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106 LA LEYENDA DE ORO. OCTUBRE, 27<br />
<strong>de</strong> nidal, y <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> adorar á Dios vivo y verda<strong>de</strong>ro<br />
, que es uno solo . y Criador <strong>de</strong>l cielo y tierra.<br />
Enfadóse el presi<strong>de</strong>nte , y entró en cólera por las<br />
palabras que le <strong>de</strong>cia el santo , y mandó que se lo<br />
quitasen <strong>de</strong> <strong>de</strong>lante, y que ó sacrificase á Júpiter, ó<br />
que muriese con diversos y atroces tormentos. Arrebataron<br />
luego los sayones al santo mártir y lleváronlo<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> un altar <strong>de</strong> Júpiter , para que<br />
allí sacrificase. Estaba <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l altar una gran<strong>de</strong><br />
piedra : y en poniendo san Vicente los pies en<br />
ella , luego se ablandó su dureza , como si fuera<br />
<strong>de</strong> barro , <strong>de</strong> manera , que las plantas <strong>de</strong>l santo<br />
mártir quedaron señaladas en ella. Con este milagro<br />
hizo nuestro Señor otro : porque, viendo los<br />
. gentiles y ministros <strong>de</strong> Daciano , como por virtud<br />
<strong>de</strong>l Dios que Vicente confesaba, aquella piedra se<br />
habia ablandado ; ablandaron ellos sus duros corazones<br />
y comenzaron á <strong>de</strong>cir, que sin duda aquel <strong>de</strong>bía<br />
ser verda<strong>de</strong>ro Dios, pues obraba tan gran<strong>de</strong>s<br />
maravillas : y con este murmullo y algún alb<strong>oro</strong>to,<br />
<strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> dar la muerte á san Vicente, y le pusieron<br />
en la cárcel, y dijeron á Daciano , que aquel<br />
mancebo habia pedido tres dias para pensar y <strong>de</strong>terminar<br />
lo que habia <strong>de</strong> hacer; y Daciano lo tuvo<br />
por bien. Estando el santo en la cárcel , convirtió<br />
á la fé <strong>de</strong> Cristo nuestro Señor á muchos gentiles, y<br />
<strong>de</strong> piedras duras que antes eran , los hizo el Señor<br />
hijos <strong>de</strong> Abraban, y <strong>de</strong> su Iglesia , por medio <strong>de</strong>l<br />
santo encarcelado : el cual tenia dos hermanas, llamadas<br />
Sabina y Cnsteta , doncellas y huérfanas,<br />
y que tenian puesta toda su confianza y amparo en<br />
Vicente, su hermano. Vinieron á la cárcel: lamentáronse<br />
con él : representáronle su soledad y <strong>de</strong>samparo,<br />
y el peligro en que quedaban <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r<br />
sus honras y sus almas , si él las faltaba: rogáronle<br />
con muchas lágrimas que saliese <strong>de</strong> la cárcel, y<br />
se huyese con ellas á parle, don<strong>de</strong> pudiesen escapar<br />
y encubrirse <strong>de</strong> aquel cruel tirano, y vivir cristianamente<br />
con alguna paz y quietud. El <strong>de</strong>terminó<br />
hacerlo así; y con la buena disposición y voluntad<br />
que le tenian sus guardas _ lo hizo una noche con<br />
tanto recato y secreto , que el presi<strong>de</strong>nte no lo<br />
supo , ni por buena diligencia que usó . los pudo<br />
alcanzar basta la ciudad <strong>de</strong> Avila , don<strong>de</strong> fueron<br />
presos todos tres por su mandado. Mas en el camino<br />
<strong>de</strong> tal manera san Vicente habia encendido<br />
en el amor <strong>de</strong> Cristo á sus dos hermanas, que ninguna<br />
cosa mas <strong>de</strong>seaban que morir con él , como<br />
lo mostraron en los tormentos que pa<strong>de</strong>cieron ;<br />
porque primeramente fueron <strong>de</strong>scoyuntados, estirados<br />
en la garrucha , y <strong>de</strong>spués azotados cruelísimamente,<br />
alabando en medio <strong>de</strong> los azotes y<br />
tormentos todos tres con una voz ó Jesucristo, y<br />
haciéndole gracias por la merced que les hacia.<br />
Fué tanto el coraje y la saña que tuvieron aquellos<br />
impíos ministros, viendo la constancia y alegría<br />
do los santos mártires, y oyendo las voces y<br />
loores que daban á Dios, que pareciéndoles gran<br />
<strong>de</strong>sacato <strong>de</strong> sus dioses, y afrenta suya , lomaron á<br />
los santos y pusieron sus cabezas sobre piedras, y<br />
con nuevo género do crueldad se las machacaron<br />
con otras piedras , esparciendo los sosos por aquel<br />
campo; y con este género <strong>de</strong> muerte acabaron<br />
gloriosamente su martirio. Quedaron los sagrados<br />
cuerpos allí tendidos, para que los perros y aves<br />
se los comiesen , sin que los cristianos osasen darles<br />
sepultura. Pero para que se vea la provi<strong>de</strong>ncia<br />
que Dios tiene <strong>de</strong> sus siervos , y que no cae un cabello<br />
<strong>de</strong> su cabeza sin su voluntad , proveyó que<br />
viniese á guardarlos una gran<strong>de</strong> y disforme serpiente<br />
, que estaba entre las peñas cerca <strong>de</strong> la ciudad,<br />
<strong>de</strong> don<strong>de</strong> habia hecho daño á muchos, y puesto<br />
miedo á todos los moradores <strong>de</strong> ella. Esta serpiente<br />
se puso cerca <strong>de</strong> los cuerpos santos con<br />
notable asistencia y vigilancia, para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlos <strong>de</strong><br />
cualquiera injuria , como lo hizo con un judío rico<br />
<strong>de</strong> la misma ciudad : el cual con mal intento y<br />
menosprecio <strong>de</strong> la religión cristiana , vino á los<br />
cuerpos que estaban tendidos en aquel suelo : mas<br />
al tiempo que se llegaba á ellos , la serpiente embistió<br />
con él , y le ro<strong>de</strong>ó y enroscó <strong>de</strong> tai manera,<br />
que le ahogaba y apretaba fuertemente : y aunque<br />
con sus silbos y su lengua mostraba ferocidad,<br />
estuvo por espacio <strong>de</strong> una hora sin hacerle mas<br />
daño que espantarle y darle lugar para que el<br />
judío hiciese lo que al fin hizo ; porque, entendido<br />
que no era acaso lo que hacia la serpiente, sino que<br />
era movida <strong>de</strong> aquel Señor, á quien todas las<br />
criaturas obe<strong>de</strong>cen , y que Jesucristo era verda<strong>de</strong>ro<br />
Dios, pues hasta las serpientes daban testimonio<br />
<strong>de</strong> su divinidad y gran<strong>de</strong>za, alzó los ojos al cielo<br />
y dijo: Jesucristo, guardador <strong>de</strong> tus siervos,<br />
líbrame <strong>de</strong> esta feroz bestia ; que yo te prometo<br />
do creer en tí, y recibir tu fé , y enterrar los cuerpos<br />
<strong>de</strong> tus amigos honradamente. Luego que acabó<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir estas palabras, la serpiente le soltó,<br />
como quien ya babia cumplido con su ministerio,<br />
y se fué sin ser mas vista. El judío, volviendo en sí,<br />
y consi<strong>de</strong>rando lo que le había sucedido, se bautizó,<br />
y con algunos cristianos enterró los santos , y<br />
edificó un templo sobro su sepultura.<br />
2 Pues ¿quién no admira y alaba al Señor<br />
por los modos que tiene en honrar á sus santos, y<br />
atraer á su conocimiento y fé á sus enemigos? Una<br />
serpiente espantosa y horrible <strong>de</strong>fendió los cuerpos<br />
<strong>de</strong> esos gloriosos mártires: y la que antes daba<br />
muerte á los vivos, y se cebaba en sus cuerpos;<br />
ahora honra á los cuerpos muertos , y los ampara<br />
para que las fieras y aves <strong>de</strong> rapiña no se apacienten<br />
<strong>de</strong> ellos, y abraza y aprieta á un judío, para<br />
que escupa el veneno do la infi<strong>de</strong>lidad , y se abrazo<br />
con Cristo. ¡O potencia <strong>de</strong>l Crucificado ! ¡O inmensa<br />
bondad <strong>de</strong>l Señor! ¿Qué hombre habrá<br />
tan loco y ciego que no le glorifique , sirva y ame?<br />
El martirio <strong>de</strong> estos gloriosos mártires fué á los 27<br />
<strong>de</strong> octubre , por los años <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 303, imperando<br />
Diocleciano y Maximiano. Sucedieron en<br />
diversos tiempos gran<strong>de</strong>s milagros , á losquejuraban<br />
por el sepulcro <strong>de</strong> san Vicente <strong>de</strong> Ávila; y<br />
por esta causa , y por la veneración en que tenian<br />
á este santo, los católicos reyes don Fernando y<br />
doña Isabel , do esclarecida memoria, en las leyes<br />
<strong>de</strong> 'f<strong>oro</strong> vedaron este juramento so graves penas.<br />
En el monasterio <strong>de</strong> San Isid<strong>oro</strong> <strong>de</strong> León se<br />
afirma que tienen el cuerpo <strong>de</strong> este santo mártir:<br />
en Avila dicen que está allí: en el monasterio <strong>de</strong><br />
San Pedro <strong>de</strong> Arlanza , cerca <strong>de</strong> Burgos, y en<br />
Palencia dicen asimismo que tienen el cuerpo <strong>de</strong>