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que no tenia Pedro por qué averiguarlo , ni tener
cuidado de lo que no le perlenecia. Esto es lo
que hallamos en la historia evangélica de san Juan.
6 Demás de esto, en el libro de los Hechos apostólicos
escribe san Lucas: que después que Cristo
nuestro Redentor subió á los cielos, se juntaron en
el c enáculo Pedro, Juan, Diego y Andrés, y los demás
apóstoles , poniendo en el primer lugar asan
Juan después de san Pedro» Dice mas: que un dia
yendo san Pedro y san Juan ó las tres de la larde á
hacer oración al templo de Jerusalen , en una puerta
del templo, que llamaban Especiosa , hallaron
aun pobre hombre de edad de cuarenta años , que
era cojo de su nacimiento, y que les pidió limosna;
ylos santos apóstoles se la dieron mucho mayor de
la que él esperaba _ ni les pedia: porque tomándole
por la mano le dieron salud , y le consolidaron
las plantas de los pies : de manera, que con
la novedad saltó de placer, y entró con ellos en
el templo. Hubo grande admiración y estupor en
el pueblo, y en toda la ciudad mucho ruido por
aquel milagro : y para atajar el daño que de él les
podia venir , los sacerdotes y el magistrado prendieron
á san Pedro y á san Juan, y los echaron en
la cárcel, y después los sobaron , amenazándoles
y mandándoles so graves penas , que no hablasen
mas de Cristo : mas ellos obedecieron á Dios y nó
á los hombres, y predicaron al pueblo de Jesucristo
, testificando de él lo que habian oido y
visto. Prendieron de nuevo á todos los doce apóstoles
, y entre ellos á san Juan , y azotáronlos por
haber quebrantado sus mandatos: y ellos iban muy
gozosos; porque Dios los habia tenido por dignos,
que fuesen maltratados y afrentados por su nombre.
Predicando san Felipe , el diácono, en la ciudad de
Samaría , y haciendo grandes milagros, se convirtió
mucha gente á la fé de nuestro Redentor: y
considerando los santos apóstoles la puerta que
allí se abria al Evangelio, fueron de parecer que
san Pedro y san Juan fuesen á Samaría , para confirmar
á los que de nuevo se habían convertido , y
darles con la imposición de sus manos el Espíritu
santo (porque aun no le habian recibido ), y convertir
á los demás : y san Pedro , aunque era cabeza
de todos los apóstoles, y san Juan uno de los
mas principales, y en el oficio y potestad apostólica
igual á los demás, vinieron en ello, y fueron
á Samaría , é hicieron oración por los convertidos,
y poniendo sobre ellos sus manos, recibieron visiblemente
el Espíritu santo: y volviendo á Jerusalen
predicaron en muchos pueblos de la provincia
de Samaría, é hicieron cosas maravillosas. San
Pablo, escribiendo á los de Galacia , dice que habiendo
venido á Jerasalen por revelación divina
san Pedro , san Juan y Santiago, el menor, obispo
de Jerusalen, que parecían y eran las columnas de
la Iglesia , hicieron hermandad con él, y se concertaron
que ellos predicasen á los judíos, y Pablo
v Bernabé á los gentiles. Demás de lo que hallamos
en las divinas Letras de este gloriosísimo apóstol, y
querido del Señor, también habernos de desenvolver
las historias eclesiásticas , y ver lo que los autores
de ella y los santos doctores escriben de la
vida y muerte de san Juan.
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7 Primeramente parece cosa sin duda, que e
santo apóstol después de cumplir con su oficio
apostólico , y alumbrar las gentes con su predicación,
su principal cuidado era acompañar y servir á
la sacratísima Virgen , á quien ya tenia por madre;
y así todo el tiempo que estuvo en Jerusalen y
en Judea la asistió y la sirvió con singular solicitud
y reverencia. Fué después á la ciudad de Efeso,
cabeza de la provincia de Asia , que le habia cabido
por suerte, para sembraren ella la semilla
del cielo , y llevó consigo á la Virgen , que estuvo
allí con él algún tiempo, como se saca del concilio
efesino en una epístola escrita al clero de Constantinopla.
Este cuidadado le duró todo el tiempo que
duró la vida de la Virgen sacratísima, que según
la mas probable opinión, fueron veintre y tres
años, después de la muerte del Salvador, como lo
dijimos en la vida de la misma Virgen. Pero en
este tan largo tiempo, ¿quién podrá explicar las
largas mercedes, y copiosos favores que recibió el
amado discípulo del Señor , con este trato y conversación
de la Madre de Cristo, y madre suya?
Porque si ella es tan benigna para con los pecadores;
¿qué haría con él, que era tan santo? Si
para con los siervos suele ser lan liberal; ¿qué haría
con él, que habia sido tan amado y privado de
su Hijo , y á quien el mismo Hijo le habia dado por
hijo en su lugar? Y si sola la vista de esta Virgen
benditísima bastaba para componer á cualquiera
persona descompuesta; ¿qué obraría en el pecho de
Juan la presencia de aquella que sabia que era Madre
Dios y madre suya ? ] Qué coloquios , qué razonamientos
tendrían entre sí la Virgen y Juan! ¡Qué
luces, qué resplandores, qué encendimientos y ardores
sentía el hijo querido , cuando oía las palabras
de su madre, salidas de aquel corazón alumbrado
y abrasado del divino! ¡Cuántos y enán altos
misterios !e enseñaría! ¡Cuántas veces quedaría absorto,suspenso
y arrobado en verla y oiría 1 ¡ Y con
cuánta humildad y confusión la serviría, considerando
que aquella virgen era Madre de Dios ! Eslo
no se puede explicar , y es mejor que cada uno lo
piense dentro de sí , y por aquí saque las inestimables
gracias y dones que recibió Juan en este
trato y comunicación.
8 En Asia predicó san Juan la doctrina del
cielo que habia bebido en el pecho del Señor , y
fundó en ella siete Iglesias en siete principales ciudades,
que fueron Efeso, Esmirna, Péigamo, Tiatira,
Filadelfia, Sardís y Laodfcca : y en todas ordenó
sacerdotes que administrasen los sacramentos
á los cristianos que ya había en ellas. Pero como
la cabeza y metrópoli de Asia era la ciudad de
Efeso , tan celebrada por el famoso templo de la
diosa Diana , y los naturales y moradores de ella
eran muy dados á la idolatría , y al vano culto de
sus dioses: por esta causa, y por ser muy populosa
y rica la ciudad , y estar llena de filósofos hinchados
con la vana sabiduría del mundo, tuvo grandes
dificultades nuestro gran apóstol en plantar
nuestra santa religión en corazones tan incultos y
duros. Mas como el era como un sol resplandeciente
y divino , con los rayos de su doctrina y de
su luz deshacía las nieblas espesas de la ignoran-