La leyenda de oro 4.pdf

LA LEYENDA DE ORO. OCTMRE , i
plandeciente. Yendo de camino muchas veces escándalo al mas mozo : cuando llegaron , el sanio
era visitado y regalado del Señor con una dulzura p-eguntó al menor cómo lo había hecho su com­
inefable: y para recibirla mas suavemente, y á pañero en el camino : y respondiéndole ( por no
solas , hacia que los que iban con él pasasen ade­ culpar y descubrir la falta del compañero), que.
lante; porque procuraba con gran cuidado encu­ lo habia hecho bien; dijo el santo: Mirad que no
brir sus virtudes, y las visitaciones é ilustraciones mintáis con pretexto de humildad : aguardad un
y regalos del Señor ; el cual parece que escogió poco y veréis lo que pasa. De allí á pocos dias el
á este bienaventurado patriarca , para enriquecerle fraile que había dado el escándalo, se salió de la
interiormente , tanto cuanto él se había hecho po­ religión; permitiéndolo el Señor, porque no habia
bre: y porque se había humillado y deshecho del hecho penitencia de su culpa; y para manifestar
amor de todas las criaturas le sublimó y le hizo juntamente el castigo de su justicia , y el espíritu
superior á todas , como luego se verá. Porque pri­ profético que había dado á su siervo. Otra vez, '
meramente alumbró el entendimiento de san Fran­ viniendo á visitar á sus frailes, y hablando con
cisco con una luz soberana, y con sabiduría no ellos de las cosas del cielo, como solia , le dijeron
aprendida en los libros, sino venida del cielo: le que habia entre ellos uno de singular santidad y do
infundió el conocimiento do la sagrada Escritura, vida admirable, de grande oración , yian dado al
y de los misterios inefables de nuestra santa reli­ silencio, que aun confesarse no quería sino por segión:
dióle á mas el don de profecía, para que ñas, por no hablar: llevólo mal el santo.y repren­
profetizase y dijese cosas que mucho después hadió á los que alababan aquella singularidad, y dijobían
de suceder. Estando el ejército de los cristiales : Ese no es espíritu de Dios, sino del demonio:
nos sobre üamieta y para pelear, les avisó que no tentación diabólica , y no virtud divina : y cómo
peleasen porque serian vencidos: no le creyeron; lo dijo, asi se descubrió; porque con la luz del cielo
y salieron de la batalla destrozados y vencidos. había penetrado el corazón de aquel pobre reli­
Convidóle una vez un soldado honrado á comer á gioso , que con aquella engañosa singularidad , so
su casa, y recibióle en ella con gran devoción: apartaba de la común y sania conversación délos
hizo antes de comer el santo oración, y llamó demás. Dióle también el Señor gran dominio sobre
aparte al soldado, y díjole que en pago de aquella las criaturas, las cuales le regalaban y servian;
caridad que había usado con los pobres de Jesu­ porque, considerando el santo como Dios hizo tocristo
, le quería avisar que no comería en aquella das las cosas de nada, llamaba hermanos y her­
mesa sino en la otra vida: que se confesase con manas á las criaturas, por vi'os que fuesen , y es­
verdadero dolor y entero arrepentimiento de todos pecialmente á las que representaban ú Cristo con
sus pecados. IIizólo todo el soldado : confesóse su mansedumbre , como los corderos y ovejas. Una
con el compañero del santo: ordenó su conciencia vez en Santa María de Porciiíncula , le dieron de
y las cosas de su casa , con la brevedad que el limosna una oveja viva, y él la recibió do buena
tiempo le daba ; y sentándose los convidados a la gana, por ser símbolo de inocencia y simplicidad,
mesa , súbitamente espiró. Un prebendado de una y exhortó que viviese en el convento sin inquietar
iglesia, de mala vida , oslaba muy enfermo en su á ios frailes, y que asistiese á las alabanzas divi­
cama, sin poderse mover: hízose llevar al santo, nas; y así lo hizo: porque al tiempo que, los frailes
iban al coro . entraba la oveja en la iglesia , c hin­
V pidióle con muchas lágrimas que hiciese sobre caba ias rodillas, y delante del altar de nuestra
él la señal de la cruz; y él le respondió: ¿Cómo Señora balaba , como quien la saludaba: y cuando
quieres que yo haga lo que me pides, siendo tú en la misa alzaban el santísimo Sacramento, hin­
enemigo de la cruz , y tan contrarío en tu vida? caba también las rodillas como adorando al Señor.
mas por la devoción de los que aquí están, que También en Roma tuvo san Francisco otro cor­
con tanta instancia me lo piden , yo haré la señal dero, á quien enseñó á asistir á la misa y horas:
de la cruz sobre tí : con apercibimiento, que te y cuando el santo se fué á otras partes , le dejó en­
hago en el nombre del Señor, que si, librado de comendado á una noble matrona, y si ella á las
esta enfermedad, volvieres al vómito, caerás en mañanas tardaba á ir á misa , el cordero con los
mayores calamidades por tu ingratitud. Sanó el balidos la despenaba, y con la cabeza y meneos
hombre con la señal de la cruz , y no hizo gracias la hacia señas que fuese á la iglesia. También mu­
á Dios por la salud que le había dado , ni se enchas veces los peces, conejos y liebres se le vemendó
; antes volviendo á sus liviandades, estannían á las manos y al seno; y no se querían ir
do una noche durmiendo en casa de un canónigo, hasta que el santo'les diese su bendición. Cami­
cayó el lecho de la casa, y escapándose todos los nando una vez por las lagunas de Venecía , halló
otros que en ella estaban , él solo murió. Y no so­ gran número de aves que cantaban en los matorlamente
manifestó las cosas futuras, sino también rales y arbolíllos , y dijo al compañero : Las her­
descubrió los secretos pensamientos del corazón, y manas aves alaban á su Criador : vamonos entre
los deseos íntimos del alma, y los escrúpulos de ellas, y cantemos allí al Señor las horas canóni­
las conciencias. Y de algunos pecadores que estacas. Fueron á ellas , y las aves no se espantaron
ban en mal estado , dijo antes que se enmendarían; ni so movieron de su'lugar: y como por el canto
Y de algunos, que en los ojos de los hombres pa­ de ellas no se oyesen bien el uno al otro los versos
recían buenos v loables, avisó la mala vida que que cantaban , dijo san Francisco á las aves: Her­
habian de hacer, y los daños que por ella les hamanas aves , cesad de cantar , hasta que nosotros
bian de venir. Viniendo una voz dos frailes de camino
, el mas viejo hizo algunas cosas con que dio
acabemos de pagar al Señor las debidas alaban-