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La leyenda de oro 4.pdf

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NOViraiBitE ,19 LA LEYENDA DE ORO. 303<br />

aunque lo pudiese hacer con un solo cabello. Os<br />

suplico que <strong>de</strong>is eterno <strong>de</strong>scanso á su alma y<br />

á la mía gracia para serviros. Determinó,pues,<br />

aprovecharse <strong>de</strong> la orasion para abrazarse mas<br />

estrechamente con Cristo nuestro Señor, y servirle<br />

con nías ahinco y fervor en el estado <strong>de</strong><br />

viuda : y asi comenzó á darse mas á la oración,<br />

ayunar y velar mas, y afligir su cuerpo con mayores<br />

asperezas y penitencias , y en el trato <strong>de</strong><br />

su persona ser mas humil<strong>de</strong>, y dar á los pobres<br />

todo cuanto tenia. Fué esto <strong>de</strong> manera, que los<br />

<strong>de</strong>udos <strong>de</strong> su marido y sus vasallos la quitaron<br />

la administración <strong>de</strong> la hacienda como á <strong>de</strong>sperdiciadora<br />

<strong>de</strong> ella , y la echaron <strong>de</strong> su casa<br />

y la apretaron tanto , que vino á tanta necesidad,<br />

que se recogió á un eslabhllo <strong>de</strong> un mesón,<br />

y aun allí no la consintieron estar mucho. Mudóse<br />

a una casa <strong>de</strong> un hombre mal acondicionado<br />

; y él la hizo tan mal tratamiento á ella<br />

y ó sus hijos, y á algunas doncellas que por su<br />

<strong>de</strong>voción ia acompañaban , que también <strong>de</strong> aquí<br />

se hubo <strong>de</strong> salir y buscar otra posada. Llegó<br />

su menosprecio á tanto, que yendo un dia por<br />

una calle estrecha y <strong>de</strong> mucho lodo , y encontrándose<br />

en un mal paso con una viejezuela á<br />

quien la santa habia hecho mucho bien , la vieja<br />

no la tuvo respeto ni la hizo lugar para que<br />

pasase, antes <strong>de</strong>sviándola <strong>de</strong> sí con furia, la hizo<br />

caer en el lodo. Entendió santa Isabel que aquella<br />

era tentación <strong>de</strong>l enemigo y prueba do su<br />

paciencia , y levantóse con mucha alegría , riéndose,<br />

y limpió su vestido , porque, por mucho<br />

que pa<strong>de</strong>cia , <strong>de</strong>seaba pa<strong>de</strong>cer mas y ser mas<br />

<strong>de</strong>spreciada , ultrajada y abatida; y pidió á nuestro<br />

Señor con gran<strong>de</strong>s ansias que la <strong>de</strong>scarnase<br />

<strong>de</strong> todas las cosas que no fuesen él , para po<strong>de</strong>rse<br />

mas unir con su divina Majestad, por el<br />

menosprecio y abatimiento <strong>de</strong>l mundo. Andaba<br />

á casa prestada : súpolo el rey, su padre, y dio<br />

or<strong>de</strong>n para que sus hijos se criasen en casas<br />

<strong>de</strong> parientes honradamente , y que á ella se diese<br />

parte <strong>de</strong> su dote con que sustentarse. Pues<br />

¿quién podrá referir los otros trabajos, malos tratamientos<br />

, escarnios y persecuciones que esta<br />

santa princesa pa<strong>de</strong>ció , y la paciencia , constancia<br />

y alegría con que los sufrió , viéndose <strong>de</strong><br />

rica , pobre; <strong>de</strong> honrada, abatida; <strong>de</strong> servida<br />

y acompañada , sola y <strong>de</strong>samparada ; y esto <strong>de</strong><br />

sus propios vasallos , <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udos <strong>de</strong> su marido<br />

, y <strong>de</strong> aquellos á quienes tanto bien habia<br />

hecho , y que por tantos títulos estaban obligados<br />

á ampararla y albergarla en sus propias casas,<br />

y tenerla escrita en sus corazones ? No se turbó<br />

la santa ; porque Dios la esforzaba y regalaba<br />

y entretenía, é imprimía en su alma , que<br />

él solo era suficiente para hacerla bienaventurada<br />

, y que teniéndole á él lo tenia todo , y<br />

sin él , todo lo que antes tenia y habia perdido<br />

era un poco <strong>de</strong> basura : y así un día <strong>de</strong> cuaresma<br />

, habiendo oido misa , la apareció Cristo<br />

nuestro Re<strong>de</strong>ntor consolándola y alentándola, y<br />

prometiéndola que estaría siempre con ella.<br />

2. De la parte <strong>de</strong> su dote que la dieron para<br />

su sustento, hizo un hospital, en don<strong>de</strong> se recogió,<br />

TOMO IY-<br />

y recogia pobres enfermos y los curaba , y servia<br />

por sí misma en las cosas mas menudas , bajas y<br />

viles, sin que sus criadas la ayudasen : y porque<br />

algunos la <strong>de</strong>cian que aquella no era vida <strong>de</strong> hija<br />

<strong>de</strong> rey; ella con mucha gravedad y mesura les<br />

respondía, que si hallara otra vida <strong>de</strong> mayor menosprecio,<br />

la tomara para imitar mas á su dulcísimo<br />

esposo y maestro Jesucristo. Tenia en la oración<br />

don singular <strong>de</strong> lágrimas, y <strong>de</strong>rramábalas<br />

copiosas y suaves, y con el rostro siempre muy<br />

sereno y alegre, y <strong>de</strong>cia que los que en la oración<br />

lloran haciendo visajes, parece que quieren<br />

espantar al Señor. Hacia su oración con tan singular<br />

atención y afecto , que parecía que estaba<br />

muerta para las <strong>de</strong>más cosas : y la aconteció una<br />

vez , estando orando , caer una brasa <strong>de</strong> fuego sobre<br />

sus faldas, y quemarla sus vestidos y no sentir<br />

nada ; porque su alma estaba trasportada en el<br />

cielo: hasta que una criada echó <strong>de</strong> ver que la<br />

santa se quemaba , y mató el fuego. Era muy visitada<br />

y regalada con revelaciones y gustos interiores<br />

, y por medio <strong>de</strong> sus oraciones alcanzaba<br />

para sí y para otros , <strong>de</strong>l Señor , gran<strong>de</strong>s dones y<br />

misericordias. Una vez vio un mozo en su compostura<br />

y traje distraído: díjoselo, y que si queria<br />

que hiciese oración por él. Respondió el mozo<br />

que sí, y que le rogaba mucho que así lo hiciese.<br />

Ella se puso en oración , y mandó al mancebo que<br />

hiciese otro tanto: el cual, perseverando la santa<br />

en oración , comenzó á <strong>de</strong>cir: Cesad , señora, cesad<br />

: y como ella no cesase , antes con mayor fervor<br />

continuase su oración , tornó el mozo con mayor<br />

ansia á clamar : Cesad , señora , que me abraso<br />

: y levantaba los brazos y hacia visajes como<br />

loco. Llegaron á ella; y hallaron que tenia los vestidos<br />

tan calientes <strong>de</strong>l fuego que salía <strong>de</strong> su cuerpo<br />

, que apenas los podían tocar con las manos.<br />

Con esto mudó el mozo su vida, y <strong>de</strong> distraído<br />

que antes habia sido, se trocó en otro hombre por<br />

la oración <strong>de</strong> santa Isabel. Otra vez, habiendo<br />

entrado á su casa una moza lozana, que traia sus<br />

cabellos <strong>de</strong>scubiertos, como hebras <strong>de</strong> <strong>oro</strong>; movida<br />

la santa <strong>de</strong> Dios, se los cortó como por fuerza<br />

, <strong>de</strong>fendiéndose la moza cuanto pudo; pero<br />

cuando los vio cortados , caída aquella como c<strong>oro</strong>na<br />

y gloria <strong>de</strong> su cabeza , dijo á santa Isabel:<br />

Señora, Dios os ha inspirado que me cortáse<strong>de</strong>s<br />

estos cabellos; porque sabed que si no fuera por<br />

esta vanidad, ya hubiera entrado en algún monasterio<br />

: y la santa , alabando á nuestro Señor,<br />

la recogió consigo en aquel hospital, don<strong>de</strong> le<br />

sirvió muchos años.<br />

3 Admirable fué la vida <strong>de</strong> esta santa princesa<br />

en todas las virtu<strong>de</strong>s, y especialmente en la<br />

humildad, y amor <strong>de</strong> la pobreza, y menosprecio <strong>de</strong><br />

sí, y en la compasión y caridad que usó con los<br />

pobres y enfermos asquerosos , dándoles todo<br />

cuanto tema, sirviéndoles con tanto cuidado y entrañable<br />

afecto, como si cada uno <strong>de</strong> ellos fuera el<br />

mismo Cristo nuestro Salvador; y esto con una<br />

perseverancia tan extraña, que nunca quiso volver<br />

á casarse, porque habia hecho voto <strong>de</strong> castidad,<br />

si alcanzaba <strong>de</strong> días á su marido , ni tornar á<br />

la casa <strong>de</strong> sus padres, ni á la gran<strong>de</strong>za y espíen-<br />

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