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282<br />
parecido á so padre el godo , que era un vi\ o re-<br />
Ira lo suyo. Esto encendió mas la ira <strong>de</strong> la mujer,<br />
y se acabó do persuadir que aquel hijo era <strong>de</strong> su<br />
marido, y aquella esclava era su amiga. Determinó<br />
vengarse <strong>de</strong> él y <strong>de</strong> ella : y un día con color<br />
<strong>de</strong> no sé qué negocio , envió á la madre lejos<br />
<strong>de</strong> casa, y dio rejalgar al niño. Volvió la triste<br />
madre, y halló á su hijo muerto : y aunque no lo<br />
sabia cierto, barruntó lo que era, y sospechó<br />
que su señora le habia muerto , y tenia indicios<br />
<strong>de</strong> ello; porque la boquita <strong>de</strong>l niño estaba llena<br />
<strong>de</strong>l tósigo que le habian dado. Limpíesela la madre<br />
con un lienzo: y para certificarse si era verdad<br />
lo que sospechaba, un dia que comia su<br />
señora con su mando y otros <strong>de</strong>udos suyos, con<br />
aquel lienzo con que había limpiado la boca <strong>de</strong><br />
su hijo refregó la copa que habia <strong>de</strong> beber su señora.<br />
Bebió y murió; y do esta manera pagó la<br />
muerte <strong>de</strong>l niño. Enterráronla con gran solemnidad<br />
y sentimiento <strong>de</strong> su marido y <strong>de</strong>udos, llorando<br />
amargamente aquella muerte tan súbita y<br />
repentina : mas pasados siete dias <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l entierro<br />
, enjutas ya las lágrimas (pero estando aun<br />
vivo y en su fuerza el dolor), entendiendo los <strong>de</strong>udos<br />
<strong>de</strong> la mujer la causa <strong>de</strong> su muerte tomaron á<br />
la pobre esclava , y encerráronla en la misma bóveda<br />
en que habian sepultado á la señora, para<br />
que allí muriese y fuese enterrada viva con la<br />
muerta , y pusieron una gran losa encima , y guardas<br />
á la puerla para nías seguridad. ¡O Señor,<br />
cómo probáis á los vuestros, y cómo <strong>de</strong>jais caer<br />
en los abismos á los hombres, para que sacándolos<br />
<strong>de</strong> ellos seáis mas glorificado ! En entrando la<br />
infeliz esclava en aquella sepultura , sintió un olor<br />
tan malo y pestilente que salia <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> su<br />
señora , que faltó poco que no espirase allí luego ;<br />
pero confortada <strong>de</strong> Dios cobró ánimo , y con las lágrimas<br />
y ternura que se pue<strong>de</strong> pensar , le suplicó<br />
que por los merecimientos <strong>de</strong> aquellos santos mártires<br />
la ayudase; y á los mismos mártires que no<br />
la <strong>de</strong>samparasen , pues fiada <strong>de</strong> su amparo y patrocinio<br />
, se habia entregado á aquel hombre bárbaro,<br />
y se veia en aquella angustia sin esperanza<br />
alguna <strong>de</strong> remedio. Haciendo oración, vio á los<br />
tres sanios mártires vestidos <strong>de</strong> una claridad admirable;<br />
y al mismo punto <strong>de</strong>spedido el mal olor,<br />
sintió una fragancia <strong>de</strong>l cielo, y oyó una voz que<br />
la dijo: No temas; que presto alcanzarás lo que<br />
<strong>de</strong>seas , y como buenos fiadores le libraremos.<br />
Oidas eslas palabras quedó la mujer dormida , y<br />
por la virtud <strong>de</strong> aquel Señor, que por un ángel<br />
llevó por un cabello al otro profeta <strong>de</strong> .lu<strong>de</strong>a á Babilonia<br />
; cuando <strong>de</strong>spertó se halló en E<strong>de</strong>sa , en el<br />
mismo templo dón<strong>de</strong> estaban los cuerpos <strong>de</strong> los<br />
tres santos mártires, los cuales ¡a preguntaron si<br />
sabia don<strong>de</strong> estaba; y ella reconociendo aquel lugar<br />
, espantanda por una parle, y como lucra <strong>de</strong><br />
sí, y por otra alegre y gozosa , se tendió en el suelo<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> su sepulcro, haciendo gracias con increíbles<br />
lagrimas al Señor y á aquellos santos fiadores;<br />
y ellos la dijeron : Ya habernos salido do<br />
nuestra fianza: \ele á lu madre; y con esto dcsa-<br />
parecieron.<br />
2 Vino la madre, llamada <strong>de</strong>l cura , á la igle<br />
LA LEYENDA DE ORO.<br />
NOVIF.JIBRE , 15<br />
sia don<strong>de</strong> oslaba su hija , y cuando la vio lan mal<br />
tratada y vestida , apenas la conoció , hasta que la<br />
hija la contó loda la historia que ya queda referida<br />
, y la misericordia que Dios habia usado con<br />
ella por intercesión <strong>de</strong> los sanios mártires. No<br />
se pue<strong>de</strong> creer los abrazos que la madre daba ó la<br />
hija, y los sollozos y lágrimas <strong>de</strong> las dos, cuando<br />
se vieron y conocieron.<br />
3 Mas para que se vea como nuestro Señor<br />
acompaña la justicia con la misericordia , y da á<br />
cada uno el pago conforme á sus obras, volviendo<br />
los hunos y los persas á cercar la ciudad <strong>de</strong> E<strong>de</strong>sa,<br />
los romanos enviaron también su ejército para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rla.<br />
En este ejército vino el godo , y fuese <strong>de</strong>recho<br />
á casa <strong>de</strong> su suegra , creyendo cierto que no<br />
había persona que pudiese saber lo que él habia<br />
hecho con su hija , á la cual la madre había encerrado<br />
en un aposento apartado luego como llegó el<br />
godo á su casa, anles quo él la pudiese ver. Finalmente,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle recibido con muestras<br />
<strong>de</strong> amor, aunque fingido, y oido <strong>de</strong> él las mentiras<br />
que la dijo <strong>de</strong> su hija, cómo habia llegado<br />
sana y buena t y parido un hijo y quedaba alegre<br />
y contenta ; se la sacó y mostró y le convenció <strong>de</strong><br />
todo lo que habia hecho contra ella , con tanta<br />
evi<strong>de</strong>ncia que no lo pudo negar, y fué preso y con<strong>de</strong>nado<br />
á ser ahorcado y quemado; y por gran<strong>de</strong>s<br />
ruegos <strong>de</strong>l obispo <strong>de</strong> E<strong>de</strong>sa , que se llamaba Eulogio<br />
, el juez le perdonó el fuego y le mandó ahorcar,<br />
j con este infame suplicio y muerte el <strong>de</strong>sventurado<br />
godo pagó su maldad , y loda la genio<br />
alabó al Señor por haber librado con un raro y<br />
prodigioso milagro aquella pobre mujer por intercesión<br />
<strong>de</strong> los santos mártires , á los cuales cobraron<br />
mayor <strong>de</strong>voción , y entendieron la reverencia , <strong>de</strong>voción<br />
y respeto que se <strong>de</strong>be á los santos y amigos<br />
<strong>de</strong> Dios, y con cuánta seguridad y confianza<br />
po<strong>de</strong>mos acudir á ellos en lodos nuestros trabajos<br />
y angustias. Hacen mención <strong>de</strong> estos santos mártires<br />
, á mas <strong>de</strong> los autores arriba alegados, que<br />
escriben su martirio , los griegos en su Menologío,<br />
y el Martirologio romano á los i5 <strong>de</strong> noviembre,<br />
y el car<strong>de</strong>nal Baronio en las anotaciones sobre<br />
aquel lugar.<br />
SAN LEOTOLDO,' CONFESOR.—Leopoldo, llamado<br />
por su gran piedad el Fio, marqués VI do<br />
Austria , fué hijo <strong>de</strong> Leopoldo ol Hermoso , asimismo<br />
marqués <strong>de</strong> Austria , principe clarísimo y <strong>de</strong><br />
gran<strong>de</strong> estado y po<strong>de</strong>r. Des<strong>de</strong> niño parece que con<br />
la leche mamaba la piedad y <strong>de</strong>voción ; y cuanto<br />
mas iba creciendo en edad , mas iban creciendo<br />
eslas virtu<strong>de</strong>s en él. Era muy compuesto, muy<br />
honesto , suave y grave , apacible en sus costumbres,<br />
y retirado <strong>de</strong> loda vanidad ; <strong>de</strong> manera quo<br />
siendo mozo no tenia los vicios <strong>de</strong> mozo , y siendo<br />
tan gran Señor, entre tantas <strong>de</strong>licias y regalos<br />
era espejo <strong>de</strong> templanza , recogimiento y honestidad.<br />
Murió el marqués su padre: y nuestro Leopoldo,<br />
como hijo primogénito, le sucedió en el eslado<br />
, y tuvo ocasión para mostrar mas su bondad,<br />
y los dones <strong>de</strong>l Señor quo tenia encerrados en su<br />
pecho; porque luego comenzó á gobernar, nó<br />
como príncipe y soberano señor <strong>de</strong> sus vasallos,<br />
sino como padre benigno y am<strong>oro</strong>so, <strong>de</strong>svelando-