La leyenda de oro 4.pdf

««.C.II-'HUK!!, 2O LA LEYEN! JADEOHO. /¡03
infundía en la boca del Niño purísimo licor. El
Hijo daba á la Madre, loque la Madre daba al
Hijo: él bencina los pechos de la Madre; y ella
sustentaba al Hijo con la divina leche que él misino
le habia proveído. Mas como el Niño tierno
temblase de trío é hiciese pucherilos , púsole la
Virgen así empañado en el pesebre , para que con
alguna paja ó heno , que ulli habia , y con el huelgo
del buey y del jumento que allí estaban , se
abrigase algún tanto , y se mitigase la fuerza de
aquel frió y rigor. ¡O bienaventurado pesebre!
¡ ü establo mas glorioso que lodos los palacios de
los royes | donde Dios asentó la cátedra de la filosofía
del cielo, donde la palabra de Dios enmudecida
, tanto mas claramente habla, cuanto mas
calladamente nos avisa ! ¡ O Señor , Dios nuestro
( dice Cipriano), cuan admirable es vuestro nombre
en loda la tierra! Verdaderamente vos sois
Dios obrador de maravillas. Ya no me maiawllo.
ile la figura del mundo , ni de la firmeza de la
Iierra , oslando cerca de un cielo tan movible . no
do la sucesión de los días, ni de la mudanza de
los tiempos, er los cuales unas cosas se secan,
otras reverdecen , unas mueren y oirás viven: de
nada de eslo me maravillo, sino de ver á Dios cu el
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¡entre de una doncella : maravillóme de ver al
Todopoderoso en lacinia: maravillóme de ver
como á la palabra de Dios se pudo pegar carne : y
como , siendo Dios sustancia espiritual , recibió
vestidura corporal : maravillóme de tantas expensas
y de lan largo proceso , y de tan largos espalaos
, como se gastaron en esla obra.» Esto es do
san Cipriano. « ¡ O misterio inexplicable, y á los
ojos de la carne escondido! ¡O cosa, nó para
decirse, sino para sentirse! ¡ Nó piara declararse
con palabras, sino con silencio y admiración!
¿Qué cosa mas admirable que ver aquel Señor, á
(piten alaban las estrellas de la mañana : aquel que
está sentado sobre los querubines : que vuela sobre
las plumas de los vientos : que tiene colgada
de tres dedos la redondez de la tierra: cuya silla
es el cielo , y cuyo estrado real es la Iierra; que
haya querido venir á lan grande exlremo de pobreza
, (pie cuando naciese ( ya que quiso nacer en
eslo mundo), le pusiese su Madre en un pesebre,
por no tener otro lugar que un establo? ¿Qué persona
tan baja llegó jamas á tal extremo de pobreza
, que por falla de olro mejor abrigo viniese á
reclinará su lujo en un pesebre? ¿Quién juntó en
uno dos exiremos tan distantes, como son Dios y
pesebre? ¿Qué cosa mas baja que pesebre, que
es lugar de bestias; y (pie cosa mas alia (pie Dios,
(pie está sentado sobre los querubines ? ¿ Pues cómo
el hombro no salo de sí, considerando estos
dos extremos tan disimiles, Dios en un establo,
Dios en un pesebre , Dios llorando y temblando do
frío, y envuelto en pañales?» Hasta aquí es del
P. Er. Luis do Granada. Pues, ¡ ó corazón humano!
¿dónde oslas, cuando no estás en tí, ó
cuando no estás con tu Dios? ¿Dudas por ventura
que sea lu Dios éste (pie aquí ves recien nacido
, envuelto en pañales , recostado en un pesebre
, y tiritando de frío entre dos animales? No
dudes; porque este mismo niño, que ves nacido
ahora de las entrañas de su Madre , nació eternamente
de la inmortalidad del Padre eterno: de la
madre sin padre; y del Padre sin madre: del Padre
sin tiempo ; y de la madre en el fin de los tiempos
: del Padre como principio de la vida; y de la
madre como fin de la muerlo : y el que ahora ves
mona! y visible, y sujeto (por su voluntad) al
hielo y al frío , por ser Hijo de María; entiendo
que es impasible, Invisible y altísimo y exento de
toda injuria, por ser Hijo de Dios. Niño es, y niño
parece en esta forma de siervo ; pero grande es ó
inmenso en la forma de Dios: el mismo que aquí
loma el pecho , y se sustenta de la leche de una
doncella , es el que gobierna los cielos y el curso
del sol y de las estrellas, y sustenta y conserva
el universo con su mano poderosa. Y para que
mejor entendamos lo que en este niño se encierra,
y con qué ojos lo habernos de mirar, y que es Dios
verdadero y Salvador del mundo, nacido para
nuestro bien ; miremos la integridad de la Madre:
porque aunque es madre, juntamente es virgen:
madrees; porque parió al Hijo que habia concebido
y tenido nueve meses en sus entrañas : y virgen
es; porque este Hijo es Dios, y habiendo Dios
de nacer, de virgen habia de nacer. « No hubo allí
necesidad de baños ni de lavatorios (dice san Cipriano),
que se suelen aparejar á las paridas;
porque ninguna injuria había recibibo la Madre
del Salvador, la cual parió sin dolor, así como
había concebido sin deleite.» El fruto va maduro
con sazón se cayó del áibol, que le licita : v no
había necesidad de arrancar con fuerza , lo que do
su voluntad se nos ofrecia. Ningún tributo se pagó
en esle parlo , ni deleite precedente ( que no hubo)
pidió alguna usura de dolor. Y para mayor
certificación de esla verdad, añade el sagrado
Evangelista, «que habia en aquella reglón unos
pastores que ala sazón estaban velando, y guardaban
las vigilias de la noche sobre su ganado : y
el ángel del Señor vino á ellos, y la claridad de
Dios resplandeció al rededor do ellos, v temieron
con gran temor; y dijoles el ángel: No queráis temer
: mirad que os anuncio unas nuevas de grande
alegría que será para todo el pueblo ; que os es
hoy nacido un Salvador , que es Cristo nuestro Señor,
en la ciudad do David ; y eslo os doy por señal
, que hallaréis al Niño envuelto en pañales y
puesto en un pesebre. Y luego á deshora se juntó
con el ángel una muchedumbre del ejército celestial
, que alababan á Dios , y decian : Gloria sea á
Dios en las alturas , y en la tierra paz á los hombres
de buena voluntad.» Todas estas palabras son
del historiador sagrado. Para que los hombres conozcan
á Dios en la tierra recien nacido y recostado
en el pesebre, viene el ángel del cielo á manifestarle,
y declararnos quién es. Venia el Señor para redimir
al mundo y salvar al hombre perdido : y luego,
en naciendo, comenzó á hacer oliciode Salvador,
descubriendo lo que era, y lomando testigos
de la majestad que estaba encerrada en aquella
profundísima humildad. No quiso manifestarse á
lodos ; porque no lodos eran capaces de tan gran
bien : y porque no se impidiese su cruz y pasión,
escogió para testigos á unos pobres y desprecia-