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318 LA LEYEND A DE ORO. NOVIEMBRE , 20
Jugar Ciervo-Frígido , por el ciervo que buscaba cu
la fuenle refrigerio de su sed.
11 Habiendo dado esle rudo principio y como
bosquejo al convenio de Ciervo-Fírgido , que después
lia sido muy insigne, quedándose en él san Félix
para gobernarle, se parlió san Juan á Roma con
la regla , para pedir la aprobación de ella al sumo
pontífice. Como creciese el número de los compañeros
de san Félix y no cupiese en aquel estrecho
convenio, trató de hacer otro mas capaz , para el
cual le dio el conde Gualterio Castillonien.se , capitán
de la guarda de Felipe Augusto, una rica heredad
, y con sus riquezas ayudó al nuevo edificio.
Dicen algunos que fué esto recompensa de un
gran beneficio que habia recibido el conde de los
santos Juan y Féh.x; porque habiendo ido el conde
los años antes á la conquista de la Tierra sania,
fué preso y cautivado de los turcos. Viéndose cautivo)'
muy afligido, se acordó de los dos anacoretas
san Juan y san Félix , que sabia hacían v ida solitaria
en la montaña Brodelia; y encomendándoseá
sus merecimientos , sin entender ol modo , se halló
en Francia, en un pueblo suyo vecino á la montaña
Brodelia : y agradecido á tan gran beneficio, y habiendo
experimentado cuan penosa es la cautividad
de los moros, dio de buena gana su heredad
para los que se empleaban en redimir cautivos.
Después la condesa de Borgoña Matilde , y María
Panaleria y Roberto de Planells hicieron muidlas
y ricas donaciones á esle monasterio y á la Redención
de los cautivos , las cuales confirmó Inocencio
III, por bula dada el año de 1198, á 16 de
mayo, como consia de la misma bula , que se halla
en el libro primero de las Epístolas decretales de
dicho pontífice.
12 Legó á Roma san Juan al principio de
diciembre del año de 1198; y habiendo visto y
examinado la regla el sumo pontífice , la aprobó
y confirmó á 17 de diciembre del mismo año de
1198, añadiendo algunas cosas , á petición de san
Juan de Mata , como parece por la bula que trae
Gil González , Macedo , Tamayo y otros autores,
y se halla en el libro primero de las Decretales de
Inocencio, y en el lomo primero del Bularlo Romano,
constitución primera de dicho papa. Instituyó
también á san Juan de Mata ministro general
de toda la orden , y quiso que fundase un convento
en Roma , para lo cual le dio rentas , y señaló
sitio en el monte Celio , y dio una iglesia dedicada
á san Miguel y á sanio Tomas de Formis , llamada
así por estar cerca de los acueductos , (pie
se llaman así.en lengua italiana. Con los compañeros
que se habían allegado ya y se allegaban
cada dia á los santos patriarcas, de los cuales algunos
eran doctores parisienses, y muy estimados
por sus letras en aquella universidad , iba creciendo
muy apriesa la nueva planta, que después ha
extendido sus ramas por lodo el mundo , y llevado
por fruto innumerables lujos insignes en santidad
y sabiduría : y muchos que con el derramamiento
de su sangre han confirmado el oficio de redentores
que profesan.
13 Apenas habían pasado cuatro meses,
cuando deseando san Juan cumplir el fin de su
instituto, habiendo juntado las limosnas que [indo,
trató de hacer la primera redención en el reino
de Marruecos. Habló al sumo pontífice; y él se
alegró mucho : y habiendo señalado san Juan para
esta redención á Fr. Juan Anglico, y Fr. Guillermo
Escolo, dos de sus primeros compañeros,
que se le habían allegado en París, les dio una carta
para el Miramamolin, de la cual pondré aquí un
pedazo, por ser grande alabanza de su instituto.
La carta dice así:
14 Inocencio papa III. Al ilustre Miramamolin,
rey de .Marruecos, y á sus vasallos, que deseamos
lleguen al conocimiento de la verdad , y
perseveren en ella. Entro las obras de misericordia
, que Jesucristo Señor nuestro encomendó en el
Evangelio á sus fieles, no tiene el menor la redención
de los cautivos. De aquí es quo á laspersonas
que se ocupan en tan santos ejercicios ¡as debemos
honrar con gracias y favores apostólicos. Algunos
varones de cuyo numero son los que llevan esta
carta , inflamados del divino Espíritu . inventaron
poco háregla y orden, por cuvos estatutos la tercera
parle de las rentas que ahora llenen , ó en
adelante adquieran, deben gastar en la redención
de los cautivos, ele. Dada en el Luterano, á
8 do marzo , en el año segundo de nuestro pontificado.
»
lo Fueron bien recibidos del rey de Marruecos
los'redenlores, v rescataron ciento odíenla y
seis cautivos cristianos del cautiverio de los moros
con oí dinero que llenaban , y con sus santas palabras
y buen ejemplo quo dieron, rescataron algunos
moros de! caunverío del demonio. Contaron
á san Juan lo mucho que padecían los cristianos
en poder de los bárbaros , y cuánto peligraba su
fé entro tanta crueldad é infidelidad; y el santo,
deseoso de remediar tan grave necesidad , juntó
las limosnas que pudo , y pasó á Túnez llevando
por compañero á Fr. Anglico : y habiendo rescatado
ciento y veinte cautivos y pagado el precio
en quo se concertó con los moros; estos como inflólos
le prendieron y azotaron cruelmente, diciendo
quo les habia engañado en el precio. Estaba
muy gozoso el sanio al recibir los azotes;
porque hacia con propiedad el oficio de redentor
padeciendo por sus redimidos : solo estalla
cuidadoso no le quitasen los bárbaros los cautivos;
y así en acabando de azotarle se hincó do rodillas,
y lomando en las manos una ¡mágen do nuestra
Señora que traía siempre consigo , suplicó á la
santísima Virgen que le socorriese en aquella necesidad
; porque aquellos cautivos cristianos no
volviesen á poder de los moros. No so hizo sorda
la Reina de los ángeles á las voces do su siervo;
antes so apareció allí luego en forma de una hermosísima
doncella, y le dio á san Juan una cantidad
de oro , con que pudo contentar la codicia de
aquellos bárbaros. No cesó con eslo la infidelidad
délos moros ni las maravillas de Dios; porque
estando en Visoria para embarcarse con sus
cautivos para Roma , vinieron los moros como leones
bramando contra el santo , porque habia detenido
á muchos para que no dejasen la fé , y rompieron
las velas del navio, para que , ó no pudiese