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OCTUBRE, 21
Sentía, Gregoria, Pinnosa , Mardina Saula, Brilula,
Saturnina, Saturnia, Rabacia , Paladia,
Clemencia y Grata. El dia que murieron , triunfó
Cristo , su dulce esposo , en las santas doncellas
, de la infidelidad, y de la carnalidad del pecado
y del infierno, y declaró cuánto mas poderosa
es la virtud del cristiano, para sufrir la muerte,
que la crueldad del demonio, y de sus ministros,
para dársela , y que sus soldados , cayendo se levantan
, y muriendo vencen , y son coronados de
eterna gloria. Los cuerpos de las santas vírgenes
fueron recogidos de los fieles con gran devoción,
y llevados á la ciudad de Colonia , que está sobre
el mismo Bbin , donde se fundó un célebre monasterio
de monjas, y en él hoy dia se ven muchas do
las cabezas de estas santísimas vírgenes, y son reverenciadas
con singular devoción , aunque por
muchas partes de toda la cristiandad se han repartido.
Muchos creen que el lugar, donde ahora
están los sagrados cuerpos de las vírgenes , es el
mismo donde las mataron ; porque la tierra de
aquella iglesia no admite ningún cuerpo muerto,
aunque sea de niño recien bautizado , si lo entierran
en ella , y antes de la noche lo echa de sí, como
lo escribe el obispo Lmdano : tomando esto por
señal que no quiere Dios que ningún otro cuerpo
esté enterrado donde están los de tantas y tan
ilustres vírgenes y mártires , esposas suyas , que
allí dieron su purísima sangre por la confesión de
su fé, y defensa de su castidad. También se dice
que santa Úrsula ,' y sus santas compañeras, á la
hora de su muerte favorecen á los que en vida
tienen con ellas devoción , y se les encomiendan.
El martirio de estas vírgenes fué, según Baronio,
el año del Señor de 383 , imperando Graciano y
Valenliniano , su hermano, y Teodosio el mayor,
á quien Graciano habia hecho compañero suyo en
el imperio , por verse tan apretado por todas partes
de las armas de infinitos bárbaros, y necesitado
de socorro de un tan valeroso capitán ; y fué á los
21 de octubre , y aquel dia lo celebra la santa Iglesia.
De las once mil vírgenes (á mas de los autores
que habernos referido) escribieron Wandalberto,
que floreció por los años del Señor de 850;
Sigiberto , monje del monasterio gemblacense,
que há casi quinientos que escribió ; Rogerio Cisterciense,
Ricardo Premonstralense ; Claudio de
Rota; Ronfinio, en la Historia de las cosas de Hun -
gría ; Pedro de Nalalibus ; Polidoro Virgilio, en
la Historia de Inglaterra, y mas copiosamente el
P. Fr. Lorenzo Surio en el tomo v de las Vidas do
los santos.
SAN MALCO , MONJE Y CONFESOR.—Habiendo
el gran padre y doctor san Gerónimo escrilo las
vidas de san Pablo, primer ermitaño, y de san
Hilarión , abad , y puéstolas en la Iglesia, como
un vivo retrato y modelo de los santos anacoretas
y monjes, y como vidas mas de ángeles que de
hombres en cuerpo mortal; escribió también la
vida de otro santo monje, llamado Maleo , que
tuvo algunas imperfecciones y tentaciones, y con
la gracia del Señor salió bien de ellas, para ejemplo
de los religiosos que pasaren por semejantes
tentaciones. Y dice san Gerónimo que el. mís-
LA LEYENDA DE ORO.
mo Maleo , siendo ya
siendo mozo
aquí diré.
su
l'i'J
muy viejo , le refirió á él,
vida; y fué de la manera que
2 Fué Maleo de una aldea llamada Maronio,
como diez leguas de Antioquía , ciudad de Siria.
Fué hijo único de sus padres, que eran labradores.
Cuando Maleo tuvo edad , como era solo, desearon
sus padres casarle; y el padre con amenazas
y espantos , y la madre con caricias y blanduras,
procuraban que tomase mujer; mas el Señor le
hablaba al corazón , y le daba otros intentos, y
deseos de guardar castidad. Finalmente , viéndose
apretado de sus padres , delerminó dejarlos, y huyendo
, se partió de su casa solo, sin decirles nada
, y se fué á un desierto hacia la parte de Occidente
, y entró en un monasterio , en el cual con
el trabajo desús manos ganaba su pobre comida,
y con los ayunos refrenaba la lascivia de su carne.
Estuvo muchos años en aquel monasterio con mucha
paz y quietud sirviendo al Señor. Supo que
era muerto su padre, y que le habia dejado por
heredero de algunas posesiones y heredades: vínole
deseo de ver á su madre , para consolarla en
su viudez , y juntamente de vender aquellas posesiones
que su padre le habia dejado, y dar parto
del precio de ellas ó los pobres, y parte á aquel
monasterio, y otra parte guardar para sus necesidades.
Deciaró su deseo al abad : el cual, como
varón espiritual y prudente, luego entendió que
aquella era tentación del enemigo, que, socapa de
piedad, le queria engañar. Comenzó á rogar á
Maleo que se sosegase, y no se dejase vencer de
aquella tentación, proponiéndole algunos ejemplos
de otros monjes que habían sido engañados,
y amenazándole con los castigos que suele dar
nuestro Señor á los que , habiendo puesto la mano
á la esteva , la dejan y vuelven atrás. Todo lo que
el abad le decia, pensaba Maleo que nacia mas
del deseo de tenerle en su compañía, que por su
bien; y así no se dejó ablandar ni persuadir de
quien tan buenos consejos le daba. Salió del monasterio
acompañándole el abad como si le llevara
á enterrar; y á la despedida le dijo que le veia
llagado con una terrible llaga , y como una oveja
descarriada y apartada del rebaño, que luego cao
en las bocas de los lobos. Volviendo , pues, Maleo
del monastorio á su tierra , hubo de pasar por una
soledad y camino des.erto y peligroso , en el cual
los sarracenos solian saltear á los caminantes, y
por esto procuraban juntarse muchos para poderlos
mejor resistir. Juntáronse aquella vez con Maleo
otros como setenta pasajeros, hombres y mujeres,
viejos, mozos y muchachos : y yendo caminando,
vieron venir para si gran número de ismaelitas en
camellos, medio desnudos sus cuerpos, con turbantes
en sus cabezas, y aljabas con saetas colgando
de sus hombros, y los arcos en sus manos,
flechándolos contra ellos. Toda aquella compañía
se esparció, y unos por un cabo y otros por otro,
echaron á huir. Maleo , que iba del monasterio á
heredar, vino á manos ele uno de aquellos ismaelitas
, y con él una mujer de un hombre que iba
en aquella misma compañía, y también de otro
señor habia sido cautivo. Tomó, pues, el ismac-