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452 LA LEYENDA DE ORO. DICIEMBRE, 11
aquella religión que ensoñó san Pedro en Roma.
yol ponlíliee Dámaso seguía, condenando lodas
las oirás doclrinas á ella contrarias. También se
celebró en su tiempo otro concilio en la ciudad de
Aquilevn , donde se halló presente san Ambrosio,
(pie íué muy amigo de san Dámaso , y le ayudó y
sirvió con gran diligencia y cuidado en perseguirá
los herejes y desterrarlos de Milán y de su tierra,
en donde con el favor y potencia de Justina, madre
del emperador Valentiniano (que era hereje
arriana , y gobernaba á su hijo por ser niño), habian
hecho pió y grande estrago, en perjuicio de
nuestra sania religión.
3 Demás de la diligencia y solicitud que puso
•nuestro sanio pontífice en arrancar la cizaña de las
herejías del campo del Señor ; también atendió á
•quitar los abusos que se habían introducido en la
Iglesia por descuido de los prelados : y así mandó
que de allí adelante no hubiese corepiscopos . quo
era una manera de sacerdotes que hubo antiguamente
en las aldeas v pueblos pequeños , para
ayudar v servir á los obispos : pero ellos habían
.,-xtendido la mano mas de lo que les convenía,
v usurpado temerariamente los oficios que son
propios de los obispos: como consagrar diáconos,
s'uhdiáconos, monjas, iglesias y crisma. En una
epístola tpie escribe san Dámaso, reprende gravemenleá
los obispos (pie. por holgar v quitarse de
trabajo, toman acompañados , que son mas mercenarios
que pastores: y añade: «Los buenos
obispos v cuidadosos pastores han de guardar su
rebaño con el mismo cuidado que Jacob dijo á su
suegro Laban , que él había lemdo en apacentarle
sus ovejas, v no echar á otros la carga y darse ellos
á buena vida. » También escribió á los obispos de
África, avisándoles, que las cosas graves, y de
calidad , y los negocios de los obispos no se pueden
dclerminnr sin autoridad del pontifico romano.
Edificó dos templos, uno dentro de la ciudad
de Roma , en honra del in\ lelísimo mártir san Lorenzo,
y olro fuera en la vía Ardealina á las Cabla
incumbas, , donde consagró la Platónica, que lir
sido sepul tura del apóstol san Pedro., y e nrin
ciólos con varios y ricos dones. clonr- Hallo i ó muclios
cuerpos de mártires , cucos rovos sepulcros sep ilustró con
versos elegantes. Escribió algunas obras , y una
en verso ala sepultura de ios príncipes de los apóstoles
san Pedro y san Pablo ; y olro libro , en que
escribió los hechos de los sumos pontífices hasta su
tiempo.
4 Verdad es que o! cardenal Raronio y el
cardenal Relancino , y oíros varones rloclos y graves
de nuestro tiempo.no le llenen por digno de
san Dámaso. Sirvióse de san Gerónimo piara responder
á las dudas v consullas de todas las Iglesias
de la cristiandad, que acudían á la sede apostólica
, y estimóle y honróle tanto por su excelente
sabiduría v santidad , que él mismo, siendo sumo
pastor y maestro de loda la Iglesia , como si fuera
su discípulo (tanta era su humildad), le proponía
las dificultades que lema en la sagrada Escritura,
para rpie él se las declarase. Dio autoridad á la
traslación del Viejo Testamenlo que el santo doctor
habia hecho , habiéndose usado comunmente
en la Iglesia hasta aquel liempo la de los Setenta
intérpretes. Finalmente, habiendo gobernado santísimamente
la nave de san Pedro diez y ocho
años comenzados, ó como dice el breviario reformado
ele la santidad de Clemente VIII, diez v siete
años, dos meses v veinte y seis (lias , y siendo ya
ele edad de óchenla, lleno do virtudes y merecimientos
, pasó de esta vida temporal á la eterna,
á los 1 1 días del mes de diciembre clel año del
Señor de 38¿ , imperando Teodosio el mayor.
5 Tuvo órdenes cinco veces , y en ellas hizo
treinta y un sacerdotes, once diáconos y sesenta
y dos obispos. Fué sepultado en la basílica que
él habia fundado en la vía Ardealina , juntamente
ron su madre y una hermana. Después fué
trasladado su cuerpo á la otra iglesia ele San Lorenzo
in Dámaso, que él mismo habia edificado
dentro do Roma, ¡¡izo el Señor muchos milagros
por este sanio pontífice después de muerto , librando
de varias enfermedades á los dolientes y á
los rpie eran atormentados do los demonios : y en
vida restituyó la vista á un ciego que habia trece
años estaba sin ella. De san Dámaso escriben todos
los Marlitologins , el romano, el de. Reda ,
Usuardo y Adon , y los autores que han escrilo las
vidas de los sumos ponlííices é historia eclesiástica,
y el cardenal Raronio en las anulaciones del Mar—
tirologio , y en el ív lomo de sus Anales , y los
otros santos que en el principio de esta vida quedan
referidos.
* SAN TRASON, Y SUS COMPAÑEROS POSCIANO ,
Y'-PRETEXTATO, MÁRTIR ES. — Padecieron man irlo
en Roma , durante la persecución de Maximiliano.
Parece que eran jornaleros que trabajaban en
las Termas y en otras obras públicas.
SAN HÁRSABAS, MÁRTIR — El Martirologio romano
dice de él en osle día que sufrió martirio en
Persla.
SAN VICTÓRICO . SAN FUSCIANO, Y SAN GEN-
CIANO , MÁRTIRES. — Los dos primeros, hombres
apostólicos, fueron á predicar la fé á las (¡alias
casi al mismo tiempo que san Dionisio de París.
Penetraron hasta las parles mas remólas de aquellas
regiones, y al fin so detuvieron en Tenían
donde lijaron su misión. Pasando desde allí á
Amiens, donde había cruel persecución de cristianos,
se alojaron encasa de un tal Genciano
quo deseaba ser- discípulo de Cristo. Esle los informó
de tpie poco antes san Ouintin había sufrido
el martirio, v no bien les acababa de contar las
circunstancias de aquel padecimiento, cuando llegaron
los sálenles deRiccio Varo y prendieron no
solo á los dos apóstoles , si que también á su
huésped. Los tres fueron martirizados el año de
285.
SAN Er.'Tioiiro, MÁRTIR. — Menciónale el Martirologio
romano en este día como uno de los mas
ilustres mártires que cuenta la Iglesia española,
sin añadir mas circunstancias de su vida.
SAN DANIEL EL STII.ITA, CONFESOR..— Llevado
de una té ardiente, fuese Daniel á un desierto
en las moniañas que avanzan hacia el Ponto
Envino, á unas entro millas del mar, y á unas siete,
do Cüiislanlinop'a por la parle del uoilc. Allí sufría.