La leyenda de oro 4.pdf

m:-irr: (y LA LEYE1 N'DA DE ORO. 421
!) Bien fué menester que san Nicolás liiese
obispo y pastor para defender el rebaño del Señor
(pie en su tiempo fué muy falígado y perseguido
de los lobos carniceros: porque siendo emperadores
Diocleeiano y Maximiano, cruelísimos enemigos
de Jesucristo y de su religión (aunque
oíros dicen que fué en tiempo del emperador Licimo),
se levantó una bravísima tempestad contra
la Igiesia y llegó á la ciudad de Mira , y muchos
cristianos padecieron ; v muchos mus se anegaran
en aquel naufragio si san Nicolás como buen prelado
no tuviera el gobernalle y suslenlera con su
Kinlidad , valor y prudencia la nave de la república
de tantas y lan bravas ondas combatida;
porque como valeroso capitán salió al encuentro
de los enemigos , animando á los llacos,
consolando á los aflgidos , é inilamando á todos
al martirio, deteniendo á muchos que no
cayesen y levantando á los caídos, y dando
con sus palabras ejemplo y esfuerzo á lodos,
| ara que derramasen alegremente su sangre por
llios. Fué preso el sanio prelado: quisiéronle malar;
y no se. atrevieron por el gran respeto y reverencia,
que lodos le teman. Desterráronle , y su
destierro fué consuelo-para muchos desterrados, y
para sí de un celestial júbilo y alegría ; pero sucedió
presto el siglo dorado del emperador Constantino,
que mandó soltar y dar libertad á todos
los cristianos (pie estaban presos por la fé de Cristo
, y arrumar y asolar los templos de los ídolos.
Con estos edictos volvió san Nicolás á su Iglesia,
y anduvo por los pueblos de su obispado, derribando
los templos profanos de los falsos dioses , v
caire elios uno famosísimo que habia en la ciudad
do Mira, dedicado ala diosa Diana-; y de tal manera
que no dejó piedra sobre piedra. Cuando lo
derribaban fueron oidas por el aire horribles aullidos,
de los demonios , (pie clamaban y se quejaban
de ser echados de su antigua morada. Con
esto comenzó á florecer mas la religión católica
, y á caer la idolatría por la vigilancia de esle
sanio prelado, el cual no solamente fué valeroso
caudillo de Dios contra los gentiles, sino también
contra los herejes, convirliondo muchos á nuestra
santa fé caiónca : y hallándose él en el concilio
íuceno entre los trecientos y diez y ocho obispos,
que allí se juntaron para condenar la herejía de
.Arrio , resplandeció entre lodos con lan grande
claridad y opinión de santidad , que parecía un sol
entre las estrellas.
10 No se puede en pocas palabras escribir los
innumerables y grandísimos milagros que esle santísimo
varón hizo en vida y en muerle. Algunos
pocos referiré yo aquí de los mas raros y mas notables.
Envió el Señor una carestía cruelísima á
la | rov inda de Licia , y toda la gente perecía de
hambre. No tenia otros graneros, ni trojes para
remediarla el santo varón , sino la oración y confianza
en Dios, En esta sazón un mercader había
cargado una nave de trigo en Sicilia , para venderla
en España. Estando piara partir del puerto,
una noche en sueños le apareció san Nicolás, y le
(lijo que llevase aquel trigo á la ciudad de Mira en
Licia , porque le vendería muy bien , y so baria
rico , y como en señal le puso tres piezas de or°
en la mano. Despertó el mercader , y visto el or°
y el aposento cerrado , entendió que aquella visio"
era de Dios, llízose á la vela: enderezó la proa,
adonde Dios le mandaba : llegó á Mira con próspero
viento : vendió su trigo muv bien ; y quedó
contenió con el precio, y ei pin blo mucho mas
con el trigo , v por la manera con que Dios le había
remediado por ios merecimientos de su santo
prelado.
11 Envió el emperador Constantino á tres tribunos
ó maestres de campo , llamados Nepociano,
Urso y Ilerpilion , con gente de guerra , á sosegar
un alboroto que se habia levantado en Frigia. Llegaron
estos capitanes á un pueblo de la ciudad de
Mira , y saliendo los soldados á tierra, comenzaron
(como suelen) á destruirla y á maltratarla , y
robar á los moradores, los cuales tomaban las armas
para defenderse , y resistir á los soldados.
Súpolo san Nicolás, y acudió luego con gran presteza
, para atajar los daños que podían suceder, si
llegaban á las manos ; y bastó su presencia , para
que los unos y los otros dejasen las armas , vse
sosegasen y rindiesen á su voluntad. Convidó el
santo á los tres maestres do campo y llevólos á su
casa, y regalólos con grande humanidad; y antes
que se partiesen , le vinieron á decir que el prefecto
de la ciudad llamado Eustaquio , habia condenado
á muerle á tres ciudadanos honrados, que
no tenían culpa por mucho dinero que algunos enemigos
de ellos le habían dado , y que toda la ciudad
oslaba muy triste y llorosa , por ver aquella crueldad
ó injusticia que contra ellos se usaba. Luego
levantó el sanio, rogando á los tres maestres de
campo que le acompañasen , y entendiendo que ya
estaban en el lugar del suplicio , y á pimío de ejecutarse
la sentencia , con gran priesa se fué al lugar,
y halló á ios tres ciudadanos va puestos de rodillas
, con los ojos vendados las manos aladas, y el
verdugo con la espada levantada para degollarlos,
y una gran muchedumbre de pueblo al rededor,
llorando y lamentando aquel triste espectáculo-
Llegó de improviso san Nicolás, y con sola suvista
dotuvo y espanló al verdugo : quitóle la espada
do la mano.: mandó levantar á ios inocentes
y (lióles la vida sin que ninguno osase resistirle
ni decirle palabra : lauta era su autoridad y la
reverencia que todos le lenian: antes el prefecto,
sabiendo lo que pasaba, temiendo el ¡oríllenlo
de su conciencia, y el castigo del emperador
Constantino,si viniese á su noticia se echó á los
píes de san Nicolás , suplicándolo que le perdonase,
y que no diese parle de ello al emperador,
prometiendo enmienda. Apenas pudo alcanzar que
el santo le perdonase aquella injusticia tan pública,
y lan escandalosa parecíéndole digna de gravey
público castigo. A lodo esto estuvieron presentes
los tres maestres de campo , admirados de lo
(pie habían visto; y tomada la bendición de san,
Nicolás, se partieron : y siguiendo su navegación,
llegaron á Frigia , y compusieron las cosas concón
gran valor y prudencia , como el emperador
so les había mandado: del cual . volviendo á
Constanlmopla fueron muy bien recibidos y acá-