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ocTUBitE.lÓ LA LEYEND A DE ORO. 79<br />
porque se había dado mucha prisa por traer la<br />
nueva el primero, y ganar las albricias; y dijo:<br />
¿De dón<strong>de</strong> sabe vuestra señoría que hay Francisquilo<br />
en el mundo? ¿Quién me ha ganado las albricias;<br />
que yo gran diligencia he puesto por no<br />
per<strong>de</strong>rlas? No per<strong>de</strong>réis (dijo el padre) , que yo<br />
os diré tres Ave Marías, y escribiré al duque que<br />
os las dé ; que bien las merecéis.<br />
74 <strong>La</strong> segunda vez, que por mandado <strong>de</strong>l<br />
emperador fué á Portugal, cayó enfermo en Evora<br />
tan gravemente, que los médicos que le curaban<br />
le tenían y lloraban por muerto; y él, viendo<br />
sus lágrimas, dijo, que aun no estaba madura y<br />
sazonada la fruta, para presentarse <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los<br />
ojos <strong>de</strong>l Rey soberano , y que <strong>de</strong> allí á cuatro dias<br />
partiría para Lisboa, con el favor <strong>de</strong>l Señor; y<br />
así fué : aunque los módicos <strong>de</strong>cian que naturalmente<br />
era imposible.<br />
75 Estando en Lisboa convaleciente en el palacio<br />
<strong>de</strong> Xabregas, que es <strong>de</strong>l rey , á la ribera <strong>de</strong>l<br />
rio Tajo , y <strong>de</strong> aires sanos y frescos , una tar<strong>de</strong> á<br />
<strong>de</strong>shora comenzó el padre Francisco á dar gran<br />
priesa á sus compañeros que le sacasen luego <strong>de</strong><br />
aquella casa , y que ninguno <strong>de</strong> ellos ni <strong>de</strong> los criados<br />
<strong>de</strong> la reina , que estaban con él y le servian,<br />
aquella noche quedase allí; y así se hizo por la<br />
instancia y firmeza con que el padre insistió en<br />
ello. Aquella misma noche súbitamente se levantó<br />
una tan brava y horrible tormenta , que las naos<br />
po<strong>de</strong>rosas <strong>de</strong> la India , que estaban amarradas<br />
con fuertes cables y maromas, se <strong>de</strong>samarraban y<br />
se encontraban y hacían pedazos entre sí: y si el<br />
padre se estuviera con sus compañeros en aquella<br />
casa <strong>de</strong>l rey, sin duda hubieran pa<strong>de</strong>cido mucho<br />
aquella noche.<br />
76 Otra vez, yendo camino <strong>de</strong> Andalucía, se<br />
topó con Suero <strong>de</strong> Vega, hijo <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Vega,<br />
que á la sazón era presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l consejo real <strong>de</strong><br />
Castilla. Llegaron ambos una tar<strong>de</strong> á la posada:<br />
retiróse luego el padre á un aposento á hacer oración<br />
, como solia ; y Suero <strong>de</strong> Vega se quedó con<br />
sus criados al fuego <strong>de</strong> una chimenea en otro aposento<br />
mas afuera. Estando allí en sus pláticas bien<br />
<strong>de</strong>scuidados, salió el padre á <strong>de</strong>shora, dando voces<br />
y diciendo: O señores, ¿aquí están? Sálganse<br />
luego. Los que esto oyeron , aunque no veian por<br />
qué , se salieron luego tras el padre : apenas habian<br />
salido , cuando se cayó una pared <strong>de</strong> la casa<br />
con espantoso estallido.<br />
77 Cuando se partió <strong>de</strong> España con el car<strong>de</strong>nal<br />
Alejandrino para Francia, y <strong>de</strong> allí á Roma,<br />
le acompañó el padre Juan Suarez hasta Miranda<br />
<strong>de</strong> Ebro; y á la <strong>de</strong>spedida el padre le significó<br />
que él apenas llegaría vivo á Roma , y que Suarez<br />
seria otra vez provincial <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong><br />
Castilla : y lo uno y lo otro sucedió como el padre<br />
lo dijo.<br />
78 Estando el padre vecino á la muerte, dijo<br />
al hermano Marcos, su compañero, que pasado él<br />
do esta vida , iria á las Indias, y en ellas trabajaría<br />
en servicio <strong>de</strong> Dios : cosa, que <strong>de</strong>cia Marcos<br />
que jamás le habia pasado por el pensamiento procurarla<br />
ni <strong>de</strong>searla; pero como el padre se lo dijo,<br />
así se cumplió.<br />
79 Estando Francisco <strong>de</strong>Briones, que fué algunos<br />
años compañero <strong>de</strong>l padre Francisco, tan<br />
apretado <strong>de</strong> una dolencia , que los médicos <strong>de</strong>sconfiaban<br />
<strong>de</strong> su salud; entró á verle el padre<br />
Francisco , y le animó y consoló, y le dijo, que no<br />
tuviese pena , que no moriría <strong>de</strong> aquella enfermedad,<br />
sino que muy presto se levantaría; y así se<br />
cumplió esta y otras dos veces que se halló en<br />
otros semejantes peligros.<br />
80 El padre Hernando <strong>de</strong> Solier estaba enfermo<br />
en la cama <strong>de</strong> unas tercianas, v al tiempo<br />
que aguardaba el acci<strong>de</strong>nte , entró á verle el padre<br />
Francisco, y preguntóle cómo estaba. Respondióle<br />
el doliente: Como nuestro Señor es servido,<br />
aguardando la terciana. ¿Pues para qué la aguardáis?<br />
dijo el padre. Replicó el enfermo: Man<strong>de</strong><br />
vuesa reverencia á la terciana que no venga , y<br />
no la aguardaré. Sea así ( dijo el padre) en nombre<br />
<strong>de</strong> nuestro Señor: terciana, no vengas mas á<br />
Solier. El lo dijo , y Dios lo hizo , y el enfermo se<br />
levantó: y fué cosa tan sabida esta , que <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> muerto el padre Francisco, en la nueva España<br />
en el colegio <strong>de</strong> Guajaca, el año <strong>de</strong> 159C, estando<br />
un hermano enfermo muy fatigado <strong>de</strong> unas cuartanas<br />
, y aguardando la calentura, que ya había<br />
enviado a<strong>de</strong>lante sus aposentadores , que eran el<br />
frío, <strong>de</strong>sabrimiento y tristeza, un padre <strong>de</strong> la<br />
Compañía le dijo, que mandase á la calentura<br />
que no viniese; y el hermano enfermo le respondió,<br />
que á él, como sacerdote, tocaba el mandarlo.<br />
Entonces dijo el padre: Eso sena, si yo tuviese la<br />
virtud y potestad que tuvo nuestro padre Francisco<br />
<strong>de</strong> Borja. Aquí el enfermo: Pues man<strong>de</strong> vuesa<br />
reverencia en nombre <strong>de</strong>l padre Francisco á la<br />
cuartana que no venga; y no vendrá. Mandólo el<br />
padre ; y la cuartana no vino mas.<br />
81 No fué menor milagro dar la calentura á<br />
un sano , que quitarla á un enfermo. Estaba un<br />
gran señor <strong>de</strong> España muy <strong>de</strong>sabrido y encontrado<br />
con su hijo, here<strong>de</strong>ro, y señor <strong>de</strong> su casa.<br />
Suplicóle el padre Francisco que se olvidase <strong>de</strong><br />
aquel enojo, y recibiese en su gracia á su hijo.<br />
Enfadóse mucho el señor, y respondióle con palabras<br />
<strong>de</strong>sabridas; y fuese á casa. El padre calló<br />
y <strong>de</strong>terminó hablar con Dios, ya que el señor no<br />
le oia; y súbitamente asaltó una fiebre tan recia<br />
á aquel señor , que le congojó y apretó con el temor<br />
<strong>de</strong> la muerte. Pensó luego en su alma, que<br />
Dios le castigaba , por no haber querido oir los<br />
ruegos <strong>de</strong> su siervo , y envióle á llamar con gran<br />
priesa: pidióle perdón, y púsose en sus manos.<br />
El padre dijo misa por su salud, y Dios se la dio<br />
muy cumplida; y con esto aquel señor quedó muy<br />
agra<strong>de</strong>cido al padre, y se pacificó con su hijo.<br />
82 El hermano Marcos, que (como dijimos)<br />
fué compañero <strong>de</strong>l padre Francisco , dio una escofia<br />
suya á don Francisco <strong>de</strong> Borja , marqués <strong>de</strong><br />
Lombay, su nieto: cayó mala una hija <strong>de</strong> Bautista<br />
Cávete, hombre honrado y buen cristiano,<br />
<strong>de</strong> Gandía, cuya madre era hija <strong>de</strong> Gabriel <strong>de</strong><br />
Llanos, mayordomo <strong>de</strong>l duque <strong>de</strong> Gandía, don<br />
Carlos: y estando muy al cabo la enferma, poniéndole<br />
la escofia <strong>de</strong>l santo padre , sanó luego ; y<br />
así lo testifica el marqués don Francisco, y la