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DICIEMBRE, 3 LA LEYENDA DE ORO. 387
do cualro leguas do Padua , que se llamaba Mon- sa celeslial doclrina y admirable comunicación ,
celsi, en una pobre y desabrigada choza , abierta y la casa en que entonces estuvo como pobre, desai
viento y con muy poco reparo para el calor y pues se ha dado á la Compañía y so ha convertido
h'io, lluvia y vientos, y por esto muy á gusto del en oratorio de mucha devoción,
fervoroso espíritu de san Francisco. Aquí estuvo 9 De Bolonia á la media cuaresma del año
cuarenta dias: su cama era un poco de [raja sobre do 1338 , san Francisco llamado de nuestro pala
tierra: su comida los pedazos de pan que alie- dre san Ignacio, fué á Roma, donde se jungaba
do puerta en puerta : las disciplinas eran co- taron todos los padres , para asentar y establecer
lidiarías : el cilicio continuo : la oración perpetua; las cosas de la religión que querían fundar: lo
gastando el día y la mayor parle ele la noche en cual hicieron en varias consultas acornñafiadas
la lección , meditación y contemplación de las co- con muchas y fervorosas oraciones , vigilias, lasas
divinas, que era lo que principalmente bus- grimas y penitencias, con deseo muv encendido
caba en aquel lugar. de agradar solo á nuestro Señor , y buscar en to-
7 Celebró su primera misa en Vincencia , do su mayor gloria, y el bien de almas. Lisia vez
donde san Ignacio estaba , y celebróla con tantas predicó en Roma nuestro san Francisco en la iglelágrimas
de alegría espiritual , que todos los que sia de San Lorenzo in Dámaso (que es muv prinse
hallaron presentes , con solo verle, derramaron cipal), y con sus sermones y con los otros piadomuchas
: y de allí adelante por todo el tiempo de sos trabajos suyos y do sus compañeros se dessu
vida de tal manera se aparejaba para decir mi- perló la gente ( como de un profundo sueño) á
sa, como si fuera la primera. Aquí en Vicencia tratar de enmendar sus vidas , dando de mano
cayó malo gravemente con olro compañero: lie- á sus gustos y vicios en que estaban muy sepulvaronlos
al hospital; y por la pobreza de aquella tados , y a confesarse y comulgar mas á menudo,
casa fué necesario que los dos durmiesen en una y renovar el uso antiguo de la primitiva Iglesia,
misma cama, gozándose de pagar este tríbulo á que de aquella santa ciudad , por la industria y
la santa pobreza. Mas en este desamparo y desa- perseverancia de la Compañía (aunque al princibrigo
el Señor consoló á nuestro Francisco , visi- pío no sin grande contradicción) , se ha derramatándole
por medio del gran doctor de la Iglesia do y extendido por las otras provincias y nació—
san Gerónimo , de quien él era devotísimo. Apa- nes de la cristiandad.
recióle el santo doctor en una ligara gloriosa y ve- 10 Estando san Francisco y los otros padres
nerable, y llegando á la cama , le habló con pa- compañeros suyos tan bien ocupados, el serenílabras
muy suaves y de amigo muy familiar, entre simo don Juan el 111 de Portugal , escribió á
las cuales le dijo : Mayores tempestades de traba- don Pedro Mascareñas , su embajador en Roma ,
jos te esperan en Bolonia , donde pasarás esle in- que en todo caso le impetrase de san Ignacio seis
vierno : y de tus compañeros, unos irán á Roma , ¡rara las ludias orientales , y que si fuese necesa—
otros á Padua , otros á Ferrara y otros á Sena ; y rio , hablase de su parto al papa , y le suplicase
como el santo lo dijo , así se cumplió : porque que les mandase ir : porque él deseaba mas suaquella
era la traza y orden de Dios, que iba en- jetar al yugo de Cristo nuestro Señor aquellos
caminando nuestros padres , y repartiéndolos por pueblos ciegos y bárbaros , que no á su corona é
los lugares en que quería le sirviesen , ya que por imperio. F'ueron señalados para esta crande emla
guerra, que había entre el Gran Turco y los presa por san Ignacio (á quien el sumo pontífice
venecianos no podían pasar á Jerusalen. Así ha- remitió aquella petición del rey) los padres maesbiendo
cumplido con la obligación do su voto , se tos Simeón Rodríguez, portugués, y el maestro Nireparlieron
por estos lugares que habernos dicho ; colas de Bobadilla, castellano. El padreSimeonquo
y á san Francisco le cupo ir con el padre Bobadí- estaba cuartanario , se partió luego de Boma á (oda
lia á Bolonia. Allí aquel invierno, por los grandes priesa para Portugal por mar , y con él otro padre
fríos , suma pobreza, y falla do loda comodidad y italiano, que se llamaba Pablo Camerale. Ei padre
continuación de trabajos, lo dieron unas cuartanas Bobadilla fué llamado de Calabria para la jornada,
y perdió las fuerzas y calor, de manera que mus Llegó á Boma maltratado del camino , y enfermó
parecía un cuerpo muerto , que hombre vivo. de una pierna á tiempo que el embajador don
8 Pero como el santo vivía del amor y espíri- Pedro Mascareñas estaba de camino para irse á
tu del Señor , el mismo Señor sustentaba la fia- Portugal; y en ninguna manera queria partirse sin
queza del cuerpo de san Francisco con su gracia, el segundo compañero, ni Bobadilla le podía sey
esforzaba su corazón; porque como si estuviera guir por su indisposición. Entonces nuestro santo
muy sano , gastaba el tiempo en predicar en las padre Ignacio, que estaba malo en la cama, haplazas
á todo el pueblo, en enseñar la doclri- hiendo hecho oración-, y alumbrado con la luz del
na cristiana á los niños, en visitar los hospila- cielo, llamó á san Francisco Javier, y le declaró
Jes y las cárceles , en oir las confesiones de mu- que la voluntad de Dios era que él lomase aquechos
, que con amargura lloraban sus pecados, y lia empresa, que asi se la encomendaba de su
se venían á confesarse con él. Respondía á los que parte, confiado de su prudencia y de la gracia del
venían á pedirle consejo y deseaban saber el ca- Señor que le llamaba, y se queria servir de él para
mino para agradar á Dios ; y por estos medios , la manifestación de su santo nombre en aquellas
y por su dulce y santa conversación hizo en la provincias y reinos: y el sanio con gran regocijo y
ciudad y universidad de Bolonia maravilloso fruto fervor de su espíritu se ofreció luego al trabajo; y
y hasta hoy dia quedan los rastros y memoria de al dia siguiente, tomada ¡a bendición de su sanü-