aquel misterio escondido v encubierto á los ojos<br />
ciegos <strong>de</strong> los gentiles.<br />
3 Después quo Egoas le hubo oido , dijo al<br />
santo apóstol : Todo eso cuenta á los que han <strong>de</strong><br />
creer; y creóme tú á mí, que si no sacrificares á<br />
los dioses, te mandaré poner en la cruz que tanto<br />
alabas. Respondió san Andrés: Yo cada día sacrifico<br />
á Dios tínico , omnipotente y verda<strong>de</strong>ro , nó<br />
humo <strong>de</strong> incienso , ni carne <strong>de</strong> t<strong>oro</strong>s, ni sangre <strong>de</strong><br />
cabrones , sino el cor<strong>de</strong>ro inmaculado , que recibido<br />
<strong>de</strong> los fieles , y bebidí su sangre, quedó tan<br />
entero como antes. El fin <strong>de</strong> esta plática fué, que<br />
Egeas mandó poner en la cárcel á san Andrés , y<br />
la gente se alb<strong>oro</strong>tó y quería poner las manos en<br />
el procónsul, si el mismo santo no se los estorbara,<br />
exhortándolos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cárcel que no se<br />
se rebelasen contra-aquel tirano, sino que imitasen<br />
la paciencia y mansedumbre <strong>de</strong> Jesucristo,<br />
el cual le había enviado para que tuviesen ocasión<br />
<strong>de</strong> merecer, y que antes habian <strong>de</strong> acariciarle<br />
y honrarle ; pues por él les habia <strong>de</strong> venir poco<br />
mal y mucho bien : y les rogó que <strong>de</strong> ninguna manera<br />
impidiesen su martirio: porque los tormentos<br />
pasarían presto; y el premio <strong>de</strong> ellos duraría para<br />
siempre. Otro día mandóle Egeas traerá su presencia,<br />
y estando allí, dijo : Creido tengo que habrás<br />
vuelto sobre tí, y apartádole <strong>de</strong> la locura en<br />
que has estado, para gozar ladulce ysabrosa vida,<br />
y librarte déla amarga v triste muerte , la cual yo<br />
le daré, si todavía tienes á Cristo por Dios. Aquí<br />
dijo el apóstol: El que no cree en Cristo no pue<strong>de</strong><br />
tener contento ni vida , como siempre he predicado<br />
en esta provincia. Y aun por eslo (dijo Egeas)<br />
te hago fuerza que sacrifiques á los dioses, para<br />
que todos estos pueblos, que por lí han sido engañados<br />
<strong>de</strong>jen la vanidad <strong>de</strong> tu doclrina , y vuelvan<br />
a reconocer sus antiguos dioses , porque veo<br />
que no hay ciudad en Acá ya don<strong>de</strong> sus templos<br />
no estén <strong>de</strong>siertos por tu falsa predicación : y pues<br />
tú los has engañado, bien será los <strong>de</strong>sengañes; y si<br />
otra cosa haces aparéjate á pa<strong>de</strong>cer gran<strong>de</strong>s tormentos<br />
, y al cabo la muerte en una cruz. Respondió<br />
ú esto Andrés, y dijo: Hijo <strong>de</strong> la muerte, y<br />
leño seco aparejado para el fuego, óyeme. Yo<br />
hasta ahora le he hablado con blandura, pensando<br />
que, corno hombre <strong>de</strong> razón, te aprovecharas<br />
<strong>de</strong> ella , <strong>de</strong>jando la vana adoración do tus.<br />
dioses ; mas pues estás lan empe<strong>de</strong>rnido y pertinaz,<br />
digo (pie no pienses llevarme con amenazas<br />
y espantos: haz lo que quisieres , que aquí<br />
estoy: cuanto fueren mayores los tormentos quo<br />
me dieres, tanto será mayor el premioque meclará<br />
Jesucristo por haberlos sufrido por su amor y ma-<br />
yorel infierno que para ti está aparejado. Enojóse<br />
<strong>de</strong> esto Egeas: mandóle <strong>de</strong>snudar y azotar porsiete<br />
verdugos, los cuales se remudaron por tres veces:<br />
fué tanta la lluvia <strong>de</strong> azotes que <strong>de</strong>séargó sobre<br />
él, que todas las cc-'ues <strong>de</strong>l sanio apóstol quedaron<br />
abiertas y vertiendo sangro, Finalmente , vista<br />
su constancia, mandó Egeas ponerle en una cruz,<br />
y nó enclavarle , sino atarlo con sogas, para que el<br />
martirio fuese mas prolijo. Al tiempo que lo llevaban<br />
al martirio , ocurrió el pueblo dando voces y<br />
diciendo: ¿Qué ha hecho esle justo y amigo <strong>de</strong><br />
Dios? ¿por qué lo crucifican? Y el santo apóstol les<br />
rogaba que no le impidiesen aquel gran bien ; y<br />
regocijado por la cruz en que había <strong>de</strong> morir, y<br />
encendido en amor <strong>de</strong> su Maestro , y <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong><br />
imitarle, estando aun lejos, alzó la voz y con gran<br />
fervor <strong>de</strong> espíritu dijo : Yo te ad<strong>oro</strong> , ó cruz preciosa,<br />
que con el cuerpo <strong>de</strong> mi Señor fuiste consagrada<br />
, y <strong>de</strong> sus miembros como <strong>de</strong> preciosas<br />
margaritas adornada : anles quo Jesucristo so pusiese<br />
en lí espantabas á los hombres, y ahora<br />
los alegras y regocijas. Yo vengo á lí regocijado y<br />
alegre: recíbeme tú en tus brazos con alegría y<br />
regocijo. O buena cruz, lan hormoseada con los<br />
miembros <strong>de</strong> Cristo , días há que le <strong>de</strong>seo : con solicitud<br />
y diligencia le he buscado; ahora que le<br />
hallé recíbeme en tus brazos , y sacándome <strong>de</strong> entre<br />
los hombres, preséntame á mi Maestro, para<br />
que por ti me reciba el que por tí me redimió. «No<br />
se <strong>de</strong>mudó el rostro <strong>de</strong>l sanio apóslol (dice san<br />
Bernardo), como suele hacer la flaqueza humana,<br />
cuando vio la cruz, ni perdió la voz , ni tembló el<br />
cuerpo , ni se turbó el alma , ni perdió el juicio ;<br />
antes el fuego do la caridad quo ardía en su pecho<br />
echó llamas por la boca. ¡ Cuánta fué aquella<br />
dulzura que sintió san Andrés cuando vio la<br />
cruz; pues endulzó la amargura <strong>de</strong> la misma muerte!<br />
¿Qué cosa pue<strong>de</strong> haber tan <strong>de</strong>sabrida y llena<br />
<strong>de</strong> hiél , que no se haga dulce con aquella dulcedumbre<br />
que hizo suave la muerte? San Andrés<br />
hombre era semejante á nosotros y apacible; pero<br />
tenia tan gran sed <strong>de</strong> la cruz , y con un gozo jamás<br />
oído estaba tan regocijado, y como fuera <strong>de</strong> sí,<br />
que prorumpió en aquellas palabras tan dulces y<br />
lan am<strong>oro</strong>sas. Su lengua no fué <strong>de</strong> carne , sino do<br />
fuego, que arrojaba llamas : y si fué lengua , fué <strong>de</strong><br />
luego, y sus palabras fueron carbones encendidos<br />
con aquel fuego que Cristo habia encendido en sus<br />
huesos : pero no es maravilla que el Señor , que<br />
hizo á Lorenzo suave el fuego , haya hecho á<br />
Andrés suave la cruz. » Todo eslo es <strong>de</strong> san<br />
Bernardo, listando, pues, el santo apóstol junto<br />
á la cruz , él por sí mismo se <strong>de</strong>snudó sus vestidos,<br />
y los dio á los verdugos, los cuales le levantaron<br />
en alio , y alaron en la cruz , do la manera<br />
que les habia sido mandado. Estaban al re<strong>de</strong>dor<br />
<strong>de</strong> la cruz como veinte'mil personas, lamentándose,<br />
por ver y adorar al santo apóstol; y él las<br />
consolaba y animaba á pa<strong>de</strong>cer semejantes tormentos<br />
por Cristo. Estuvo vivo dos dias en la cruz:<br />
y llevándolo á mal el pueblo, daba voces y <strong>de</strong>cía:<br />
No hay para que muera varón tan santo , lan [undoso<br />
, lan mo<strong>de</strong>sto, <strong>de</strong> lan buenas costumbres, y<br />
que tan buena doctrina enseña. Supo Egeas el sen-