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La leyenda de oro 4.pdf

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NOVIEMBRE , 9 LA LEYENDA DE ORO. 233<br />

cristianos. Súpolo Teod<strong>oro</strong> y abrasado <strong>de</strong> amor suyo llamado Cleónico, que lloraba, y díjole:<br />

divino, confesó luego que el era cristiano , y que Cleónico, yo te aguardo; date priesa y sigúeme:<br />

estaba aparejado para morir por Cristo. Prendié­ y cerrado por todas partes <strong>de</strong> las llamas , alabanronle<br />

: v como era mozo <strong>de</strong> gentil disposición y do á la santísima Trinidad, dio su santo espíritu<br />

bien quisto, tuviéronle lástima, y con una falsa en paz al que le había criado, y su alma fué vista<br />

compasión le <strong>de</strong>jaron , y le rogaron que se mirase subir al cielo, como una luz resplan<strong>de</strong>ciente. Su<br />

en ello, y que por una vana superstición no qui­ sagrado cuerpo tomó una <strong>de</strong>vota mujer llamada<br />

siese per<strong>de</strong>r la hacienda , honra y vida. Salido Eusebia, y con preciosos ungüentos ¡o envolvió<br />

Teod<strong>oro</strong> <strong>de</strong> sus manos, hacia continua oración, y en una sábana, y lo enterró en su casa lo mejor<br />

se encomendaba <strong>de</strong> todo su corazón al Señor; y que pudo, en la ciudad <strong>de</strong>Euchayla, que está <strong>de</strong>­<br />

para respon<strong>de</strong>r con las obras mas que con palabajo <strong>de</strong> Amasea, su metrópoli. Fué el martirio <strong>de</strong><br />

bras , á los que le habían <strong>de</strong>jado, y le persuadían san Teod<strong>oro</strong> á los 9 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año <strong>de</strong>l Se­<br />

que adorase á los dioses; entró una noche en el ñor <strong>de</strong> 304. Fué este glorioso mártir muy célebre,<br />

templo <strong>de</strong> Cibeles (que es la madre <strong>de</strong> los dioses), y tenido en gran veneración en todo Oriente por<br />

e! cual estaba cerca <strong>de</strong>l rio , y viendo que soplaba las señaladas victorias que algunos emperadores<br />

un viento recio, le pegó fuego, con el cual en alcanzaron <strong>de</strong> los bárbaros por su intercesión. Por<br />

breve se quemó todo y so hizo ceniza. Quemado esto le edificaron templos, é iban los fieles en ro-<br />

el templo , no huyó Teod<strong>oro</strong> ni se escondió: anmería al cuerpo <strong>de</strong> san Teod<strong>oro</strong> á la ciudad <strong>de</strong><br />

tes con gran<strong>de</strong> ánimo y fortaleza él mismo se ma­ Euchayta : y en Roma también se le edificó iglesia,<br />

nifestó que habia sido el autor <strong>de</strong> aquel incendio. que hoy dura , y es título <strong>de</strong> car<strong>de</strong>nal diácono. El<br />

Prendiéronle <strong>de</strong> nuevo, y espantados los jueces <strong>de</strong> martirio <strong>de</strong> san Teod<strong>oro</strong> escribió el Melafraste, y<br />

verle tan intrépido, seguro y gozoso, quisiéronle lo refiere Surio en el sexto tomo. Escribió Necta­<br />

con blandura y con promesas reducirá la supersrio , arzobispo <strong>de</strong> Conslanlinopla , una oración <strong>de</strong><br />

tición <strong>de</strong>sús dioses: y como el santo se riese; el san Teod<strong>oro</strong>; y otra san Gregorio Niseno , herma­<br />

juez le mandó azotar fuertemente, y <strong>de</strong>spués enno <strong>de</strong>l gran Basilio, y en ella al cabo , hablando<br />

cerrar en una cárcel tenebrosa, y sellarla, y <strong>de</strong>­ con el santo mártir. le dice estas palabras: «Aunjarle<br />

allí para que muriese <strong>de</strong> hambre : mas aquella que no sea posible que nuestros ojos corporales te<br />

misma noche le apareció el Señor, y le dijo: Teo­ vean, pon los tuyos en nuestros sacrificios y orad<strong>oro</strong>,<br />

está Inerte; porque yo estoy contigo. No ciones , y ruega á Dios que nos oiga y que te oiga;<br />

tomes <strong>de</strong> los hombres comida, ni bebida; porque que mire por tu patria que es la nuestra (porque<br />

yo te daré una vida conmigo en el cielo biena­ la patria <strong>de</strong>l mártir es el lugar don<strong>de</strong> pa<strong>de</strong>ce]: piventurada<br />

y eterna. Con este regalo <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> al Señor favor para tus hermanos, parientes y<br />

quedó muy alegre , cantando salmos y alabanzas á amigos, que somos los presentes; y que nos <strong>de</strong>­<br />

Dios, y gran multitud <strong>de</strong> ángeles le ayudaban y le fienda <strong>de</strong> nuestros enemigos, y particularmente dé­<br />

daban música en aquella cárcel, la cual oyeron los seilas bárbaros, que se arman contra nosotros.<br />

ios guardas, y le vieron ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> personas ves­ Como soldado, pelea valerosamente en nuestro<br />

tidas <strong>de</strong> blanco que cantaban con él, y quedaron favor; y como mártir, interce<strong>de</strong> con libertad por<br />

asombrados. Avisaron al juez <strong>de</strong> lo que pasaba, nosotros; porque, aunque estás en el puerto, bien<br />

y él vino á la cárcel y la halló cerrada y sellada, sabes los peligros <strong>de</strong> los que navegan : alcánzanos<br />

y entrando en ella no vio sino á Teod<strong>oro</strong> : y tor­ que tengamos paz para siempre , y que nos emplenando<br />

á cerrar la puerta, mandó que cada dia le emos en servir al que tú serviste, para que los<br />

diesen una onza <strong>de</strong> pan y un jarro <strong>de</strong> agua; mas el enemigos fieros y bárbaros no profanen los tem­<br />

santo mártir no lo quiso recibir, diciendo que Jeplos sagrados, y hagan caballerizas <strong>de</strong> los altares.<br />

sucristo, su Rey y Señor, le sustenlaria. Sacáronle El haber gozado <strong>de</strong> quietud hasta aquí, conocemos<br />

<strong>de</strong> la cárcel; ofreciéronle gran<strong>de</strong>s premios si con­ que no ha sido por nuestros merecimientos, sino<br />

sentía con su voluntad : y como ninguna cosa , <strong>de</strong> por tus oraciones; y por ellas mismas le suplica­<br />

lasque docian ni hacían, aprovechasen para memos que nos guar<strong>de</strong>s en a<strong>de</strong>lante.» Esto es <strong>de</strong> san<br />

llar aquel corazón fuerte y armado <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> Gregorio Niseno. Adviértase que esle sanio már­<br />

Dios; entendiendo que perdían tiempo, llamántir Teod<strong>oro</strong> es llamado Tiro, que quiere <strong>de</strong>cir soldole<br />

sacrilego, impío y blasfemo, le mandaron dado bisoño , á diferencia <strong>de</strong> otro 'Teod<strong>oro</strong> tam­<br />

atormentar. Levantáronle en un ma<strong>de</strong>ro alto : azobién mártir, que fué centurión ó capitán: llámase<br />

táronle: <strong>de</strong>sgarráronle'sus carnes con garfios <strong>de</strong> también Teod<strong>oro</strong> Amaseno, porque murió en la<br />

hierro : abrasaron sus costados con hachas en­ ciudad <strong>de</strong> Amasea; y Euchayta, por el lugar<br />

cendidas; y cuanto mas le atormentaban, tanloél adon<strong>de</strong> fué trasladado su sagrado cuerpo. En la<br />

mostraba mayor alegría , y como si estuviera en­ ciudad <strong>de</strong> Yenecia , dice el obispo Eqmlino, que<br />

tre llores y rosas, cantaba aquel verso <strong>de</strong> David, está el cuerpo <strong>de</strong> san Teod<strong>oro</strong>, mártir, en la<br />

que dice : «Alabaré al Señor en todo tiempo; siem­ iglesia <strong>de</strong> San Salvador, que es <strong>de</strong> canónigos repre<br />

<strong>de</strong> mi boca saldrán sus loores.» Los verdugos glares; pero no es el <strong>de</strong> este Teod<strong>oro</strong>, sino <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>spedazaban lascarnos <strong>de</strong>l santo; y él cantaba otro centurión , que murió en lleraclea , y fué mar-«<br />

como si no fuera él , sino otro , el que pa<strong>de</strong>cia brizado en tiempo <strong>de</strong> Licinio. De san Teod<strong>oro</strong>, á<br />

aquellos fieros tormentos. Finalmente, fué con<strong>de</strong>­ mas <strong>de</strong> los autores que habernos referido, hacen<br />

nado á ser quemado; hizo la señal <strong>de</strong> la cruz en<br />

la frente, y en todo su cuerpo, y con gran<strong>de</strong> ale­<br />

mención todos los Martirologios.<br />

gría y regocijo entró en el fuego. Vio á un amigo * SAN OIIESTES, MÁRTIR.—'Natural <strong>de</strong> Ca-<br />

TOMO IV.<br />

padocia , en cuva ciudad <strong>de</strong>s|)iies sufrió martirio,<br />

30

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