You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
32 LA LEYENDA DE ORO.<br />
<strong>de</strong> su predicación , convirtiéndose muchos pecadores<br />
en sus auditorios y mejorándose muchos justos.<br />
Después <strong>de</strong> haberse ejercitado en las tareas<br />
<strong>de</strong> la vida apostólica , como tenia siempre vivo en<br />
su corazón el amor <strong>de</strong> la soledad , andaba siempre<br />
recreando su espíritu en lo mas quebrado <strong>de</strong> los<br />
montes <strong>de</strong> León , don<strong>de</strong> le halló san Atilano, que<br />
<strong>de</strong>seaba tenerle por director espiritual. Allí fundó<br />
el santo un monasterio que se hizo célebre por los<br />
milagros <strong>de</strong> su venerable fundador, y por la regularidad<br />
<strong>de</strong> la vida cjue en él se llevaba. Llegó la<br />
fama <strong>de</strong> Froilan á Oviedo, corle entonces <strong>de</strong> los reyes<br />
<strong>de</strong> León, y don Alonso el Magno quiso conocerle,<br />
y le dio amplísimo po<strong>de</strong>r y gran cantidad<br />
<strong>de</strong> dinero para que, escogiendo los sitios mas acomodados<br />
<strong>de</strong> su reino , fundase en ellos monasterios<br />
para refugio <strong>de</strong> los que quisiesen <strong>de</strong>jar el mundo.<br />
Habiendo poco <strong>de</strong>spués vacado la silla <strong>de</strong> León,<br />
por los años <strong>de</strong> 900 , don Alonso . cediendo á los<br />
clamores <strong>de</strong>l pueblo y <strong>de</strong>l clero, obligó á Froilan<br />
á que aceptase sobre sí aquella carga. Efectivamente<br />
fué consagrado obispo aquel mismo año , el<br />
mismo día que lo fué san Atilano para obispo <strong>de</strong><br />
Zamora. Un antiguo escritor <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Froilan<br />
dice, « que puesto en el can<strong>de</strong>lero <strong>de</strong> la dignidad<br />
alumbró toda aquella parte <strong>de</strong> la España con el<br />
resplandor <strong>de</strong> la luz eterna , predicando por todas<br />
partes la palabra <strong>de</strong> Dios: que con la honra subió<br />
en él <strong>de</strong> punto la santidad y recibió <strong>de</strong>l cielo gracia<br />
abundantísima para adoctrinar á los fieles <strong>de</strong><br />
todos estados. Adornóle también el Señor con dones<br />
maravillosos : poco antes <strong>de</strong> morir profetizó las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s, la hambre y la mortandad con que<br />
había <strong>de</strong> castigar Diosa aquel reino, para que,<br />
sus autorida<strong>de</strong>s y sus habitantes tratasen <strong>de</strong> aplacar<br />
el divino enojo , preparándose para aquella calamidad<br />
, con una enmienda verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> sus costumbres.<br />
También dijo <strong>de</strong> antemano el dia en que<br />
había <strong>de</strong> morir, y á los <strong>de</strong> su clero, que habia llamado<br />
al re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> su lecho , los exhortó con gran<br />
zelo y fervor á que guardasen las leyes <strong>de</strong> su estado<br />
y á que fuesen siempre leales á su vocación,<br />
y <strong>de</strong>spués entregó dulcemente su alma á Dios, el<br />
día 4 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l año 906.<br />
SAN FIRMATO , DIÁCONO , Y SANTA FLAVIANA,<br />
VIRGEN. — Estos dos santos eran hermanos y vivían<br />
en la ciudad <strong>de</strong> Auxerre , practicando todas<br />
las virtu<strong>de</strong>s cristianas, Firmato entre el clero <strong>de</strong><br />
aquella Iglesia , y Flaviana entre las vírgenes consagradas<br />
á Jesucristo. En tiempo <strong>de</strong> Eurico, rey <strong>de</strong><br />
los visigodos, tuvieron mucho que sufrir los cristianos<br />
<strong>de</strong> las Galias, y entonces fué cuando estos dos<br />
santos hermanos fueron <strong>de</strong>gollados á causa <strong>de</strong> su<br />
amorá la religión verda<strong>de</strong>ra , sucediendo su martirio<br />
, el año 466.<br />
SAN ATILANO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació<br />
en Tarazona , y fué hijo <strong>de</strong> las oraciones <strong>de</strong> sus<br />
padres, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estado mucho tiempo<br />
sin sucesión , vieron como venido <strong>de</strong>l cielo aquel<br />
beneficio. Criáronle como correspandia á la nobleza<br />
<strong>de</strong> su cuna , y le hicieron apren<strong>de</strong>r las ciencias<br />
divinas y humanas. Aun era muy joven y ya<br />
<strong>de</strong>jó el mundo , retirándoseá un monasterio <strong>de</strong> San<br />
Benito, que habia junto á Tarazona, A los diez y<br />
oCTuimií, o<br />
seis años profesó , y perseveró siendo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />
santidad , hasta que, con licencia <strong>de</strong>l abad, se fué<br />
en busca <strong>de</strong> san Froilan á las montañas <strong>de</strong> León,<br />
y se quedó con él. <strong>La</strong> virtud <strong>de</strong> estos dos santos<br />
anacoretas atrajo ó aquel lugar mucha gente llamada<br />
<strong>de</strong> Dios á seguirles en su propósito. No so<br />
separaron mas hasta que ambos fueron arrancados<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto , el año 900 para ser colocados , Froilan<br />
en el obispado <strong>de</strong> León, y Atilano en el do<br />
Zamora. Diez años gobernó éste último su diócesis,<br />
en los cuales experimentó España gran<strong>de</strong>s calamida<strong>de</strong>s.<br />
<strong>La</strong> esterilidad <strong>de</strong> los campos asolaba provincias<br />
enteras, y el m<strong>oro</strong> Almanzor hizo a<strong>de</strong>más<br />
horribles estragos en todo el reino <strong>de</strong> León ; miserias<br />
que sirvieron para acrisolar la paciencia do<br />
Atilano, y en que mostró el zelo que el Señor lo<br />
habia dado por la salud <strong>de</strong> su grey. Pasados estos<br />
diez años, y sosegada la tormenta, emprendió el<br />
santo una peregrinación á los lugares <strong>de</strong> Jerusalea<br />
, y antes <strong>de</strong> partir <strong>de</strong> Zamora, <strong>de</strong>jó dispuesto el<br />
modo cómo se habían <strong>de</strong> distribuir las rentas á los<br />
pobres. Dicenquecuandose iba, arrojóenel Duero<br />
el anillo , diciendo que hasta volverle á ver, no se<br />
daria por seguro <strong>de</strong> haberle Dios perdonado sus<br />
culpas. Por la Palestina andaba con un solo compañero,<br />
mudó <strong>de</strong> traje para no ser conocido,<br />
iba <strong>de</strong>sprevenido aun <strong>de</strong> lo necesario para comer<br />
ó iba pordioseando como los pobres peregrinos.<br />
A los dos años <strong>de</strong> haberse ausentado do<br />
su diócesis, oyó en sueños una voz celestial que le<br />
mandó volver á ella, y obe<strong>de</strong>ció. Ilab'endo llegado<br />
<strong>de</strong> noche á Zamora , quedóse fuera en la ermita<br />
<strong>de</strong> San Vicente , cuyos ermitaños le hospedaron<br />
y partieron con él su cena, sin conocerle. A<br />
la mañana siguiente fueron á casa <strong>de</strong>l obispo por<br />
la limosna que cada dia les daban , y pidiendo<br />
también para el huésped , les dio el mayordomo un<br />
pez gran<strong>de</strong> , el cual entregaron á san Atilano para<br />
que le abriese mientras ellos iban por lumbre y<br />
agua. Abriólo el siervo <strong>de</strong> Dios, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>él halló<br />
el anillo que habia echado en el no al salir <strong>de</strong> la<br />
ciudad. Dio gracias al cielo por este prodigio, y<br />
entonces las campanas <strong>de</strong> Zamora se echaron á volar<br />
por sí mismas , y el pueblo acudió a la ermita,<br />
y fué consolado con el hallazgo <strong>de</strong> su verda<strong>de</strong>ro<br />
pastor. Siete años sobrevivió Atilano á su peregrinación:<br />
en ellos atesorando cada dia nuevos<br />
méritos, llegó al término <strong>de</strong> su dichosa carrera,<br />
en el mes <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l año 9Í9. <strong>La</strong> gloria <strong>de</strong> su<br />
muerte dio nueva fama á su virtud , por la cual<br />
mereció que Urbano II colocase su nombre entro<br />
los santos confesores.<br />
SAN MARCELINO , OBISPO Y CONFESOR.—Gobernó<br />
en santidad la iglesia <strong>de</strong> Ravena por espacio<br />
<strong>de</strong> cincuenta años, y en tan largo pontificado<br />
fué siempre creciendo en él el suave olor <strong>de</strong> todas<br />
las virtu<strong>de</strong>s. A pesar <strong>de</strong> las calamida<strong>de</strong>s públicas<br />
que afligieron á la Italia en aquellos tiempos, tuvo<br />
el santo oportunidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar arregladas en gran<br />
parte las cosas pertenecientes á la disciplina <strong>de</strong> la<br />
Iglesia , v <strong>de</strong> aumentar consi<strong>de</strong>rablemente su grey<br />
con las nuevas conquistas que hacia todos los días.<br />
C<strong>oro</strong>nado <strong>de</strong> altos méritos murió Marcelino en el<br />
Señor, el año 3V6, y al momento <strong>de</strong> espirar, cin-