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OCTUBRE , 21 LA LEYENDA DE ORO. ^3
habla de ellos como tales españoles y mártires de
nuestra Iglesia , y se cree que la notación de París,
que pono junto á ellos el Martirologio romano , es
porque sus reliquias Fueron trasladadas á la capital
de Francia durante la dominación de España
por los moros.
SAN SINDULFO , CONFESOR.—-Era un presbítero
de Rheims, que inflamado del deseo de la perfección
cristiana , dejó su patria , Aquitama , y buscó
un retiro en la diócesis deRheims, á principios del
siglo VIL Escogió para su residencia el lugar de
Aussonce, á cuatro leguas de la ciudad, donde
juntaba la continua oración á grandes austeridades,
lira muy versado en las sagradas Letras, y
daba mucha instrucción á cuantos iban en busca
suya para consultarle, y murió en su soledad, famoso
en milagros, el dia 20 de octubre, á mediados
del siglo VIL Su cuerpo fué enterrado en el
mismo sitio de su retiro , y después , en el siglo IX
lo trasladaron con gran pompa á la abadía do
Ilautevillers , cerca de Rheims.
SANTA FORTUNATA, YÍRGEN Y MÁRTIR. — En
una.de las mas crueles persecuciones de los primeros
siglos de la Iglesia, la inocente Fortunata,
doncella de preclara estirpe, de sentimientos caritativos
, y de fe ardiente , fué una do las víctimas
escogidas por los enemigos de nuestra religión
santa. Parece que su cuerpo se conserva en un
oratorio particular de Cherta.
líia Si.
SAN HILARIÓN, ABAD Y CONFESOR.—La vida
del glorioso san Hilarión , sacada de la que de
él escribió el gran doctor de la Iglesia san Gerónimo
, es de esta manera. Nació san Hilarión en
un lugar, llamado Tabatha , cinco millas de la
ciudad de Gaza en Palestina. Sus padres fueron
idólatras, y el hijo nació de ellos, como la rosa
de las espinas. Fué enviado de sus padres, siendo
niño , á la ciudad do Alejandría , para que allí estudiase:
y él lo hizo con tanto cuidado, que en
pocos años aprendió el arte de bien hablar; y por
su modestia, agradable condición y vivo ingenio,
era amado de la gente; y Dios nuestro Señor también
lo amó; pues teniendo allí noticia de la fé de
Cristo, se bautizó, y so hizo cristiano, y de tal manera
so dio á la piedad y devoción , quo en tan tierna
edad no se deleitaba sino en estar en la iglesia,
ó con los ministros de ella. Oyó decir las grandezas
de san Antonio , abad , que en aquel tiempo
llorecia con gran fama do varón celestial, y vínole
deseo á Hilarión de verlo: fué al yermo, donde
estaba; y en viéndole, so encendió tanto en amor
de Dios con deseo de imitar á san Antonio, que luego
mudó su traje, y so vistió de monje, y estuvo
con él dos meses, aprendiendo el modo de
su vida , para imitarle. Consideraba la gravedad
de sus costumbres, su continua oración, la
humildad con que recibia á los huéspedes, la severidad
en corregir á los culpados, el fervor en
exhortar á los tibios , la benignidad en consolar á
los flacos , la aspereza en el tratamiento de su persona
, así de comida . como de sueño y vestido.
Pasados los dos meses volvió á su tierra , y halló
que eran muertos sus padres: vendió su patrimo­
nio , y repartiólo entre pobres, y sus hermanos; y
quedando él pobre de sustancia , y rico en Cristo,
siendo á la sazón de quince años, se fué á un lugar
solitario , para comenzar su milicia , y entrar
en campo con todo el poder del infierno. Era aquel
lugar frecuentado de salteadores: y dictándole sus
amigos el peligro en que se ponia , no hizo caso
de ello; no temiendo la muerte corporal, para librarse
de la eterna.
2 Era Hilarión delicado de complexión , v
muy sujeto á cualquier injuria del tiempo, de calor
y frió, y mas en tierna edad; y con todo esto
se vistió de solo un pobre saco , y sobre él un cobertor
tejido de pelos ásperos de animales, como
de camello , que le habia dado san Antonio , cuando
se partió de él. Gomia después de puesto el sol
quince caricas, que era una fruta propia de Siria,
á la manera de higos; y por razón de muchos salteadores,
que habia en aquel desierto, nunca paraba
en un lugar. Mucho sintió Satanás verse desafiar
de un muchacho . que antes que supiese
tomar las armas ya le había vencido , acoceado y
hollado, y determinó hacerle guerra. Fatigábale
con diversas tentaciones: representábale muchas
cosas torpes, por donde el santo mozo era forzado
á pensar lo que no sabia , y traer en su imaginación
¡o que nunca habia experimentado. Enojábase
contra sí: hería sus pechos , pensando vencer á
puñadas aquellos feos pensamientos. Airábase con
su cuerpo, y decíale: Yo te haré, asnillo, que no
tires coces; porque te quitaré la cebada, y solamente
le daré paja: matarle he de hambre y de
sed: echarte he cargas pesadas: fatigarte he con
calores y frios; para que así tengas solo cuidado
de la comida , y no do la lascivia. Esto decia el
santo mozo , y como lo decia, así lo hacia ; porque
se estaba tres y cuatro dias sin comer, ejercitándose
en este tiempo muchas horas en cavar la tierra
, no porque pensase sembar en ella alguna semilla
, sino para quitar las espinas y malezas que
ochaba su propio cuerpo. Hacia también costillas
de mimbres, imitando á los monjes de Egipto, y
empleábase en la oración la mayor parte de la
noche y del dia. Cuando ya se sentía muy cansado,
y como desfallecido del trabajo, tomábala
refección ordinaria con algunas yerbas silvestres;
v hablando con su cuerpo , mientras comía , le decía:
Mirad, cuerpo, que si no trabajáredes, no
comeréis; y pues coméis ahora , aparejaos á trabajar.
De esta manera se consumió y enflaqueció
tanto, que ya solo parecía quedar en solos los
huesos.
3 Estaba ol santo mozo una noche en oración,
y oyó como lloros de niños, lamentaciones do mujeres,
balidos de ovejas, mugidos de toros, bramidos
de leones, silbos de serpientes , y varias voces
de diversos monstruos, para espantarle y
hacerle huir. Antes que viese cosa alguna , entendió
ser embustes del demonio : postróse en tierra :
hizo sobre sí la señal de la cruz, mirando á una parlo
y á otra , para ver con los ojos, lo que sus oídos
oían. Hacia una luna muy clara; y de repente vio